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Separar correctamente los residuos y depositarlos adecuadamente en el contenedor correspondiente puede parecer sencillo, pero no siempre lo es. «Habría que establecer cuatro fases: educación, formación, apercibimiento y sanción». Esta fue la propuesta del presidente de Avadeco, Rafael Monedero, y que todos los asistentes compartieron en el transcurso de la mesa redonda 'Servicio de limpieza y colaboración ciudadana' que se desarrolló ayer en la hemeroteca de El Norte de Castilla, con el patrocinio del Ayuntamiento de Valladolid.
Un encuentro en el que también participaron Alberto Cuadrado Toquero, concejal de Salud Pública y Seguridad Ciudadana del Ayuntamiento de Valladolid; José María Pérez Concellón, subdirector del Servicio de Limpieza del Ayuntamiento de Valladolid, y Elvira Yañez, presidenta de la Federación Provincial de Asociaciones de Vecinos Conde Ansúrez. La jornada sirvió para trazar una radiografía del estado de higiene de la ciudad, conocer sus puntos débiles y proponer ideas para mejorar la imagen de limpieza de Valladolid.
El análisis inicial de la ciudad aunque bueno estuvo siempre acompañado de un 'pero'. Así, Rafael Moreno apuntó: «La ciudad está limpia, pero no óptima. El ocio los fines de semana y las cacas de perro en las calles no responden siempre a los principios cívicos», a lo que el concejal de Salud Publica añadió: «A óptimo no vas a llegar nunca, pero hay una ciencia básica que son los recursos». Y en un alegato en defensa del Servicio de Limpieza Municipal, insistió Alberto Cuadrado en que «hay que dotar de material al servicio de limpieza y dejarles trabajar. Y si colaboramos todos funciona».
Por su parte, el subdirector del Servicio de Limpieza del Ayuntamiento de Valladolid expuso la cada vez más alta exigencia de los ciudadanos: «lo principal es un desconocimiento por parte del ciudadano de los servicios que están recibiendo», dijo, y pasó a enumerar algunos de sus cometidos: «Es un trabajo multidisciplinar. Hacemos recogida de enseres, reparación de mobiliario urbano, eliminación de pintadas, recogida de hojas en campaña, también hay campaña de invierno, campañas de eventos cuando, por ejemplo, llegan en primavera las fiestas de los barrios y también los eventos que se programan a lo largo del año».
Para Elvira Yañez, «tenemos una ciudad bastante limpia. Las quejas sobre limpieza desde hace un año han descendido», aunque se mantienen las habituales sobre el «el estado de algunos bancos y las palomas». Satisfecho se mostró Alberto Cuadrado al escuchar la reducción de quejas, pero se quejó de encontrar «un servicio de limpieza para jubilar» al ocupar la Concejalía: «Estábamos en la UCI y ahora estamos en planta».
Reciclaje de cartón
De los siete tipos de contenedores que se encuentran distribuidos por la ciudad (marrón para orgánico, amarillo para plásticos, latas y bricks, gris para inorgánico o de resto, azul para papel y cartón, verde para vidrio, naranja para aceite y rojo para pilas), fue el contender azul el que centró la mayor parte de la discusión.
«La gente de lo que más se queja es de que estos contenedores de cartón y papel siempre están llenos, aunque es cierto que en el centro están de maravilla», apuntó Elvira; y añadió Alberto Cuadrado: «Es importante que se doblen bien los cartones y que no se depositen otros objetos, como zapatos o ropa. Parece que es el contenedor que todo lo atrae». En este sentido, José María Pérez detalló que «lo que nos encontramos fue un encarguito de la anterior legislatura. Nos encontramos con un sistema obsoleto. Se han implantado 170 nuevos contenedores que han costado 170.000 euros y cuando cambiemos los 1.300 contenedores que hay la experiencia de recogida será otra», añadió en relación a la incorporación también de una nueva flota de camiones que agilizarán el trabajo de los operarios de recogida y limpieza. «En Parquesol y Villa del Prado están encantados con el nuevo sistema porque es más rápido y eficiente y se va a ir incorporando a toda la ciudad».
El reciclaje en hostelería
Por otro lado, el presidente de Avadeco intervino para apuntar el problema de la deposición de basura a deshora en los contenedores de orgánico. «En hostelería habría que ver qué pasa. Todo el orgánico en verano fuera de hora es un problema de salubridad porque se pudren los alimentos». Expuso su experiencia personal al comprobar en diferentes ocasiones que «es un desastre. En el centro se mezclan vasos de papel con plástico, con vidrio, con orgánico... y eso soltado a las dos de la madrugada provoca que el comercio tenga un olor inaceptable».
Una denuncia que abrió la puerta al diálogo con el sector de la hostelería para encontrar puntos de encuentro y solucionar esta situación. «Camareros que trabajan estacionalmente a las dos de la mañana no se van a poner a separar residuos», apuntó el subdirector del Servicio de Limpieza del Ayuntamiento de Valladolid.
El concejal de Salud Pública apuntó que el contacto está abierto con el sector Horeca y que «esta Concejalía no está cerrada». A continuación, subrayó el acuerdo con el voto a favor de todos los grupos municipales de la aprobación de la nueva Ordenanza de Limpieza, que entrará en vigor el próximo año. «Ha pasado de forma desapercibida, pero es el camino a seguir más adelante». Un documento que recoge también cambios en cuanto a las sanciones por incumplimiento: «Estarán a partir de los 700 euros. Primero iremos con un periodo de advertencia», explicó Alberto Cuadrado.
