Dos agentes junto a uno de los nuevos coches patrulla. Rodrigo Jiménez

Los nuevos coches patrulla les quedan pequeños a los policías de Valladolid

El Ayuntamiento espera un informe de Renault para incluir «mejoras en la habitabilidad» de quince de los veinte vehículos modelo Arkana recién adquiridos

Sofía Fernández

Valladolid

Miércoles, 3 de mayo 2023, 00:05

No han cumplido ni el primer mes recorriendo las calles de Valladolid y su reciente incorporación al Cuerpo ya ha generado cierto revuelo entre parte de la plantilla de la Policía Municipal, al menos entre la más alta y corpulenta, entre la que se ... mueve a diario a bordo de alguno de los quince Renault Arkana que el Ayuntamiento de la ciudad presentó en sociedad el pasado 3 de abril con la intención de ampliar la flota de coches patrulla.

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Son varias las quejas que han llegado al consistorio tanto por parte de la propia plantilla como por parte de algunos sindicatos sobre el hecho de que los agentes no se sienten del todo cómodos al desplazarse con estos vehículos. Algo que hoy mismo denunciaban desde CSIF, que se ha quejado de las pequeñas dimensiones de los coches patrulla e incluso ha pedido su retirada.

La polémica de 'la talla' de estos coches tiene que ver con parte del último lote que con el que el Ayuntamiento ha querido renovar la flota, ya que de los 20 vehículos adquiridos (por un precio de 1,4 millones de euros) un total de quince, en concreto los modelos Renault Arkana, están generando esos problemas de espacio. Se trata de vehículos adaptados al uso policial, dotados además del habitáculo para llevar a las personas detenidas y que dispone de los sistemas de seguridad homologados que requieren las patrullas.

Y son esas modificaciones para uso policial son las que hacen que el espacio de conductor y copiloto se vea reducido, haciendo las labores de patrulla más incómodas a los agentes de mayor corpulencia y altura.

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Hace unas semanas que desde el Ayuntamiento han tenido constancia de estos hechos, a través de las quejas de algunos agentes que les han trasladado estas limitaciones de espacio y explican que ya han movido ficha para tratar de encontrar solución.

Informe de Renault

«Estamos a la espera de recibir un informe por parte de la empresa fabricante (en este caso Renault) para que analice las características del vehículo con el fin de poder determinar si se puede hacer algún cambio encaminado a mejorar el espacio y la habitabilidad de estos vehículos», señala el concejal e Seguridad Ciudadana, Alberto Palomino.

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Es decir, ver si se podrían incluir cambios en la zona de conductor y copiloto de los vehículos híbridos que, por sus modernos sistemas de seguridad, han supuesto un desembolso de 1.059.392 euros, de la inversión total de 1,4 millones destinada a renovar parte de las patrullas municipales (también se incorporaron cinco Ford Kuga por valor de 353.562 euros) en modalidad de renting.

«Como nos hemos dado cuenta de que no todos caben de forma cómoda se están estudiando mejoras a la hora de poder replegar los asientos delanteros de alguna forma o de poder desplazar la mampara que separa las dos zonas del coche, pero será la empresa fabricante la que determine lo que se puede hacer. De hecho, de las tres empresas que se presentaron nos ofrecieron el mismo modelo», añade Palomino, quien espera tener los resultados del estudio en los próximos días.

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Además de esta última adquisición de una veintena de vehículos, la flota de la Policía Local de Valladolid se compone de 104 coches patrulla, 5 grúas y 2 camionetas de señalización, 4 vehículos camuflados, 114 motocicletas (96 operativas y 16 para formación) y 10 bicicletas eléctricas.

Piden su retirada

La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) denuncia la falta de adecuación de estos vehículos cuando son modificados para uso policial. «Convierten el puesto del conductor y del copiloto en un auténtico potro de tortura no apto para alturas superiores a 180 centímetros».

Según explican en un comunicado remitido por el sindicato, «el Renault Arkana, aunque parece un vehículo de una categoría superior, utiliza la plataforma CMF-B del Renault Clio y Captur, que tiene las limitaciones propias inherentes a los vehículos pequeños».

Cuando son acondicionados para uso policial, como sucede con la instalación de la mampara de seguridad, «hace que los asientos delanteros no puedan desplazarse hacia atrás en todo su recorrido, y que el respaldo tenga que estar en la posición más vertical posible. El resultado es que las condiciones ergonómicas de los puestos de conductor y copiloto de estos vehículos son insoportables».

CSIF argumenta además que las condiciones en las que se desplazan los policías «impiden el normal desarrollo de la actividad laboral e incluso la conducción de los agentes, poniendo en peligro su salud y su seguridad puesto que, en caso de colisión, no están a la distancia adecuada de los demás elementos del vehículo en razón de su altura y corpulencia».

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