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Cada vez son más los profesionales sanitarios extranjeros que quieren trabajar en España y también crecen los que se van del país en busca de oportunidades de formación o mejores contratos laborales. El Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos expidió un total de 4. ... 100 certificados de idoneidad profesional en 2019 a médicos españoles para salir al extranjero, una cifra que supone un crecimiento de un 18,7% respecto a los datos de 2018, cuando fueron 3.452.
El año pasado, en el difícil ejercicio de la pandemia, la organización ratificó 3.559 documentos de este reconocimiento profesional, un 13,2% menos que el ejercicio anterior. Fueron 19 en Valladolid en 2020 y otros seis ya lo han solicitado en lo que va este año. En los últimos ejercicios, se mueven entre los 15 profesionales de 2019 y los 37 de 2017. El dato histórico, desde el 5 de noviembre de 2015, es de 131 certificados expedidos –imprescindibles para poder trabajar o estudiar fuera–, según los datos del Colegio Oficial de Médicos de Valladolid. No obstante, de un año para otro pueden corresponder a la misma persona porque si el profesional continúa trabajando en el extranjero debe volver a solicitarlo.
En cambio, han llegado para ejercer en la ciudad y la provincia 27 médicos foráneos, todos ellos extracomunitarios, lo que les obliga a homologar su título, pasar un examen y hacer un 'reciclaje' con prácticas. Si fueran de la Unión Europea, el papeleo sería mínimo.
A fecha del pasado mes de octubre había 5.764 médicos a la espera de que su titulación extranjera fuera reconocida en España. Es la profesión con mayor demanda y la que acumula más expedientes a la espera, aunque la recién aprobada normativa establece seis meses para resolver una homologación. Casi la mitad de los expedientes de médicos no superan la criba de la homologación. Solo en torno al 10% de las peticiones fueron aceptadas, pero hay un considerable estancamiento, según denuncian los afectados. Una vez equiparado el nivel de estudios y superado el papeleo, a estos profesionales les queda superar un examen. Solo un 25% lo supera. El pasado otoño fue la segunda vez que se realizaban tales pruebas desde 2012, una medida del Ministerio de Sanidad para atajar el déficit de especialistas. De los 456 aspirantes convocados a estos exámenes, se prese0ntaron 243 candidatos, un 53,29%. La tardanza en realizar una nueva convocatoria o el miedo a no superar la prueba, dado que solo se puede participar dos veces, justifican probablemente las bajas cifras de participación.
El Comité de Evaluación consideró aptos a 109 aspirantes, el 44,85%, de los 243 presentados de 24 especialidades diferentes. Los que hayan superado la prueba teórica y práctica ahora deberán realizar un periodo de ejercicio profesional en prácticas en la comunidad autónoma elegida para ello.
La primera fase de homologación para los especialistas titulados fuera de la Unión Europea busca garantizar que su formación en el país de origen cumpla unos estándares europeos. Paradójicamente, a pesar de que en el Sistema Nacional de Salud no se debería poder ejercer sin una especialidad legalmente reconocida, no es raro que haya extracomunitarios trabajando en la práctica como especialistas aún sin tener la homologación, un proceso que puede demorarse entre uno y dos años, sobre todo por falta de documentación, un aspecto que genera mucha controversia.
A Valladolid llegaron el año pasado, según los datos facilitados por el Colegio Oficial de Médicos, 18 especialistas extranjeros que cumplían todos los requisitos para colegiarse y ejercer, y nueve se han sumado este año. Todos ellos son extracomunitarios, de países hispanoamericanos: Colombia (7), Venezuela (5), República Dominicana (4), Honduras (3), Ecuador (3), Bolivia (2),Cuba (2) y Guatemala (1). En cuanto a las especialidades, la más habitual es la de medicina general, la titulación que tienen estos 27 nuevos incorporados al sistema sanitario regional, que es similar a la vía MIR de Medicina de Familia y Comunitaria española.
En cuanto a los extranjeros formados vía MIR en Valladolid, han sido 15 los médicos residentes los que han ejercido en cada una de las dos últimas anualidades. En 2020 se incorporaron a esta formación tres facultativos de la Comunidad Europea: dos de nacionalidad italiana y uno portuguesa y, el resto, procedentes de Sudamérica, sobre todo colombianos y, en menor medida, ecuatorianos y dominicanos, entre otros. Medicina de Familia es, con cinco residentes, la especialidad más demandada por los extranjeros el año pasado.
Valora José Luis Almudí, presidente del Colegio Oficial de Médicos de Valladolid, que la veintena de médicos de esta provincia que piden cada año el certificado para trabajar o estudiar fuera «es un volumen razonable y hasta bueno porque tiene que haber movimiento y no solo salen por falta de oportunidades, a veces se van a prepararse mejor y no es un número muy grande». Tampoco le preocupa que haya médicos extracomunitarios «si están bien preparados, se les exige y controla la legalidad de su titulación y se preparan con prácticas. Está bien». Pero lo que realmente tiene un horizonte oscuro para este representante de la profesión y además médico de Familia y docente de futuros especialistas es que «se sigue sin sacar las plazas suficientes, sin abordar el problema; no hay que perder de vista que un médico tarda en formarse unos once años. Y la capacidad docente es deficitaria». Explica que para ser tutor hace falta un médico que esté acreditado como tal y trabaje en un centro de salud u hospital que también lo esté. «Y cada vez hay menos porque ni te pagan ni te reconocen. Estamos en consultas saturadas y se necesita tiempo para formar a las personas que tienes, a mí me encanta enseñar; pero hay que contar con recursos para ello y es algo mal valorado».
Junto a ello, «está sin solucionar el problema de los médicos que no superan el examen MIR y que tras una carrera de seis años son egresados en el limbo, sin poder trabajar más que en urgencias de un centro privado y similar, nunca en Sacyl. Hay una bolsa de estos médicos y no se puede recurrir a ellos sin que se hayan especializado vía MIR como el resto».
Insiste Almudí en que la Atención Primaria requiere «una reforma para que sea sostenible. Faltan médicos, se jubilan y se forman insuficientemente; pero nadie tiene la valentía de afrontarlo en profundidad y con años vista. Hay que ajustar la formación en las facultades de Medicina y las plazas MIR a las necesidades. Hay que buscar el consenso, el modelo actual es insostenible, no hay recursos humanos para ello. Hay que fidelizar a los MIR y reformar la asistencia sobre todo rural, hay más de 3.600 consultorios en Castilla yLeón. Es necesario fomentar el transporte a la demanda, la cita previa como ya se hace en las ciudades, un centro de salud potente, con más medios de diagnóstico y resolución que atienda toda una zona; pero no puedes tener un médico parado en un consultorio. Si hay pacientes inmovilizados o que no pueden ir al centro se desplazará el equipo médico».
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