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Las escuelas infantiles que dependen del Ayuntamiento (diez centros con 783 plazas) recibieron jueves a los alumnos menores de tres años en el primer día de un curso marcado por un «protocolo extremo de seguridad».
Entre otras medidas, se intensifica la limpieza y desinfección, se aumentan (en la medida de lo posible) las actividades en patios y al aire libre, hay toma de temperatura y se impide el contacto entre alumnos de varias aulas. Las familias tampoco podrán dejar allí los coches del bebé, no podrán acceder al interior de las instalaciones y los niños tendrán que limpiarse o cambiarse los zapatos con los que entran desde la calle.
Estas jornadas de adaptación (con horario reducido) suelen tener menos afluencia que el resto del curso, por lo que «aún es pronto para saber si habrá un descenso por el miedo al virus», aseguran desde el Consistorio, que defiende la seguridad de las escuelas.
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