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Berta Pontes / cruz Catalina
Valladolid
Miércoles, 7 de julio 2021
El pasado 17 de abril, a María Jesús Ortiz le llegó el turno de recibir la primera dosis de la vacuna de AstraZeneca, pero el martes 29 de junio su «casi nueva normalidad» finalizó cuando dio positivo en coronavirus. Una situación similar es la ... vivida por David del Pozo: a sus 60 años ha padecido la enfermedad pese a estar vacunado con la primera dosis de la misma vacuna. Estos dos vallisoletanos forman parte del 19,7% de castellanos y leoneses que se ha contagiado de coronavirus con una dosis del fármaco administrada. Frente a esta cifra, solo en un 0,7% de los vacunados con la pauta completa el virus ha logrado penetrar en su organismo, según datos actuales ofrecidos por la Consejería de Sanidad.
«Comencé a sentirme cansada, con dolor de garganta, malestar en la espalda y en los oídos, además de un fuerte dolor muscular, como si estuviese pasando un proceso gripal», declara. Los síntomas hicieron saltar todas las alarmas de María Jesús. «Pensé que podría ser coronavirus y, en cuanto me levanté, contacté con mi centro de salud», recuerda. Las instrucciones dictadas por los sanitarios fueron que acudiera a realizarse una prueba de antígenos y, pasados 15 minutos, recibió una llamada avisándola de que «era positivo en Covid-19 y la carga vírica que acumulaba era elevadísima». La evolución de la enfermedad en su organismo ha ido «a mejor» con el paso de los días, pero esta vallisoletana continúa sin saber cómo contrajo el virus. «Es un misterio cómo lo he cogido porque no ha habido ningún contagio entre mis contactos estrechos», explica.
En su caso, la enfermedad se ha saldado sin complicaciones graves. «Ahora tengo inmunidad, pero generada por haber pasado el virus, no por la vacuna», concluye María Jesús.
Como ella, David del Pozo, natural y vecino de Aldea de San Miguel, representa también uno de esos casos en los que, pese a habérsele administrado la primera dosis de la vacuna, se ha contagiado. La madrugada del pasado 16 de junio, al concluir su jornada laboral, se notó algo indispuesto y, aunque nunca pensó que el virus entraría en su cuerpo, la PCR que le realizó su médico de familia sorprendió con la siempre desagradable noticia del positivo y, por tanto, asumir que estaba contagiado. Un circunstancia que le ha obligado a estar confinado en su domicilio durante dos semanas hasta el pasado martes en que recibió el alta médica y se reincorporó a su puesto de trabajo. Dos semanas en las que además de malestar general y otras sintomatologías, como pesadez y náuseas, ha acusado sobre todo mucha dolencia estomacal. El confinamiento lo ha pasado junto a su mujer, Inmaculada, de 51 años, que también dio positivo pese a haber recibido la primera dosis unos días antes. Durante las primeras jornadas, ella sufrió mucho malestar general y episodios febriles. Su hija, Aída, también resultó contagiada y no ha padecido ningún tipo de intimatoria adversa.
Ahora, pasadas esas dos semanas de confinamiento y reincorporado al trabajo, David solo piensa en que no le gustaría, ni para él ni para nadie, volver a pasar un episodio como el que el ha vivido estos últimos días.
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