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El evidente cambio meteorológico de las últimas horas es ya una realidad. El anticiclón ha comenzado a imponerse para poner fin al violento episodio de borrascas (Juan, Irene....) que dejaron aguaceros, vientos y nevadas a lo largo de la semana pasada. Todo eso es historia ... y la agencia de Protección Civil ha declarado formalmente este lunes el final de la alerta por fenómenos adversos que permanecía activa desde el viernes con la mirada puesta aún en la situación de los ríos.
El bloque anticiclónico, que impedirá la llegada de nuevas borrascas, marcará el final del presente mes y traerá un tiempo prácticamente primaveral para los próximos, con temperaturas muy suaves «más propias del mes de marzo», tal y como apunta la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), aunque tendrán como contrapartida el regreso de las nieblas matinales a Valladolid.
El mercurio ha comenzado ya este lunes su ascenso, hasta superar los doce grados, y de cara a los próximos días (prácticamente hasta que concluya el mes) se espera un tiempo muy suave y seco, con máximas que rondarán los quince grados y mínimas que se situarán en torno a los cinco.
Nada que ver, en definitiva, con lo vivido entre los días 13 y 19 de enero, cuando se recogieron más de cincuenta litros por metro cuadrado en esos siete días (más de lo esperado para todo el mes), hasta elevar el balance hídrico de enero a los 68,6 litros por metro cuadrado, el 53% más de lo esperado para el conjunto del mes (44,8).
Las sucesivas borrascas que causaron semejante diluvio, responsable, junto al deshielo, de los recientes desbordamientos de los principales ríos de Valladolid, también vinieron acompañadas de vientos fuertes y alguna tímida nevada (más intensas en provincias vecinas como Soria) y un vaivén de temperaturas altas (el día 16 se alcanzaron unos inusuales 14,7 grados) y bajas (el pasado fin de semana se registró la mínima del invierno con -4,4 grados registrados en la capital el sábado).
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Ahora llega la estabilidad meteorológica, eso sí, con un aviso coincidente de la Aemet y la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) en cuanto al deshielo que causará el incremento de las temperaturas y que puede provocar nuevos repuntes, en principio, moderados, de los caudales de los ríos.
«El bloque anticiclónico evitará las entradas de borrascas atlánticas, por lo que no se esperan precipitaciones en Castilla y León y el único aporte de agua a los ríos será de un deshielo muy lento debido al aumento de temperaturas, que serán más propias de marzo», concretan desde la Aemet regional. La presidenta de la CHD, María Jesús Lafuente, ahonda en que «se va a mantener la situación de aviso por la fusión de la nieve recogida en cotas bajas de afluentes como el Cega, el Adaja o el Zapardiel».
Las últimas lluvias, como nota positiva, han incrementado el volumen de agua embalsada de la cuenca del Duero, que ahora se encuentran al 67,5% de su capacidad, 3,2 puntos por encima de la situación de hace un año y un 6,4% más que la media de los últimos diez años, según recogen los datos facilitados por la CHD.
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