El consumismo que caracteriza a la sociedad de nuestros días tiene una repercusión directa en el estado del bienestar del planeta. La continuada producción de residuos «genera problemas», afirmó Monedero al exponer la cantidad de plásticos y cartones de embalaje utilizados para empaquetar las ventas realizadas por internet y que llegan a nuestras casas. «No solo es el precio lo importante. La conciencia ecológica, también; es cuánto residuo producimos y con qué frecuencia». Puso como ejemplo el cambio de televisores o grandes electrodomésticos en un espacio breve de tiempo, «algunos cada tres años» ,y advirtió de que «si cambiamos con frecuencia también se daña a la naturaleza». Abrió el debate sobre las oportunidades de segunda vida para muchos de los productos que se utilizan y que tratados de una forma correcta «pueden tener otra oportunidad de uso o de transformación». También habló sobre el consumo responsable y abogó por la compra en el comercio de proximidad. «El consumo tiene que ser cívico. Lo que viene de lejos puede ser barato, pero no es lo que genera nuestra economía ni contribuye al medio ambiente», afirmó. Una conclusión con la que se mostró también de acuerdo la presidenta de la Federación Provincial de Asociaciones de Vecinos Conde Ansúrez: «hay que apoyar al comercio local».
«Valladolid tiene un servicio de limpieza peculiar. Es público, no es una empresa privada», recordó el concejal del ramo que, aunque no habló de inversiones previstas o cantidades solicitadas para este cometido, «se han mandado los presupuestos y pido porque es un servicio esencial». Aseguró que «colaborar no es ayudar al concejal de turno. Cuando colaboramos todos , funciona». Y para lograr la máxima de colaboración ciudadana todos estuvieron de acuerdo en el rol que desempeña la educación en valores como el respeto. «Desde niños hay que enseñar a respetar al de al lado». En esta línea, el presidente de Avadeco recordó el dicho de «no es más limpio el que limpia, sino el que menos ensucia». Elvira Yañez apuntó que «en los concejos abiertos debería comentarse para concienciar a la gente de que los trabajadores de la limpieza no están para uno solo», a lo que Cuadrado Torquero respondió: «Se conciencia y se explica. Lo hicimos por ejemplo con el tema de la suciedad que dejan las palomas en los bancos. Puedes limpiarlos, pero si pasa una paloma a continuación el problema no se soluciona». Por otro lado, se refirió también al mantenimiento de los contenedores soterrados, que «están ubicados en las zonas centrales con monumentos, pero no se pueden poner en cualquier sitio porque limpiarlos y mantenerlos es muy costoso».
El papel que desempeñan la asociaciones vecinales pasa por escuchar y tratar de solucionar las inquietudes que les trasladan sus vecinos y Elvira Yañez comentó a los presentes que, a pesar de las campañas de divulgación e información, «la gente tiene dificultad en separar. Siempre surgen dudas», a lo que Jose María Pérez le respondió que «si hay dudas, al de restos». También expuso otras cuestiones que le trasladan como que «las cocinas son pequeñas y hacen falta varios cubos que acaban ocupando mucho espacio» o que cuando se llama al servicio de recogida de enseres, los propios vecinos han comprobado que «se dejan en el sitio correspondiente y luego desaparecen antes de que haya llegado el servicio de limpieza» o que se «tira la basura en el contenedor correspondiente y llegan individuos, en bicicleta, por la acera con un gancho con el que van rompiendo las bolsas y no se puede decir nada». Sin embargo, a pesar de las reclamaciones recibidas, la pesidenta de la Federación Provincial de Asociaciones de Vecinos Conde Ansúrez, reconoció haberse sorprendido gratamente por el sentimiento de afecto de los vecinos hacia los operarios de limpieza. «Ahora se refieren a ellos como su barrendero de cabecera», dijo, a lo que el concejal Alberto Cuadrado le respondió: «De eso se trata, de que les vean como parte de sus conciudadanos».
Lograr la colaboración de todos los habitantes de la capital para mantener una ciudad limpia es un ambicioso objetivo en el que también se contemplan medidas disuasorias de un mal comportamiento con sanciones. «De acuerdo con Rafael Monedero: todo pasa por educación, información y sanción. Y la sanción es una parte importante» . Recordó que el presupuesto de limpieza para 2023 alcanzó los 27 millones de euros, pero «el concepto de limpieza es subjetivo. El coste se reducirá en virtud del acto de los ciudadanos» y añadió: «Estamos importando costumbres de países donde tirar la basura es lo más normal. De los 180.000 enseres recogidos en un año, sólo 50.000 fueron con aviso de domicilio», lamentó. Por otro lado, compartió con los presentes la sensación de hastío que puede generar en la población la sobreinformación relacionada con los procesos de reciclaje. «Podemos acabar cansando al ciudadano y estamos en esa curva». Recordó que los contenedores llevan una serie de pegatinas con información y dibujos para resolver las dudas del ciudadano cuando se encuentra en el momento de tirar la basura Y señaló de nuevo: «si hay duda, va al de restos». Finalmente, sobre los comportamientos poco cívicos de algunas personas sentenció: «El desprecio por lo ajeno a veces es bárbaro».
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