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Los vecinos de Parquesol dicen adiós al Mercadona más antiguo del barrioJenifer Santarén
Viernes, 12 de enero 2024, 19:46
Un trasiego de personas con carros y bolsas de la compra atraviesan el paso de peatones de la calle Ciudad de la Habana, a la ... altura del número seis, donde se encuentra el tercer Mercadona que se abrió en Valladolid hace dos décadas. En el interior del establecimiento se vive una jornada ajetreada: cuatro filas con decenas de personas pasan por la línea de cajas más próxima al acceso principal; otras tres están abiertas en la parte trasera de la tienda para los clientes que salen por la calle Manuel Azaña. La megafonía interrumpe la melodía corporativa y las ofertas de la compañía para advertir de que el supermercado cerrará sus puertas permanentemente al día siguiente.
Los vecinos tendrán hasta las tres de la tarde del sábado para hacer las últimas compras en el establecimiento de la cadena valenciana más próximo al núcleo urbano. A partir del lunes tendrán que comprar en otros supermercados de la zona o trasladarse al otro establecimiento de la compañía ubicado en las afueras de Parquesol, en la Calle del Padre Llanos, cercano a la salida de la autovía. Ambas tiendas están separadas por una distancia de 13 minutos andando, seis si se va en coche.
«Esta semana está siendo una locura, la gente está haciendo compras compulsivas», comenta una trabajadora, que señala que los productos más consumidos son artículos no perecederos y carnes. Evocando a tiempos pandémicos, el estante más desértico es el del papel higiénico, seguido por el pescado y los congelados.
Jesús Herrero, vecino del barrio que lleva haciendo sus compras en el Mercadona de Ciudad de la Habana desde hace más de 20 años, tilda su clausura como «lo peor que se podía haber hecho». Lamenta que para muchas de las personas que viven cerca coger el coche para hacer la compra no representa una opción: «La mayoría de los que vivimos aquí ya tenemos una edad y tenemos que coger el coche si o si para seguir siendo clientes de Mercadona». Ante la decisión de la compañía, Herrero optará por cambiar de cadena de supermercados: «La alternativa es el Gadis o el Froiz, que es lo que haremos».
Miguel Diez, de 68 años, sale con dos bolsas de mano, una compra pequeña, pero advierte de que este jueves estuvo haciendo acopio. Lamenta el cierre: «Nos ha fastidiado. En el sentido de que lo tenemos aquí y ahora nos va a tocar ir ahí abajo, al del Carrefour». El Mercadona de Ciudad de la Habana era su supermercado de referencia para comprar «de todo». La elección para las compras del día a día a partir de la próxima semana serán también el Gadis y el Froiz que se encuentran en las inmediaciones: «Ahora haré más o menos las compras por aquí y si tenemos que hacer un acopio de cosas iremos al Mercadona de Carrefour».
Todos los vecinos lamentan la pérdida que supone para el barrio la clausura de este Mercadona, pero algunas vecinas se muestran más optimistas con la posibilidad de seguir comprando asiduamente en el otro establecimiento de la cadena en Parquesol. Mariluz Saez, de 57 años, no ve impedimentos para bajar andando hasta Padre Llanos: «Para las cosas que me interesen bajaré allí, donde está la otra tienda. Es una caminata, pero es una manera de andar», afirma. Es también el caso de Patricia Percini, de 68, clienta de ambos establecimientos de la marca: «Yo tengo la opción de ir al otro Mercadona porque vivo más cerca, pero reconozco que aquí viene mucha gente».
El cierre de la tienda castiga especialmente a los más mayores. Manuel Ortega, de 84 años, vive en la misma calle del Mercadona que será clausurado el sábado y le supone conformarse con una menor oferta: «A mucha gente de aquí le parte en medio, porque te tienes que ir al Froiz, que tiene muy poca cosa», afirma. Descarta la opción de depender de un coche para bajar al otro supermercado porque no le gusta «molestar».
La clausura, incomprendida por los vecinos, responde a una decisión tomada por una reestructuración de la compañía, que pasa por cerrar las tiendas que no cumplen los «estándares de calidad», apuntan desde la compañía. «Nosotros siempre queremos dar un servicio al cliente que en esa tienda no le podemos dar. Por ejemplo, ahí no se puede meter un Listos para comer», explican sobre los puestos de comida preparada con los que sí cuentan otros de sus supermercados de reciente apertura. La sostenibilidad ambiental es otra de las razones: «las tiendas antiguas tienen un gasto energético y uso de los recursos naturales menos eficientes», arguyen.
Sobre la alternativa, argumentan la cercanía de otras tiendas, como la ya mencionada en Parquesol o la de reciente apertura en Arroyo de la Encomienda. «Estas tiendas cuentan con buenos parking y con unas instalaciones ya más adecuadas a esa venta que queremos facilitarle al cliente», explican. Sobre el futuro de las tiendas de barrio, sostienen que en los casos en los que ha sido posible reformar los espacios para adecuarlos a la nueva estrategia de la compañía se ha hecho, y ponen de ejemplo el Mercadona de la calle Don Sancho, en pleno centro de Valladolid.
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