Los vecinos de la plaza del Viejo Coso de la capital podrán utilizar a finales del mes de mayo el primero de los cinco ascensores que han sido autorizados por el Ayuntamiento y la Comisión de Patrimonio de la Junta de Castilla y León, para ... este edificio que está catalogado. Los trabajos por esta reforma tienen como objetivo facilitar la accesibilidad de los residentes del inmueble, en el que viven unas 30 familias.
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La Concejalía de Urbanismo del Ayuntamiento aprobó está reforma como Estudio de Detalle en enero del 2018, para un Bien de Interés Cultural que está incluido dentro del Plan Especial del Casco Histórico (PECH) de 1997. Los propietarios, que residen en el edificio con un jardín central, que consta además de dos plantas más bajo cubierta y que está situado entre las calles San Ignacio y San Quirce, venían demandando la instalación de los elevadores desde hace años.
Tras el visto bueno de los técnicos, que solo aceptaron que los ascensores se colocasen en la parte trasera del conjunto para reducir el impacto visual y aminorar el número de huecos interiores, solo quedaba solicitar presupuestos para encarar la obra.
La reforma la lleva a cabo la empresa vallisoletana Copra, que se ha especializado tras la crisis de la construcción del 2009 en la instalación de ascensores en edificios con más de 40 años. Inmuebles que se vienen reformando en los barrios del Cuatro de Marzo o la Rondilla.
Los trabajos para los cinco volúmenes independientes comenzaron el pasado mes de febrero, e incluyen la colocación de la estructura para la caja del ascensor y la reforma parcial de cinco portales, en los que se dejará en la planta baja una sala pequeña para guardar bicicletas. El presupuesto para esta intervención es de 385.000 euros, más IVA.
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La cabina sin cuarto de máquinas que se instalará tiene una superficie de 1,2 metros cuadrados y es de la firma Thyssenkrupp. Con dos metros de altura, dispone de una capacidad para seis personas y una carga de 450 kilos. Tiene además pulsadores acústicos y luminosos, así como la alarma para los ocupantes. El recorrido es de 7,51 metros.
Según explicó Antonio Prado, responsable de la constructora Copra, «el contrato para ejecutar esta obra fija inicialmente un plazo de 13 meses, por lo que los cinco ascensores que nos han encargado estarían colocados para marzo del 2020. No obstante, conforme vayamos concluyendo, los vecinos podrán utilizar el elevador», agregó.
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Es el caso de los residentes en el portal número 2, que para principios de junio dejarán se subir, si quieren, las escaleras. Solo a la última planta, compuesta por dúplex, no llegará.
Según la constructora, el retraso en la ejecución se produce porque Patrimonio pide un informe especial para evitar que la estructura que alberga al elevador se pueda ver desde el centro de la plaza, circunstancia que afearía el conjunto y la cornisa del inmueble, que fue en su día casa cuartel de la Guardia Civil.
Lo que inicialmente se planteó por los técnicos municipales como una posible dificultad, como era la construcción de un foso reducido de unos 45 centímetros para la caja del ascensor, y que podría llegar a alcanzar el techo del garaje en alguno de los portales que hay bajo la plaza del Viejo Coso, no ha sido tal.
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Aunque el Ayuntamiento de Valladolid autorizó un proyecto para cinco ascensores, los vecinos están tramitando una nueva reforma para otros dos más, que no se incluye en el presupuesto aprobado.
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