En noviembre de 2007, Sofía Loren estuvo en Valladolid para recoger la Espiga de Oro de la Seminci. Ese mes, Renfe anunciaba que cinco trenes AVE conectarían de forma inminente Valladolid con Madrid en un tiempo que oscilaría entre 56 y 67 minutos, ... dependiendo de si paraban en Segovia. El día 10, en Santiago de Chile, el Rey Juan Carlos pronunciaba una de sus más famosas frases y mandaba callar a Hugo Chávez cuando éste interrumpía a Rodríguez Zapatero. Y el 23 de noviembre, El Norte de Castilla salía a los quioscos con un titular de portada premonitorio: El mercado local de la vivienda empieza a mostrar serios signos de saturación. Valladolid tiene una bolsa de dos mil pisos nuevos sin vender por primera vez en cinco años.
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En noviembre de 2007, la Seguridad Social contabilizaba en Valladolid 222.045 afiliados en alta laboral. Desde entonces han transcurrido casi dieciséis años, 185 meses o 5.550 días y la provincia nunca había vuelto a registrar semejante nivel de empleo. En 2008 se pinchaba la burbuja inmobiliaria y financiera y llegaba la gran crisis y la recesión posterior. El mercado laboral local todavía mantenía el tipo un año después, con 217.546 afiliaciones, pero la caída era inminente e imparable. En los años posteriores, casi cada mes marcaba una cifra inferior a la del anterior. En enero de 2012 se perdía la barrera de los 200.000 cotizantes en activo y dos años después, la provincia tocaba suelo con 187.488 personas con trabajo. La remontada ha requerido más de diez años.
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Ángel Blanco Escalona
El ministro José Luis Escrivá informaba la semana pasada de que la Seguridad Social continúa en el presente mes de mayo transitando por su senda de crecimiento. Entre los días 2 y 15 pasados, Valladolid ha registrado una media de 224.268 afiliados y la cifra de final de mes será aún mejor, ya que el día 15 tenía inscritas más de 225.000 personas en la provincia. No sucede lo mismo en el conjunto de Castilla y León, donde la recuperación también continúa pero aún no se ha superado la cifra anterior a la crisis de 2008. La comunidad superó entonces los 985.000 afiliados (un récord que también se produjo en noviembre de 2007) y actualmente tiene casi 957.000.
La cifras de empleo vuelven a ser similares a las de hace 16 años, pero el panorama que ofrece el mercado laboral vallisoletano presenta algunas diferencias sustanciales. No hay el mismo número de personas trabajando en los sectores y actividades que hace tres lustros. Desde hace años, décadas, se habla de la necesidad de 'cambiar el modelo productivo' y pisar el acelerador en la industrialización, haciendo que la economía dependa menos del sector servicios. ¿Ha sucedido realmente algo parecido después de la gran crisis y la doble recesión, después del estallido de la pandemia de covid, de la crisis energética y de la llegada de la superinflación?
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15%
es la cuota de afiliados vallisoletanos en el sector de la industria manufacturera, el que más pesa en la provincia. Hace quince años era el comercio, con el 16%
Los registros de la Seguridad Social permiten analizar el mercado de trabajo de forma pormenorizada hasta enero de 2009. Por aquel entonces la destrucción de empleo ya había comenzado y Valladolid contaba con 211.000 afiliados, pero el perfil de aquel pasado permite comprobar qué es lo que más ha cambiado. Quizá lo más llamativo sea lo siguiente: la rama de actividad que más afiliados tenía entonces en Valladolid era el Comercio, con el 16,43% del total, seguida de la Industria manufacturera, con el 15,02%. Hoy el primer puesto lo ocupa la Industria, con el 15,04%, mientras que el Comercio (que va unido a la reparación de vehículos en la estadística) que bajado al 14,84%. Otro acontecimiento sucedido entre 2007 y 2023 es clave en la transformación de la economía y la sociedad. El 15 de septiembre de 2011, Amazon abría sus puertas en España.
