Valladolid

Los vecinos de Las Viudas denuncian la insalubridad de la barriada: «El moho nos ahoga»

«No podemos abrir las ventanas ni para ventilar y los niños no pueden salir a jugar», lamenta Mireya Lozano, madre de cuatro hijos de entre ocho y un año, además de un recién nacido. «Esto lleva así cuatro o cinco meses, hay unos olores horribles. Hemos mandado fotos al Ayuntamiento y no nos hacen caso», se queja Cristina Graña, vecina de la plaza.

Ante la inacción del Consistorio, algunos vecinos picaron el suelo y compraron tubos y cemento para tratar de solucionar el atranque, pero la Policía les paralizó la obra y los denunció al estar actuando en suelo público. «Si es del Ayuntamiento que vengan y lo arreglen, ¿no?», se queja uno de los afectados. Luis Miguel Trapote, presidente de la Asociación de Vecinos Barrio Delicias (AVBC), achaca el problema al «estado de las tuberías de toda esta zona».

Trapote pide al Ayuntamiento y a la empresa de aguas públicas que se hagan cargo de la situación cuanto antes: «Cuando se revienta una tubería en el Paseo de Zorrilla el servicio de aguas de Valladolid va corriendo. Yo no entiendo por qué este miedo a esta zona del barrio». Los vecinos consideran que esto no es algo nuevo y que deriva de otros problemas que ya pusieron sobre la mesa del anterior equipo de gobierno: «Cuando se hizo hace año y pico otra reparación ya se sabía que esto iba a reventar».

Ha sido Pedro Herrero, portavoz del PSOE, quien ha dado la voz de alarma sobre una situación que tachan de «tercermundista» y ha instado al Ayuntamiento, después de visitar la barriada, a que solucione cuanto antes la situación de insalubridad que presenta la zona. «Ya no es un problema de una fuga de agua, hemos visto que son residuales y es un problema de más calado», ha explicado Alejandro García, concejal de Medio Ambiente, que ha visitado la zona este miércoles al mediodía (con posterior a la crítica del portavoz socialista) junto a los ediles de Servicios Sociales y Urbanismo, Rodrigo Nieto y José Ignacio Zarandona, para examinar qué medidas tomar. «Es una zona muy degradada y va a necesitar una actuación bastante importante» ha adelantado García, que ha comparado la situación con «lo que pasó» en la zona del 29 de octubre.

«Esto mismo ha pasado detrás de mi casa. Y el olor era tres veces peor», cuenta Julio Jiménez, cuya vivienda está comunicada con la Plaza del Esla y la calle Órbigo. «Hará año y medio se rompió una arqueta de las aguas fecales por el paso de un vehículo de limpieza del Ayuntamiento, provocando también humedades en las viviendas», explica Trapote. Después de mucho pelear con varias concejalías, que consideraban que el problema venía de las propias casas, consiguieron que acudieran a repararlo, pero lejos de solucionarlo el problema se ha visto agravado: «Al meter la excavadora la tubería de las aguas limpias reventó un pelín. No cambiaron la tubería y aunque eches hormigón el agua sigue saliendo». Manifiestan que son muchos los pisos de la zona que presentan humedades por el deteriorado estado de la red de saneamiento. La huella del agua es visible en las fachadas y el interior de las viviendas.

«Uso dos botellas de lejía diarias porque el moho nos ahoga», comenta Noemi Ramírez mientras señala el estado de las paredes de la habitación de su hija de 14 años. Han tenido que mover la cama para separarla de las humedades. El suelo y el alicatado del baño, que lo arreglaron cuando acometieron la anterior reparación, se han levantado. «La humedad que hay en casa no se puede aguantar. Que cambien la tubería y que nos la quiten» pide Jiménez, que sufre de neumonía crónica. Al problema de las filtraciones se suma la dificultad de ventilar la vivienda ante el olor proveniente del atranque en la calle: «Para que huela bien la casa si queremos airear algo tenemos que echar ambientador», explica Ramírez. Además del olor, la suciedad de la calle atrae insectos al interior de las viviendas: «En una hora se llena todo de mosquitos».