Nunca antes había llovido tanto en tan poco tiempo sobre una capital que mira habitualmente de reojo las inundaciones causadas por fenómenos como la gota fría en las regiones mediterráneas. Así que no es de extrañar que las calles se convirtieran en ríos a partir ... de las nueve y diez de la noche del martes, cuando la tormenta perfecta descargó con furia sobre Valladolid con una «intensidad torrencial» inédita en la historia meteorológica de la ciudad de 121,2 litros por metro cuadrado. Eso se tradujo en unos también inéditos 20,2 litros por metro cuadrados recogidos en tan solo diez minutos. Y así hasta sumar la friolera de 37,2 litros por metro cuadrado en las dos horas y veinticinco minutos que duró una tormenta que ocasionó 170 incidencias en toda la ciudad solo en la primera hora. La red de saneamiento no dio abasto. Y así lo reconocía ayer por la mañana el alcalde, Óscar Puente, antes de justificar que «semejante cantidad de agua era inasumible por la red que tiene la ciudad en un espacio de tiempo tan cortísimo». No lo hizo. Pero los daños, pese a todo, fueron «mínimos» salvo, en especial, para algunos negocios del entorno de las calles Platerías, Macías Picavea o Esgueva, que vieron anegados sus locales al subir más de un metro el nivel del agua.
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Los tres túneles que comunican el centro con los barrios (Vadillos, San Isidro y Labradores) se cortaron, hubo balsas que convirtieron en intransitables muchas calles, se anegaron garajes y cayeron algunos árboles y ramas por toda la ciudad. Pero la labor de policías, bomberos y funcionarios de otros servicios municipales (Protección Civil, Aquavall, Parques y Jardines...) consiguió minimizar las consecuencias de la «mayor tromba caída en la historia» y la ciudad logró recuperarse prácticamente por completo del aguacero en diez horas. Eso ocurrió a las siete de la mañana de este miércoles, cuando la calle Padre José Acosta, la última que permanecía cortada fruto de la acumulación de barro en la calzada, quedó despejada y abierta al tráfico. Aún quedaban ramas caídas, barrizales en distintos puntos y algunos edificios acordonados por caídas de cascotes (en las calles Val, Puente Colgante...). Cuestiones menores dado lo vivido la noche anterior.
21:10 La tormenta comienzan a descargar sobre la ciudad con una intensidad torrencial de 121,2 litros por metro cuadrado en los primeros diez minutos. Cayeron, en total, 37,2 litros hasta las 23:25 horas, 20,2 litros solo en los primeros diez minutos y 29 en veinte minutos.
21:20 El 112 recibe los primeros avisos por inundaciones. Gestionó 170 llamadas entre las 21:20 y las 22:30 por incidentes en la ciudad (y 22 más en la provincia).
21:22 El viento derriba dos farolas y un árbol en la calle Cardenal Torquemada.
21:45 La Policía Local corta los túneles de Circular, Labradores y Vadillos y el paso peatonal de Pilarica. Desalojan por la rampa de entrada a varios vehículos del aparcamiento de la Plaza Mayor.
21:50 Los avisos por balsas de agua e inundaciones de garajes, locales y calles se multiplican. Los principales incidentes se registran en Paseo de Zorrilla con Velázquez, la Glorieta del cine, plaza de San Bartolomé, Miguel Ángel Blanco con avenida de Salamanca, Doctor Quemada, Esgueva, Platerías y Paraíso -se inundan comercios, bares y bajos de viviendas-, Juan García Hortelano con Ciudad de la Habana, avenidas del Real Valladolid -se corta al tráfico- y del Mundial 82 y Padre José Acosta -cortada al tráfico-.
22:20 Los Bomberos rescatan a tres ocupantes de un coche que quedó atascado en la calle Topacio.
22:45 Los agentes reabren el túnel de la Circular.
23:30 Reabierto el túnel de Vadillos.
0:20 Se reabre al tráfico la avenida del Real Valladolid.
1:00 Reabierto el túnel de Labradores.
7:00 Se reabre al tráfico la calle Padre José Acosta.
Durante la más que agitada madrugada que sucedió a la tromba no hubo que lamentar heridos ni daños materiales de consideración en la vía pública. Tampoco en edificios públicos, como en Las Cortes -se desplomó la escayola del falso techo del vestíbulo-, en el Auditorio Miguel Delibes o en los cinco colegios e institutos públicos en los que se produjeron goteras (Marina Escobar, Gonzalo de Córdoba, Cardenal Mendoza, Emilio Ferrari y La Merced). Todos ellos, al igual que los aparcamientos subterráneos que vieron colarse el agua durante la tromba (Plaza Mayor o Isabel la Católica), pudieron funcionar con normalidad desde primera hora de la mañana salvo, en el caso de los citados estacionamientos, por la humedad que afectó a los ascensores y obligaron a mantenerlos cerrados.
17 de septiembre de 2019 20,2 l/m2 en 10 minutos, con una intensidad de 121,2 l/m2
12 de julio de 1999 18,1 l/m2 en 10 minutos, con una intensidad de 108,6 l/m2
1 de septiembre de 1999 16,2 l/m2 en 10 minutos, con una intensidad de 97,2 l/m2
Los Bomberos, sobre todo, tuvieron que multiplicarse en las horas previas para achicar agua, si bien es cierto que solo tuvieron que efectuar un rescate, en la calle Topacio, de los tres ocupantes de un coche que se quedó atestado en una balsa. Otros conductores lograron salir por sus medios, aunque empapados, del túnel de Labradores o del entorno del estadio. Los daños en, al menos, una decena de coches atrapados por el agua fueron cuantiosos.
La red eléctrica superó con nota la tromba de agua caída durante la noche del martes más allá de «producirse algunos disparos que causaron cortes puntuales de unos segundos sin mayores consecuencias en el suministro», destacaron ayer fuentes de Iberdrola antes de reconocer que los problemas, y razonablemente leves, se produjeron ya por la mañana al localizarse, al menos, dos centros de transformación anegados en la plaza de Portugalete y en la calle Mantilla. «No se produjeron estrictamente apagones como tal sino que hubo que cortar el suministro para sacar el agua de los pozos con bombas de achique y secar los transformadores», explicaron fuentes de la compañía. En el primer caso se vieron afectados medio millar de usuarios de calles como Angustias, en el entorno del Teatro Calderón, o la Bajada de la Libertad. El corte de suministro en este entorno se prolongó entre las 10:23 y las 11:18 horas. Durante este periodo tuvieron que regular el tráfico los policías locales al apagarse los semáforos. Pasado el mediodía se repitió la escena en la calle Mantilla, con 150 usuarios afectados, añadieron las fuentes consultadas.
La peor parte, sin embargo, se la llevaron los comercios del entorno de Platerías, que perdieron parte del genéro al colarse el agua, en especial, en los locales de los números impares de esta calle. «Ha habido daños en locales y edificios, pero creo que en general podemos decir que las consecuencias han sido mínimas para lo que cayó y la ciudad está hoy -por ayer- funcionando con absoluta normalidad», destacó el alcalde antes de incidir en que ante «un chaparrón puntual así, difícil de prever, no hay túnel o calle que pueda asumir tanta agua».
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Lo cierto es que los tres túneles de vehículos pudieron reabrirse, en el peor de los casos, en tres horas; mientras que la avenida del Real Valladolid pudo abrirse al tráfico en dos. Solo la calle Padre José Acosta permaneció cerrada hasta primera hora de la mañana.
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