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El hotel Vincci Frontaura acogió este sábado la convención Dolly Pucela. Un evento que reunió a cientos de aficionados y 40 expositores de muñecas Blythe, ... que llegaron desde todos los puntos de la geografía española, demostrando así el furor que causan estas icónicas muñecas entre coleccionistas y artesanos.
Las Blythe, creadas por la compañía estadounidense Kenner en 1972, se caracterizan por sus grandes ojos redondos que cambian de color y posición, sus medidas desproporcionadas y la posibilidad de ser personalizadas de manera artesanal. A diferencia de la famosa Barbie, no están sujetas a estereotipos ni a una imagen predefinida, lo que permite a cada propietario crear su propio estilo a través del cambio de ojos, maquillaje, cabello y vestimenta.
Las organizadoras del evento, Marieta Salgado y Raquel Sanz, explicaron que la feria nació de su amor por estas muñecas y del deseo de reunir a la gran comunidad de aficionados que hay en España. «Nos conocimos gracias a nuestra pasión por las Blythe y hace tres años decidimos lanzarnos a la aventura de organizar este evento», explicó Marieta. «Todo empezó como un hobby y ahora es una experiencia enriquecedora donde conocemos a gente maravillosa», añade Raquel, mientras muestra su pieza favorita, un muñeco al que ha llamado Kai. «Éste no está a la venta. Es una pieza de mi colección. Ésta es una afición cara, ya que el precio de las muñecas puede oscilar entre los 175 euros y los 1.100 euros. En función del trabajo que lleven», comenta.
Los expositores presentes en la convención mostraron piezas exclusivas y minuciosos trabajos hechos a punta de bisturí. Desde ropa y zapatos hasta muebles y accesorios en miniatura. El salón del hotel Vincci Frontaura era este sábado un paraíso para los más antojados coleccionistas. «Cada muñeca se hace manualmente. Se talla la carcasa con un bisturí quirúrgico para dar forma a la nariz y la boca, se pinta a mano y se personalizan los ojos, que pueden cambiar hasta cuatro veces de color», explica Marieta.
Una de las artistas que expuso allí sus creaciones fue la vallisoletana Verónica García, de Kukys Kukys. Ella, conductora de autobuses de profesión, encontró hace años este hobby que le hace muy feliz. «Este año traigo como novedad modelos con rostros totalmente esculpidos a mano en cera fría. Es un proceso laborioso, pero el resultado es espectacular«, comentaba mientras mostraba su trabajo.
Otro nombre destacado fue el de Fátima Hernández, conocida en el mundo Blythe como Espiralfaher, que llegó desde Logroño. «Trabajo con bisturí y dremel para modificar las caras de las muñecas, las maquillo por capas y utilizo masilla para crear volúmenes. Cada pieza es única». Con más de 12 años de experiencia en el sector, su stand fue uno de los más admirados, decorado con una gran luna llena que representaba su mundo onírico y creativo. «Soy diseñadora de interiores y toda mi creatividad la expreso en mis muñecas. Me emociona pensar que puedan hacen feliz a mucha gente, porque están hechas con mucho cariño. Afortunadamente esta afición está creciendo. Cada vez se organizan más eventos de este tipo en España y éste de Valladolid es estupendo», prosigue.
Uno de los stands más concurridos fue el de Mar de Rosas, de Madrid. En él, Saulo de la Fuente y Mar de la Rosa tenían expuestas todas sus creaciones. Diminutos muebles y complementos, así como ambientes para estas preciosas muñecas. «Acudimos a muchas ferias a lo largo del año, nacionales e internacionales, pero Dolly Pucela es especial, porque fue en la que empezamos hace tres años», cuentan estos artesanos. «Hacemos dioramas y escenas. Esto realmente es un hobby, es difícil vivir de ello», dicen mientras muestran una pequeña biblioteca a la que no le falta un detalle. Ella es informática y él director de seguridad. «Soy una apasionada de la decoración y como también me encantan las muñecas lo he adaptado a este mundo de miniatura», dice.
El público estuvo entregado a la causa. Fueron muchos los que acudieron con sus piezas de colección. Allí estaban las asturianas Rocío Fernández y su hija Zoe, de 8 años, demostrando que la pasión por las Blythe también se transmite de generación en generación. «Nos encanta asistir a ferias y personalizar nuestras muñecas juntas. Es una afición que nos une y nos divierte», aseguraba Rocío mientras Zoe mostraba su muñeca vestida con un diseño hecho a medida.
La jornada estuvo llena de actividades y sorpresas, incluyendo talleres gratuitos como el impartido por Verónica García sobre modelado en porcelana fría.
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