Valladolid

Vecinos del sur de la ciudad piden solución al olor «putrefacto» de una factoría

El PSOE municipal llevará al pleno del próximo 29 de enero una moción para que el equipo de Gobierno apriete a la Consejería de Medio Ambiente y obligue a la empresa a tomar medidas para acabar con un problema ambiental que sufren, según sus estimaciones, cerca de 10.000 vallisoletanos. En invierno se nota menos. Es cuando las temperaturas suben cuando ese aroma «a mierda» invade la zona, especialmente los fines de semana. Y así hasta que pasan los meses de más calor. «Entonces parece que remite un poco», explican.

Cuando los socialistas estaban al frente del Ayuntamiento también recibieron un aluvión de quejas. Comunicaron en diferentes ocasiones al Ejecutivo regional esta situación, que se arrastra desde hace décadas, cuando Maggi estaba al cargo de la planta, pero hasta el momento no ha habido una respuesta satisfactoria. Los vecinos han recogido más de un millar firmas e intervendrán la sesión municipal para explicar cómo les afecta. «No sabemos qué estamos respirando y si puede tener consecuencias para nuestra salud», exponen en un corro un grupo de residentes que ha acudido a la cita.

El portavoz de la oposición, Pedro Herrero, ha concretado que el pasado mes de septiembre el Servicio Territorial de Sanidad realizó una visita a la fábrica y comprobó que, «efectivamente, en la zona de depuración de aguas residuales se originaban malos olores». También acudieron, el pasado agosto, técnicos del departamento de Medio Ambiente para realizar una inspección. Sin embargo, el asunto se sigue tramitado sin que hasta ahora se haya aportado alguna solución efectiva. Herrero ha destacado que ahora que el alcalde, Jesús Julio Carnero, asegura tener «capacidad de influencia» con el presidente de la Junta es el momento de que se tomen cartas en el asunto. «Es un problema de ciudad que está por encima de intereses políticos, tenemos que ir todos a una; se sabe cuál es el origen, la causa, y quién tiene la competencia, por lo tanto no se puede esperar más tiempo», incidió el portavoz socialista.

Los residentes, que esta mañana han acudido a la convocatoria para mostrar su indignación, señalan cuatro alcantarillas en la calle Goya, algunas de ellas perforadas con varios agujeros, en las que figura el nombre de Maggi. Por ahí, dicen, se desprende un «hedor» que también llega desde el otro lado de las vías. En esta zona de La Farola, se han colocado carteles ilustrados con una máscara antigás en los que se denuncia esta situación y se anima a los vecinos a reclamar al Ayuntamiento por los diferentes canales que el Consistorio tiene para recibir quejas. «Llevamos desde 2015 presentando reclamaciones tanto a la Junta como al Ayuntamiento, ha habido respuestas, pero ninguna solución, seguimos igual», lamenta Abundio Sánchez.

El concejal de Medio Ambiente, Alejandro García Pellitero, acota que el pasado 20 de diciembre se remitieron dos informes a la Junta, uno de Urbanismo y otro de su área, en el que se incluyen las posibles medidas correctoras para acabar con esas emisiones, que se producirían a causa de algunos sistemas «obsoletos» de la planta. «Lo que se está haciendo con Findus es una revisión de la autorización ambiental concedida en su momento y se les ha dado una propuesta para que pongan en marcha una serie de mejoras técnicas que puedan cumplir mejor con la legislación ambiental», señala el edil.

«Aquavall ha realizado un análisis de los vertidos y no se han detectado problemas en la depuración de aguas», explica. A García Pellitero le consta que el Ejecutivo regional se ha puesto manos a la obra para dar una solución a este problema cuanto antes. Así, se espera que en fechas próximas los servicios de Medio Ambiente de la comunidad envíen un requerimiento a la compañía para que ponga fin, a la máxima brevedad, a esas desagradables emisiones, que se han intensificado en los últimos diez años.

Los argumentos que les han aportado la Junta hasta el momento a los vecinos es que la empresa cuenta con una licencia ambiental en regla y que se estaba gestionando el asunto. «El olor pestilente continúa», denuncian los afectados. Esos efluvios también llegan a otras partes de la ciudad, como Ciudad de la Comunicacion, el entorno de la Plaza de Toros, el sur del barrio de Delicias y la zona del polígono de Argales.

Este periódico se ha puesto en contacto tanto con la Consejería de Medio Ambiente como con la compañía Findus para conocer qué pasos se están dando para que estas emisiones cesen. Mientras que el departamento de la Junta que dirige Juan Carlos Suárez-Quiñones aún no dado contestación a El Norte de Castilla, la marca de productos de alimentación congelados ha mantenido hoy mismo una reunión para tratar el asunto y ofrecer su versión. «Mañana trasladaremos nuestra postura», anunciaron. Findus compró en 2015 la planta a Nestlé para ampliar su negocio. Esta fábrica data del año 1963 y comenzó elaborando caldos de pollo y carne, así como puré de patatas, sopas y cremas para la empresa Maggi. Nestlé se hizo con ella en el 2000 y tres lustros más tarde pasó a manos de Findus.