Carolina Amo
Valladolid
Viernes, 9 de febrero 2024, 00:04
Fue en 1965 cuando Regino Alonso Martínez se fijó en el local número cinco de la calle Regalado. De ese espacio de más de 250 metros nacería el 1 de octubre de ese mismo año una tienda que terminaría dando servicio durante los próximos 59 ... años. A sus 84 años, Timina Barbero, esposa de Regino, ha decidido que antes de verano pondrá fin al legado familiar y echará el cierre a la tienda Regalado.
Publicidad
«Me jubilo yo y se jubila todo», explica Barbero que señala que, además de esta, son seis tiendas a mayores las que cierran en la ciudad. «Arca Real en Vadillos, otra en la Rondilla, en La Victoria, la de Joaquín María Jalón y otra en Palencia», enumera. Aún así, la salud manda, «Tengo la espalda mal, la rodilla rota y ando con bastón. No tengo otro remedio», dice mientras coge una silla para sentarse al lado del mostrador. «Aún me gusta quedarme aquí para ver que se vende», añade.
Noticia relacionada
Carolina Amo
Ahora están de liquidación. La sección de mujer y de caballero cuenta ya con varias baldas vacías que no se volverán a reponer. «Estamos intentando sacar partido a la ropa que queda antes de cerrar», apunta Montserrat Alonso, encargada del local. La tienda que ahora está repleta de carteles de 'cierre por jubilación', fue en su momento un auténtico bombazo en la ciudad. «Mi marido y yo alquilamos este local recién casados, por aquél momento él tenía 27 años», recuerda Timina, quien reconoce que fue bastante arriesgada la decisión al no saber si iba a funcionar bien.
Las dudas se despejaron desde el primer momento y el negocio no tardó en despuntar. «Nos fue muy bien desde el principio, contábamos con mucho apoyo y con una gran plantilla», apunta. Una plantilla de 20 empleados que venían directos del edificio de La Casa Blanca en la calle Constitución, lugar donde anteriormente, Regino había trabajado como encargado. «Preguntó que quién quería venir a la tienda de Regalado y se vinieron todos», dice entre risas. «Ahora son 10 personas las que quedamos entre las seis tiendas que aún siguen abiertas», amplia Timina. Hay cosas que aunque pase el tiempo no cambian. La ubicación, el tamaño de la tienda y el gran escaparate que permite poner todo tipo de prendas a la vista de los clientes era algo que a Regino Alonso le encantaba.
Publicidad
Es por ello, que quería hacer de su fachada algo especial y reconocible para la gente. Una fachada que tiene historia, y que con el paso de los años, se ha mantenido tal cual la dejó Regino. «La idea del diseño viene de Italia y de Francia. Cuando viajamos a estos lugares mi marido hizo unas fotos para simularlo«, relata la fundadora. La fachada era muy moderna para la época, tanto que «hacía acercarse a alumnos de bellas artes a sacar fotografías», añade Javier.
Los trajes hechos a medida, especiales para todo tipo de eventos, son prendas que muchos de los clientes habituales van a echar en falta a partir de verano. Prendas que han vestido como mínimo a dos generaciones de la ciudad. «Es una satisfacción tremenda haber aguantado tantos años. Todavía se acerca gente a decirnos que sus padres compraron aquí sus vestidos de comunión », o todavía mejor, «que sus abuelos compraron el traje de boda en Regalado», explica Montse. Para esta clase de tienda, la competencia con las franquicias es casi nula, ya que atienden a un público muy específico. «La gente que nos ha venido siempre a comprar no suele consumir en las franquicias, son bastante fieles a nuestros productos», añade Javier.
Publicidad
El rumor de que la tienda cierra sus puertas, ya es una realidad y se ha extendido tanto que son muchos los vecinos y clientes que se están acercando a despedirse. «Con esto nos damos cuenta que la gente pone valor a un trabajo de tantos años», explica Montse, que señala que son muchas las caras de tristeza que se pasean por el local.
«Al cerrar esta tienda se deja un vacío muy grande», dice entre lágrimas Javier, sobrino de Timina y empleado de la tienda desde hace 33 años. El vacío va más allá de los escaparates de la tienda, llega al terreno familiar. «Estamos contratados desde hermanos del jefe, cuñados de Timina y sobrinos, desde que hemos tenido edad para trabajar», señala Javier, que explica cómo los dueños siempre han tenido mucha consideración para mantener la empresa cerca de la familia.
Publicidad
Noticias relacionadas
La mayoría de trabajadores llevan toda una vida dedicada a Regalado. Montse, 45, Javier, 33, y el resto de empleados cerca de 48 años. Esto significa «que también se jubilan, como yo», completa Timina. Y es que la fundadora ha organizado la fecha del cierre de una manera estratégica para evitar producir a los empleados el menor daño posible. «Mi tía ha decidido mantener los locales con vida hasta que más o menos la mayoría de trabajadores tuviesen la edad de jubilarse», relata Javier. «No podía hacer menos, se lo debo todo a ellos», le responde Timina. En este caso las despedidas no desembocan en un final rotundo, sino en un punto y aparte al que Javier pretende dar continuidad.
«Mi hermano y yo queremos continuar con el negocio en otra parte», al menos en otras tiendas de la ciudad, «Mi tía nos lo ha dejado muy fácil para poder seguir con esto», termina. Ahora solo queda esperar a que se vendan las últimas prendas de la liquidación y luego «a descansar y a disfrutar de mi familia y mis nietos», remata Timina, que a sus 84 años ya ha trabajado y disfrutado suficiente de su segunda casa en el número cinco de Regalado.
0,99€ primer mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.