Una vallisoletana, «atrapada» en España al no poder acceder al pasaporte covid

Pero en su caso, los problemas se iniciaron al concederle la beca Erasmus que había solicitado con destino a la ciudad italiana de Turín. Para viajar entre países europeos, se necesita el pasaporte covid que acredite, por cualquiera de las tres vías contempladas, que se está inmunizado ante el virus o que no se está infectado. Es entonces cuando le comunicaron la imposibilidad de acceder al documento. La Unión Europea, que requiere dicha autorización para la movilidad entre sus países miembros, no reconoce la prueba de antígenos como válida a la hora de acreditar que se ha pasado la enfermedad.

A ojos del organismo europeo, Patricia no ha pasado la covid. Pero a efectos de la Seguridad Social y el Sacyl sí. Una «incoherencia» que le puede costar a Patricia, en el mejor de los casos, un desembolso económico de 100 euros aproximadamente para realizarse una PCR cada vez que tenga que hacer algún desplazamiento. «Incluso en algunos sitios de Italia requieren el pasaporte para poder acceder a algunos establecimientos», apunta Patricia.

La estudiante y su familia también poseen un seguro médico privado. Y allí tampoco les han dado más solución que exculparse de toda responsabilidad y argumentar que ese tipo de trámites son competencia de la sanidad pública. «Seguí insistiendo en la Seguridad Social para encontrar una manera de solucionar mi problema y al final, después de mucho luchar, me dieron un certificado individual en el que se acreditaba que yo había pasado la enfermedad a partir del 22 de mayo, pero no dice nada más. No está ni sellado y es valido solo para el territorio de Castilla y León, en Madrid o Galicia, no tiene ninguna efectividad», lamenta. Después de varios intentos de reclamar soluciones sin éxito, Patricia mantiene carrera contrarreloj para encontrar una solución antes de septiembre, cuando tiene reservado tanto el vuelo como la entrada de su piso en la capital turinesa.

«Es totalmente injusto porque yo, como mucha otra gente no ha decidido que le hiciesen una prueba de antígenos en lugar de una PCR», insiste Patricia. Además, aunque se decidiese modificar esta medida, «me pillaría en Italia porque en lo que la aprueban y se hace efectiva y demás, ya tendría que estar allí», afirma.

La incertidumbre es la palabra que mejor define su realidad porque, cuando llegue el momento, acudirá al aeropuerto sin saber si podrá salir del país o tan siquiera si podrá abordar la nave. «Hoy en día yo no sé que va a pasar conmigo, si podré irme o si no, ni si voy perder un dinero que ya he pagado. No sé como voy a poder solucionarlo», concluye Patricia.