«Me veía los huesos de la mano, me han dado 100 puntos por fuera y 30 internos»

«He pasado una semana muy mala y parece que muy poco a poco voy algo mejor», dice el conocido corredor, vecino de Boecillo, que tuvo que ser intervenido hasta en dos ocasiones tras la cogida.

Como ha hecho durante 25 años, 'Chumi' corría a escasos metros del toro ataviado con su característica camiseta del Real Valladolid (esa que viste año tras año en los San Fermines) y fue a la altura de la calle Parras de la localidad de Cuéllar, donde finalmente el animal le alcanzó. El corredor que Del Valle tenía delante tropezó y cayó al suelo, hecho que provocó que 'Chumi' intentase saltar para esquivarlo, pero finalmente fue enganchado por el colorado de Cebada Gago que, con uno de sus pitones, atravesó la mano izquierda del aficionado de 45 años.

«Fue un acto reflejo, para proteger la femoral y la zona de la ingle puse la mano y evitar así algo peor. Cuando me di cuenta de lo que había pasado miré y me veía los huesos de la mano», explica.

Confiesa que todo pasó en unos segundos «parece contradictorio porque el momento se pasa rápido entre comillas, pero cuando me tenía cogido se me hizo eterno, como a cámara lenta», señala 'Chumi'.

«Cuando sientes al animal encima notas una fuerza descomunal, es increíble y difícil de explicar y lo único que pensé en ese momento fue en intentarme librar de una cornada, de hecho, después de cogerme el toro me mira, pero pasa de largo, ahí tuve mucha suerte también», puntualiza el corredor.

No habla de plazos para volver a estar bien, «hay que ir día a día para ver qué pasa y ver cómo evoluciona todo», asegura, porque a aparte de un puntazo en el escroto y otro en el glúteo a 'Chumi' le tuvieron que coser la herida de la mano con 30 puntos internos y 100 externos. «Tengo mucha avería», señala.

Pese a llegar por su propio pie a la enfermería de la plaza de toros de Cuéllar, Fernando del Valle, fue intervenido allí mismo, «aunque después me llevaron al hospital y me operaron durante unas tres horas esa misma tarde», recuerda. Aprovecha para agradecer el trato del equipo médico que le atendió en el Río Hortega y también tiene palabras de cariño para los sanitarios que le realizan las curas en su mano casi a diario. «De momento tengo que tener la escayola unos 21 días para tener la mano inmovilizada».

Las lesiones que padece el conocido empleado municipal del Ayuntamiento de Boecillo no impedirán que vuelva a correr en los encierros como lleva haciendo desde hace 25 años. «Hace 20 que empecé a ir a Pamplona y es algo con lo que disfruto de verdad. Los toros son mi pasión y es cierto que te juegas la vida pero te la da mucho más, aprendes muchos valores, haces verdaderas amistades; este mundo tiene muchas cosas buenas», afirma el corredor que agradece las muestras de cariño recibidas desde que el domingo 28 sufriera la cogida.

No ha sido la única, pero sí la más grave, «durante todos estos años he tenido traumatismos en la cabeza, me he roto un brazo, pero nunca me había corneado», comenta Del Valle, quien aprovecha para agradecer la forma en la que se ha volcado la gente. «Estoy muy agradecido, de hecho no he tenido tiempo de responder a todos los que se han preocupado o me han escrito por redes. De verdad, estoy impresionado y también por el cariño de mi pueblo, me he llevado una grata sorpresa, la verdad».

Fue precisamente en Boecillo, donde creció disfrutando de esa arraigada afición taurina que le acompaña desde que tiene memoria, aunque tal y como explica en su familia «no había referentes especialmente taurinos pero sí crecí con esa ilusión desde que tengo memoria viendo en casa los San Fermines desde niño, participando en los tentaderos del Raso de Portillo, yendo a los encierros de los pueblos cercanos y queriendo ser torero», recuerda con cariño.

Hasta que fue corneado por uno de los astados de Cebada Gago el pasado 28 de agosto en Cuéllar, 'Chumi' había acudido este año a unas diez citas taurinas, aunque apenas supone un aperitivo para un corredor que lleva más de 25 años delante de los toros y que ha llegado a participar en 100 encierros en un año. Entre sus festejos preferidos hay cuatro que nunca se pierde, «Pamplona, Ciudad Rodrigo y Cuéllar, tampoco San Sebastián de los Reyes». Seguro que el año que viene «y, si todo va bien» repite.