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Ana Isabel Meneses, una vallisoletana de 54 años que reside en Valencia desde hace 19, ha vivido momentos de gran preocupación debido a la DANA ... que azota a España. Finalmente, después de horas de angustia, logró contactar desde su trabajo en una empresa de telecomunicaciones con sus suegros y cuñados, confirmando que están todos a salvo. «Desde anoche hemos estado sin poder hablar con ellos hasta última hora de esta mañana. Mi cuñado intentó sacar su coche del garaje porque se estaba inundando, para llevarlo a algún lugar alto de la localidad, pero le fue imposible. El agua empezó a entrar y salió como pudo. Le llegaba por el pecho. Al final el coche se lo acabó llevando el agua. Según nos ha contado, se resguardó en un portal y por fin, a las 04:00 horas de la mañana, pudo llegar a su casa extremando las precauciones», cuenta esta vallisoletana. «Esta mañana ha ido a buscar su coche y lo ha encontrado debajo de otro vehículo. Catarroja está devastada. Las verjas de los bares y de otros establecimientos están arrancadas y un supermercado ha quedado arrasado», prosigue. En cambio, en Valencia capital, donde Ana reside, la situación es más tranquila, aunque en el ambiente hay polvo en suspensión y el calor es sofocante.
Ana Isabel, que trabaja en la coordinación de instalaciones y averías de una gran empresa de telecomunicaciones, había planeado comenzar sus vacaciones, pero ha sido imposible viajar hasta Granada como tenía previsto. «Las carreteras están cortadas y todo colapsado, estoy trabajando para suplir a mis compañeros. Muchos no han podido desplazarse. Algunos han tenido que dormir en las furgonetas, a otros el agua les ha llevado sus vehículos y dos de ellos están todavía están ilocalizados. Ambos viven en pueblos donde están caídas las telecomunicaciones, queremos creer que están», comenta.
Anoche a las 21:00 horas y hoy a las 07:00 ha recibido dos alertas de Protección Civil en su móvil. Para ella esos fueron dos momentos de gran angustia. «Empezaron a sonar todos los móviles a la vez. Nos recomendaban que no saliéramos de casa ni nos acercáramos a barrancos ni ríos. Nunca había recibido un aviso de este tipo y la verdad es que me asusté mucho. Lo que está pasando es terrible», dice esta vallisoletana que, aunque ya está acostumbrada a fuertes lluvias en la Comunidad Valenciana, asegura que nunca había presenciado una situación de esta magnitud. «Aquí cuando hay gota fría lo tememos, pero esto no lo había visto nunca. El antiguo cauce del río Turia, que se desvió hace años tras una catástrofe, está normalmente seco en cambio ahora está prácticamente desbordado. Yo vivo cerca y la verdad es que me da miedo», concluye.
Laura González Hernández vive en Pinedo a 6 kilómetros de Valencia
La vallisoletana Laura González Hernández lleva apenas dos meses viviendo en Pinedo un pueblo a apenas 6 kilómetros de Valencia capital, donde vive el resto de su familia. Ella es enfermera y relata con cierta angustia cómo ha vivido las intensas lluvias de la DANA que han azotado la Comunidad Valenciana en los últimos días. Describe una situación de «impotencia y miedo» al verse en casa sin poder acudir al hospital de Manises, donde trabaja junto a su marido, médico. «No nos podemos trasladar, porque hay muchos tramos de carretera cortados, y la verdad es que es frustrante saber que mi hospital está bajo mínimos de personal y yo no pueda estar allí. En cuanto tenga oportunidad y abran las carreteras, me acercaré a echar una mano», explica.
Las intensas lluvias de la DANA han transformado el paisaje de su nuevo hogar en un lugar irreconocible. «Había visto en los medios de comunicación otras riadas pero jamás imaginé algo como esto», admite Laura. Ayer, la Guardia Civil comenzó el desalojo de algunos vecinos del pueblo, llevándolos a Valencia capital, mientras ella y su familia esperan en casa las indicaciones de Protección Civil. El nerviosismo por la situación aumenta, especialmente al pensar en su hijo pequeño de dos años. «La cosa es diferente cuando tienes un niño tan pequeño, que además está con fiebre. Mi casa, por suerte, está en una zona más alejada y de momento podemos quedarnos, pero la angustia es constante», comenta.
Laura también revela que su hermano, policía nacional ha trabajado toda la noche en las operaciones de rescate y seguridad. «He pasado la noche sin apenas dormir, temiendo también por él, porque las cosas están muy complicadas, y no puedes evitar pensar en todo lo que puede pasar. Uno de los momentos más tensos fue cuando sonó en el móvil la alerta de Protección Civil. Es algo muy difícil de describir», remata.
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