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Robo en la calle Madroño, Covaresa, en el año 2018. J. Sanz/R. Jiménez

Valladolid suma 2.700 viviendas asaltadas en la última década

El 2024, a falta de las cifras oficiales, va camino de convertirse en el año con más robos en casas de la ciudad

Álvaro Muñoz

Valladolid

Lunes, 27 de enero 2025, 06:34

Todo apunta a que el pasado 2024 va camino de convertirse en el año con más robos con fuerza en viviendas en la capital vallisoletana. A falta de los datos del último trimestre del balance de criminalidad, Valladolid, por ejemplo, ya ha superado los números ... de 2023.

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Ese año se registraron 162 robos, mientras que en 2024 esa cifra ha crecido ya hasta los 290 (a falta de contabilizar los datos de los meses de octubre, noviembre y diciembre). De confirmarse esa tendencia alcista, con un verano prolífico en asaltos en diferentes puntos de la ciudad con especial énfasis en la zona sur, Valladolid superaría al 2022 y 2017, con 334 y 328 asaltos respectivamente.

Es el primer análisis que se rescata de unas cifras globales sobre el último decenio en la capital vallisoletana, donde desde el 2015 ya se han asaltado 2.700 viviendas. Si se tiene como referencia que en Valladolid hay alrededor de 158.000 habitáculos de habitabilidad, según cifras de la Concejalía de Urbanismo, las casas robadas durante este tiempo supone casi el 2% del total.

Todo eso en la capital, pero el mundo rural, con un territorio más extenso por cubrir por parte de la Guardia Civil, refleja unas cifras más significativas. Para muestra dos botones: los 484 robos con fuerza en todo territorio de la provincia (incluida la capital) en este 2024, que se engloban en el total de 5.751 casas robadas en los últimos diez años.

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En este año que acaba de finalizar, la delincuencia en viviendas ha estado centrada especialmente en la periferia de la ciudad, con episodios esporádicos en calles más céntricas. Una de las hipótesis con la que se trabajó es la presencia de más bandas itinerantes respecto a veranos anteriores, que se movieron por territorio nacional ante el aumento de seguridad en otros países como Francia por la celebración de los Juegos Olímpicos de París.

Una tesis que habría traído más delincuencia al verano vallisoletano con el periodo vacacional y el abandono momentáneo de las primeras residencias. Eso llevó hasta el sur de la capital un dispositivo especial de la Policía Nacional para frenar la ola de robos. Se prometieron detenciones y llegaron con el paso de las semanas. Las primeras denuncias por robos con fuerza en esta zona sur de la ciudad se registraron al inicio del verano. Al parecer, el 'modus operandi' de forzar ventanas o saltar tapias se repitió a lo largo de los últimos meses para hacerse con un botín conformado por dinero y joyas. Hasta las huchas de los niños. Precisamente las calles Valdenebro de los Valles y Villán de Tordesillas fueron las primeras en Las Villas que sufrieron los asaltos. De ahí pasaron a la urbanización de Santa Ana, donde los intentos, a pesar de que los chalets contaban con alarmas, continuaban en aumento.

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«Esto es como las claves de Internet, que nos recomiendan cambiarlas cada cierto tiempo; en las puertas y cerraduras lo aconsejable es hacerlo cada diez años»

Óscar Cuéllar

Incursiones en terrenos privados por ventanas y puertas que contrastaban con otros métodos como el del hilo, consistente en marcar puertas de pisos con testigos. Si ese hilo, que en muchas ocasiones no es visible a no ser que uno se fije detenidamente, permanecía varios días sin romperse significaba que durante esos días esa puerta no se había abierto.

Este método se puso en práctica en los primeros días del mes de agosto, cuando patrullas de la Policía Local atendieron el aviso de una vecina del número 45 de la calle Hospital Militar después de que esta recibiera la llamada de otra inquilina del mismo inmueble, que no se encontraba en su domicilio, para alertarla de que habían intentado entrar en su piso.

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La llamada la realizó después de que pudiera ver desde la aplicación de su móvil cómo un hombre había entrado en su casa con el método del 'bumping', si bien nada más forzar la puerta saltó una alarma, lo que obligó al sospechoso a abandonar la zona. Esos escasos segundos de asalto fueron filmados por un sistema de videovigilancia que la propietaria, desde la distancia, aportó a la Policía para que se iniciara la búsqueda.

Asalto a un chalet de la urbanización Fuente Berrocal durante el pasado 2024. El Norte

A los pocos días, dos hombres y una mujer fueron arrestados para ingresar en prisión. Detenciones que se sumaron a las practicadas por la Policía Nacional en los meses de verano, resultando más de seis personas detenidas en Valladolid integrantes de tres grupos organizados de carácter itinerante, todos ellos con auto de ingreso en prisión y en total más de diez personas identificadas integrantes de cinco grupos organizados diferentes.

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Durante todo el año

Es el balance de un año prolífico en este tipo de delitos en que la urbanización Fuente Berrocal estuvo en el centro de los ladrones durante varias semanas. No era periodo vacacional y en esta ocasión, según relataron los vecinos, hacían el viejo truco de tocar el telefonillo para asegurarse de que no había nadie en el interior. De tal forma, saltaban al interior e, incluso, se cambiaban de vivienda desde los patios interiores. El temor se instaló en la zona, que solicitaba más presencia policial. En muchos de estos casos los sustos se quedaron en intentos de robo, aun así las dotaciones policiales estuvieron destinadas en esos puntos durante bastante tiempo.

En este decenio analizado con los datos del balance de criminalidad, los robos con fuerza en domicilios han sufrido variaciones. Los métodos han avanzado y estos han estado casi siempre por delante de la Policía. Métodos como el 'bumping' han llegado recientemente para dejar unas cerraduras a las que a simple vista parece que no han estado forzadas. «Antes es verdad que se llegaba a un bloque de pisos e intentaban entrar en siete viviendas, ahora es todo más salteado. Siempre van a la puerta que detectan como la más débil. De ahí, la importancia de tener siempre una puerta mejor que la del vecino y renovar los sistemas de seguridad. Hace unos años parecía que estábamos muy asegurados con esas cerraduras gordas similares a las de las cajas fuertes, pero en una semana cambió todo y los ladrones podían acceder», recalca Óscar Cuéllar de Puertas Cuéllar.

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Insiste en que el robo en las casas nunca va a desaparecer. Será una estadística que siempre arrojará datos, ya sean más o menos. «Al final esto es como las claves que tenemos en Internet, que nos recomiendan cambiarlas cada cierto tiempo. Pues en las puertas y cerraduras lo aconsejable es hacerlo cada diez años. Ahora, volvemos a tener otra vez un nivel alto de seguridad en las viviendas», concluye el especialista en el sector de la seguridad.

Los robos en los comercios, a la baja

En el plano de las estadísticas, los robos en los comercios de Valladolid han bajado ostensiblemente. Han mermado según los balances de criminalidad. Si en 2016 se registraron 500 asaltos en los negocios de la toda provincia, diez años después, esa cifra ha disminuido hasta los 172 (a falta de sumar los meses de octubre, noviembre y diciembre). Precisamente, los últimos que se han conocido en la provincia han tenido como objetivo terminales móviles. Apple, Media Markt o la tienda de Movistar de la avenida de Palencia, este último contabilizado en 2025, han sido asaltados de madrugada en los últimos tres meses para hacerse con una mercancía valorada globalmente alrededor de los 500.000 euros.

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