Alumnos del colegio Maristas forman fila en el patio, con la distancia de seguridad. RAMÓN GÓMEZ

Valladolid vuelve al cole con la ilusión del primer día y la incertidumbre del nuevo curso

Los escolares de Infantil y Primaria estrenan los protocolos anticovid con mascarillas desde los 6 años y lecciones sobre el nuevo funcionamiento de las escuelas

Víctor Vela

Valladolid

Miércoles, 9 de septiembre 2020, 21:59

«Los niños nos han dado hoy una lección a todos», asegura María Capellán, a las puertas del colegio María Teresa Íñigo de Toro, mientras espera a que su hija salga de clase y comente las experiencias de un primer día «atípico», las vivencias de esta jornada que inaugura ... un curso de mascarillas en la boca y dedos cruzados para que el virus no se cuele en clase.

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Si los profes tuvieran que poner ya las notas, habría aprobado general para sus alumnos. Porque el grado de cumplimiento de los protocolos fue absoluto en los centros educativos de la comunidad, según explicó la consejería de Educación, que subrayó la normalidad con la que transcurrieron las primeras horas de un curso plagado de dudas e incertidumbres que se intentan conjurar con las medidas consensuadas entre el Gobierno y las comunidades autónomas. «La jornada de este miércoles supone el primer gran paso para garantizar el derecho a la educación en un año tan atípico», aseguraron en la consejería.

La primera demostración tuvo lugar a partir de las 8:40 horas, cuando el entorno de los colegios se llenó con las familias que, citadas por cursos y de forma escalonada, se acercaron hasta las puertas de los centros educativos. Solo hasta las puertas, porque los padres tienen prohibido el acceso al interior de las instalaciones (también se impidió la entrada a los medios de comunicación).

Tan solo –en algunos centros como El Peral–, se ha permitido ingresar en el patio a los padres de los alumnos de Infantil, los más pequeños de tres y cuatro años. El resto han tenido que dejar a los niños en la puerta del recinto y ver cómo, en filas, con metro y medio de separación, se dirigían a sus clases. Y mientras los niños cumplían, fuera eran habituales las aglomeraciones de padres, juntos. Con mascarilla, sí, pero en corrillos, sin la distancia que se exige a sus hijos dentro del cole.

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Los centros han abierto puertas inéditas, selladas en los cursos anteriores, para ofrecer más accesos y evitar así las grandes concentraciones de chavales. De hecho, Educación recomienda a las familias, en aquellos casos que sea posible (será más fácil en Secundaria que en los cursos inferiores), que los niños acudan solos al centro. Si no fuera posible, aconseja que sea siempre el mismo adulto quien los deje y recoja.

En el interior de las aulas: metro y medio de separación entre pupitres y mascarilla obligatoria a partir de segundo de Primaria (con un máximo de 25 estudiantes por clase). Y junto al encerado, un maestro que dedicó las primeras horas a «transmitir tranquilidad y generar confianza». «Lo más importante es que sientan, desde el primer día, que el colegio es un lugar seguro. Y recordarles que ellos también tienen una responsabilidad personal para conseguirlo. Que su comportamiento es importante para alcanzar esa seguridad», asegura Clara Palencia, directora del José Zorrilla, un centro que desde hace dos años ha impulsado el proyecto educativo 'Emociónate', que a través de asambleas y tutorías ha puesto el acento en este trabajo emocional «que hoy es tan importante».

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En todas las aulas, de todos los niveles, se abordó la situación provocada por el coronavirus. Todos los tutores insistieron en la necesidad de lavarse las manos, en las medidas de higiene, en que este será un curso «extraño, diferente» que han de vivir con la mayor normalidad posible. «Hay que intentar darle naturalidad, evitar los miedos, pero sin olvidar que el virus está ahí», aseguran desde el colegio de las Huelgas Reales. La consejería de Educación ha insistido en la necesidad de generar espacios de confianza en las aulas, con recordatorios constantes respecto a la obligación de higiene de manos (al menos cinco veces al día) y de llevar la mascarilla (salvo en Infantil y primero de Primaria).

«Los niños han estado nerviosos. Se les notaba desde primera hora de la mañana. Se han pasado más de seis meses sin ver a muchos de sus compañeros y tenían ganas de volver a encontrarse», asegura Capellán, presidenta de Fapava, la federación de padres y madres de alumnos de Valladolid. El 'cuidado, no corras', el 'saluda con el codo' fueron mensajes habituales que los adultos recordaban a los críos a las puertas del colegio. Y que los profesores insistieron durante el recreo, uno de los momentos más delicados de la jornada.

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La mayoría de los centros han establecido turnos para el uso del patio e incluso lo han parcelado para que no se mezclen las clases. En algunos colegios, como el Isabel la Católica, estrenan además pintura, con un diseño que ha contado con la colaboración de los padres. «Hemos querido dar una nota de color al patio, sobre todo este año que no lo podrán utilizar del modo en el que nos hubiera gustado», cuenta Lola Diez, directora del centro. El protocolo educativo para este año recomienda vigilar que en los recreos no se practican juegos que impliquen contactos habituales. Por eso, se buscan alternativas a los tradicionales partidillos de fútbol y en algunos centros se han precintado las porterías para evitar tentaciones.

«El curso ha empezado a rodar. Son todas acciones muy novedosas y habrá que estar vigilantes para que se cumplan los protocolos», asegura David Moya, presidente de Confacapal, la federaciones de asociaciones de padres y madres de Castilla y León. «Las medidas que se han tomado están muy claras, pero tenemos que estar atentos para que se lleven a la práctica», indica Moya, quien recuerda que el curso se ha iniciado sin que aún se hayan resuelto todos los flecos. «No hay un modelo estándar de esa declaración responsable que debemos firmar las familias para garantizar que llevamos a los niños sin síntomas. Algunos centros han pasado sus propios modelos y, en varios casos, hemos recomendado a los padres que no lo firmen, porque se excedían en lo que las familias tenemos que asumir», indica Moya. Por ejemplo, escritos en los que «se descargaba de toda responsabilidad de contagio al centro». «Ha empezado el curso, y ese documento común ya debería existir», insiste el presidente de Confacapal.

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La Junta ha elegido esa modalidad de declaración responsable para garantizar que no vayan niños al colegio con síntomas compatibles con la covid. El Gobierno proponía esta alternativa o bien que se tomara la temperatura a los niños, en el propio colegio, antes de entrar en clase. Ayer, en varias instalaciones (como el Miguel Delibes, en La Victoria, o el Ponce de León, junto al paseo de Zorrilla) pasaban el termómetro por la frente de los escolares. El director de este último centro, Gregorio Pérez, calificó la jornada como un día de «normalidad un poco extraña». No en vano, apuntó que el inicio estará marcado por los «continuos» cambios, ya que las administraciones educativa y sanitaria se adaptan «día a día» a la realidad cambiante. Hasta el punto, precisó, que el protocolo elaborado por los centros se modificará sobre la marcha, de cara a su mejora continua.

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