Miguel García, víctima de accidente de tráfico
Un vallisoletano tetrapléjico tras una noche de copas: «La tasa de alcohol debería ser 0»Miguel García, víctima de accidente de tráfico
Un vallisoletano tetrapléjico tras una noche de copas: «La tasa de alcohol debería ser 0»Fue en marzo. El sábado había sido perfecto: cinco amigos del mismo pueblo, risas, diversión. Miguel García Rodríguez (Villán de Tordesillas, 1969), lo recuerda como si fuera hoy: «Como cualquier fin de semana salimos de fiesta, echamos la noche para allá, para acá, bebimos y ... cosas raras... Lo típico de la edad». Al regresar a casa, a las tres de la tarde del día siguiente, tuvo un accidente de tráfico. «Volvíamos como volvíamos y me salí de la carretera en Matilla de los Caños», detalla.
Publicidad
De eso hace 21 años. El siniestro le dejó inconsciente –«no me acuerdo de nada», dice– y en silla de ruedas, pero a punto estuvo de no contarlo porque mientras iba de camino al hospital tuvo «tres paros cardiorrespiratorios». En Valladolid estuvo ingresado 25 días en coma, «y estando en coma me llevaron a Toledo», donde pasó otras 20 jornadas en la UVI de un total de once meses internado.
Noticia relacionada
E. García de Castro
«Cuando te despiertas, dices: '¿Qué me ha pasado?' Porque yo no lo sabía», explica este vallisoletano, que detalla que en el accidente no se hizo «ninguna herida, nada más que una lesión medular a la altura de las cervicales, del cuello, por la cual soy tetrapléjico». De ahí su estancia en el centro sanitario toledano, un centro especializado en casos como el suyo en el que «te estabilizan y te enseñan a vivir una vida nueva, a andar con la silla, a pasarte al baño, a la cama, a ducharte, a vestirte... A todo».
Ahora bien, aunque «allí hay psicólogos» y otros profesionales, «más importante son tu familia y tus amigos. Por suerte tengo muchos y fue mucha gente a verme, y yo agradecido», recalca Miguel. Sus padres, de hecho, se trasladaron a vivir seis meses a la ciudad del Tajo para poder visitarle de lunes a viernes. El fin de semana, en cuanto salía de trabajar, acudía su mujer Loreto, que es su principal apoyo. «Y luego amigos, amigas... Un apoyo total», expresa con gratitud y una sonrisa.
Publicidad
Cuando se convirtió en una víctima de accidente de tráfico Miguel García Rodríguez se asoció a Aspaym Impulsa Igualdad, un apoyo esencial para las personas con discapacidad por cuanto les proporciona ayuda de todo tipo, desde atención psicológica hasta fisioterapia. Con esta agrupación, precisamente, colabora como voluntario dando charlas de sensibilización para alertar del peligro. Esa es su principal ocupación, concienciar a otros sobre la importancia de no ingerir ni una gota de alcohol antes de ponerse al volante, en especial a los más jóvenes.
Miguel García Rodríguez
Víctima de un accidente de tráfico por el alcohol
Por eso aplaude la intención del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, de rebajar la tasa de alcoholemia de 0,5 a 0,2 gramos por litro en sangre para todos los conductores. Al igual que la organización a la que pertenece, Miguel cree que es «acertado» trabajar en esa dirección, pero considera que el límite debería eliminarse completamente. «El 40% de los muertos en accidente de tráfico dan alcohol o drogas», sentencia, y afirma tajante que «al volante, cero alcohol. La tasa debería ser 0,0. Para beberte una cerveza, te da igual bebértela o no. Así que no te la bebes y punto. O te bebes una sin alcohol o un refresco y ya está, que te va a dar lo mismo», zanja.
Publicidad
Porque de lo contrario las consecuencias son irreversibles. En su caso, tuvo que decir adiós a su puesto en una empresa de fitosanitarios y semillas, además de adaptar completamente la vivienda a sus nuevas necesidades, desde el cuarto de baño –«¿sabíais que esa puerta es más estrecha que las del resto de la casa?», pregunta– a la cocina, puesto que es aficionado a andar entre fogones. Y no tiene hijos, porque «a ver quién los cuida, si mi mujer me tiene que cuidar a mí».
De ahí que aproveche para lanzar un mensaje a partir de su experiencia personal a los que cogen el vehículo después de haber bebido: «Esto te cambia la vida y cambia la de los que están a tu alrededor, y no hay vuelta atrás. No es como si tienes un accidente, te rompes un brazo o una pierna, te lo escayolan y se te cura. Aquí no hay curación. Esto es para siempre, de momento».
0,99€ primer mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.