Valladolid

Varias patrullas intervienen para evitar un 'simpa' de 20 euros en un bar de Zorrilla

La hostelera, propietaria del bar Yass, un negocio que abrió sus puertas hace solo un mes y medio en el número 358 del paseo, vivía entonces su primer encontronazo con sus clientes. «Nunca habíamos tenido problema y esta es una zona muy tranquila en la que los clientes nos tratan muy bien, pero hoy me ha tocado...», suspiraba la mujer minutos después de que varias patrullas de las policías Local y Nacional acudieron a su establecimiento a raíz de la llamada que ella mismo hizo al 112, pasadas las 10:00 horas, cuando la discusión con los clientes estaba subiendo de tono.

Así que al bar del Paseo de Zorrilla, una tranquila cafetería con terraza similar a las del resto de los soportales del entorno, acudieron un nutrido grupo de agentes para evitar males mayores. «No te vamos a pagar, me dijeron, para después soltarme un 'haz una obra de caridad», relata la víctima de este intento de 'simpa' que acabó con intervención policial.

«Es una situación muy desagradable, la verdad, que no te esperas nunca y menos a estas horas», añade la hostelera, que advirtió a los tres clientes de que iba a llamar a la policía «después de mucho rato de discusión con ellos y de ver qué la cosa podía acabar mal».

Pero no hubo manera de cobrar. La cosa cambió en cuanto llegaron al lugar los agentes, que movilizaron media docena de patrullas (del 091 y del 092). «Al final se suavizaron en cuanto llegaron los policías y vieron que podía denunciarles por lo ocurrido», relata la dueña del Yass. Y los tres clientes pagaron.

«Era poco dinero, veinte euros, pero no se puede ir así por la vida y aquí estamos hablando de mi trabajo y de mi negocio... Si no tienes dinero pues no vayas de bares, digo yo», concluye la hostelera.

El intento de 'simpa', que derivó en una llamativa, y voluminosa, intervención policial, concluyó pasadas las once de la mañana, cuando el bar recuperó la normalidad después de que los tres protagonistas pagaran lo que debían sin que, al final, se cursara denuncia por lo ocurrido. Y en la su caja del Yass se sumaron los veinte euros de la cuenta de los tres clientes que protagonizaron los hechos.

«Te hacen pasar un mal rato y, además, ves qué la cosa puede ir a peor por solo veinte euros, pero si consumes tienes qué pagar», reitera la víctima antes de incidir en que, por fortuna, «hasta ahora no habíamos tenido ningún problema con nuestros clientes. Y ojalá sigamos así».