Los 1.700 afiliados a la Seguridad Social perdidos por el sector comercial palidecen frente a los más de 9.100 que ha perdido el que hace casi quince años era el tercer sector con más afiliados. La Construcción concentraba el 11,17% de los afiliados y ahora acoge al 6,39% del total. El tercer descenso de trabajadores más abultado se da en las actividades financieras y de seguros, que como consecuencia de la digitalización del negocio bancario ha pasado de emplear al 2,26% entonces al 1,61% ahora; 1.177 personas menos. El epígrafe de Otros servicios (donde caben desde las reparaciones de aparatos, o de calzado, peluquerías, tintorerías y todo tipo de asociaciones, incluidas las empresariales, sindicales o religiosas) han perdido también algo más de 1.000 integrantes.
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Prácticamente todo lo demás ha salido ganando. Lo que más, las actividades Sanitarias y de Servicios Sociales. De representar el 8,05% de los afiliados han crecido hasta el 11,62%, que en cifra absoluta son casi 8.600 personas más. El envejecimiento de la población, así como el aumento de la esperanza de vida, unidos a una mayor incorporación de las mujeres al mercado de trabajo en detrimento de la dedicación al cuidado de familiares dependientes son algunas de las claves de este cambio. En 2007, Castilla y León tenía 656.000 ocupados hombres y ahora son 541.400; en ese periodo, las mujeres ocupadas han pasado de 437.400 a 451.600.
6,9%
es el porcentaje de afiliados en hostelería dentro del total, una actividad que se ha visto incrementada en 2.200 personas
El segundo mayor salto lo ha dado la Educación, con 4.582 cotizantes más que hace tres lustros. De suponer el 5,13% del mercado laboral ha pasado al 7%. El tercer incremento más significativo es el de las Actividades administrativas y Servicios auxiliares, con 3.239 afiliados más: del 7,89% al 9%. Caben en este epígrafe desde cualquier tipo de trabajo de oficina a agencias de viajes, seguridad privada, jardinería, limpieza, teleoperadores y comerciales, entre otros muchos.
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El empleo ha experimentado también un notable crecimiento en la Hostelería. Su peso en la afiliación solo ha ganado unas décimas (del 6,22% al 6,93%), pero en números absolutos suponen casi 2.200 personas más. Algo similar sucede con la Industria manufacturera, que cuenta con 1.626 cotizantes más. Aumentos de más de 1.100 personas se dan también en las Actividades profesionales, científicas y técnicas (del 5,17% al 5,47%) y en las Artísticas, recreativas y de entretenimiento (del 1,56% al 2%).
Otro de los cambios producidos en el mercado laboral vallisoletano en estos últimos años no es tan fácil de cuantificar, aunque sí presenta indicios más o menos evidentes. Tiene que ver con el afloramiento de empleo sumergido. Cuando el INE encuestaba a la población en 2008, decían tener trabajo más de 242.000 personas, mientras que los registros de afiliación contabilizaban 220.000. En el primer trimestre de este año, cuando los inscritos en la Seguridad Social volvían a rondaban los 220.000, los ocupados reflejados en la EPA son 222.500.
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16,1%
de los inscritos en la Seguridad Social son trabajadores autónomos, un colectivo que en 2009 representaba el 19,4% del total
El mercado laboral vallisoletano es diferente a como era antes de la crisis de 2008 en otro aspecto de su configuración. Todo el incremento en la afiliación se ha producido en el Régimen General de la Seguridad Social, es decir es de los asalariados. Mientras tanto, el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos, el RETA, ha sufrido una merma sustancial. De los casi 40.000 autónomos que tenía Valladolid en 2009 se ha pasado a algo menos de 35.000. Una pérdida de cinco mil inscritos que ha hecho que el colectivo de los trabajadores por cuenta propia haya pasado de representar el 19,40% de la fuerza laboral a suponer el 16,16%.
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