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Son escasos los carteles con descuentos que todavía se dejan ver en los escaparates de Valladolid. El inicio de septiembre define de forma tradicional el ... final de la campaña de rebajas de verano, que otro año más ha estado marcada por la inflación, que ha afectado tanto a comerciantes como a clientes. La visión general de las asociaciones de comercio vallisoletanas es que los patrones de consumo han cambiado por el aumento de los precios y esta vez los vallisoletanos han gastado más pero han comprado menos que en 2022.
«La inflación afecta a las familias. A nosotros también, a la hora de pagar los gastos, la luz, los alquileres. Hemos tenido que ajusar los márgenes de beneficio para poder absorber la subida. La verdad que no ha sido una buena campaña», asegura Jesús Herreras, presidente de la Federación de Comerciantes de Valladolid (Fecosva). En junio y antes del comienzo de los descuentos, Herreras calculaba que el volumen de ventas iba a aumentar entre un 3 y un 5% respecto a 2022. «Teníamos una previsión de que iba a haber una cantidad similar de eventos a la del año pasado, cuando se celebraron muchas bodas y comuniones atrasadas por la pandemia. Pero no ha sido así», concreta ahora.
60-80 euros
El gasto medio de cada vallisoletano que cifran desde Fecosva.
Más optimistas se muestran desde la Agrupación Vallisoletana de Comercio (Avadeco). «No ha sido del todo mala, la sensación general es que podría haber sido peor dadas las circunstacias. Los años de elecciones son complicados porque siempre hay mayor incertidumbre. Después de los comicios municipales también se han comenzado muchas obras y eso, junto el calor, son condicionantes para que la campaña pueda haber sido peor. En general hemos vendido menos, pero la gente ha gastado más», explica su presidente, Rafael Monedero. Según concretan desde Fecosva, cada vallisoletano ha gastado de media entre 60 y 80 euros en esta campaña.
El calor ha sido otro de los grandes protagonistas de este verano, que ha dejado los termómetros por encima de los 39 grados en algunos momentos de agosto. «Ha sido excesivo. Con estas temperaturas la gente se quedaba en casa, no salía a la calle por las tardes y esto afecta al sector», comenta el persidente de Avadeco. A todo este cóctel se suman también las promociones constantes que hay durante todo el año. «Ahora hay descuentos todo el tiempo. Antes era un acontecimiento, pero ya no. Las rebajas no son lo que eran», reconoce Herreras. «Hay que entender que estas ofertas son algo excepcional. No el estado natural de las tiendas, la campaña de verano es excesivamente larga», añade Monedero.
Otra de las grandes diferencias respecto a la campaña de verano de 2022 es el cierre de El Corte Inglés de Constitución. Las asociaciones hablan de que el centro comercial tenía una función de «foco de atención» en los negocios de su alrededor. «Nos gustaría que hubiera más marcas que funcionen como ese motor para atraer a clientes. Que esté cerrado perjudica al resto de tiendas del centro», explican desde Fecosva. En Avadeco comentan que funcionaba como una «locomotora» para atraer clientes a los comercios cercanos. «Estamos en una situación transitoria hasta la apertura de Zara. Ahora en verano tampoco se ha notado mucho porque entran en juego otros factores, como el calor y las vacaciones de la gente. Preocupa más el periodo hasta la campaña navideña, cuando también se perderá el aliciente de la fachada iluminda», expresa Monedero.
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