Valladolid, ante los retos de 2020

El año se estrena así con una congelación general de las tasas e impuestos municipales por quinto año consecutivo. Todas, sin excepción, mantendrán sus precios. Pero los vallisoletanos sí notarán en sus bolsillos un incremento a la hora de pagar el Impuesto sobre Bienes Inmuebles, el de mayores ingresos para las arcas municipales. Y no porque suba el gravamen impuesto, que se mantiene igual, sino porque la revisión catastral, paralizada desde hace décadas, aumentará el valor de los inmuebles y, por tanto, de la cantidad a abonar en el recibo que llegará en junio. A priori, el Ayuntamiento calcula que los ingresos por este tributo se verán incrementados en aproximadamente dos millones de euros, de forma que se sumarán a los 70,5 millones que en 2019 tenía previsto recaudar por derechos emitidos, es decir, en función del número de recibos que giró a los ciudadanos (en torno a 260.000).

No habrá cambios en los recibos del agua, del impuesto de vehículos, el de construcciones o el de actividades económicas. Tampoco en las tasas vinculadas con los cementerios, en los precios de la zona azul o en el resto de aparcamientos.

Sólo el taxi registrará un incremento en este 2020, que prevé una subida lineal del 1,2% de media, similar a la ya experimentada el pasado año. La bajada de bandera entre las 7:00 y las 23:00 horas queda fijada en 1,75 euros (actualmente es la misma), mientras que el cobro mínimo por servicio se fija en 3,60 euros (3,50 ahora por 1.789 metros recorrido). En el caso de la tarifa nocturna, de 23:00 a 7:00 horas, la bajada de bandera se quedaría como está, en 2,50 euros, y el cobro mínimo será de 4,75 euros. Ahora bien. Los precios públicos, según especifica el concejal de Planificación y Recursos, Pedro Herrero, no necesariamente se deciden con el año natural, de tal forma que, por ejemplo, las Fundaciones de Deportes y de Cultura los fijan para cada actividad o espectáculo, por lo que pueden variar a lo largo del año.

Sí habrá novedades en 2020 en lo que a bonificaciones se refiere de algunos de los precios públicos. A los ya existentes en recibos como el del IBI o de vehículos de tracción mecánica, se suma ahora la ampliación de la gratuidad del bus hasta los 15 años (hasta ahora era hasta los 12). Una promesa electoral que el equipo de Gobierno ha querido aplicar ya desde el 1 de enero de este año y de la que ya se benefician 19.029 usuarios de los 27.845 que tienen entre 4 y 15 años en Valladolid.

Los vallisoletanos afrontan así el que podría ser el último año con los tributos congelados tras el avance del equipo de Gobierno de que revisará todas las tasas. Un 2020 que supondrá, al margen de impuestos, el inicio y culminación de diversos proyectos de ciudad, algunos heredados del anterior mandato y que verán la luz a lo largo de los próximos meses. Pendientes del Gobierno central está el equipo de Óscar Puente para conocer si los presupuestos generales dotarán de inyección presupuestaria al Campus de la Justicia, una vez que el Ayuntamiento se ha hecho ya con la parcela de El Salvador.

Será además el año en el que la transformación ferroviaria, a través de la integración en superficie, recibirá su mayor impulso con la licitación de cuatro pasos, entre ellos el principal, el de la calle Labradores y Panaderos, cuyas obras incluso podrían empezar antes de que termine el año. Junto a éste se licitarán también los de Padre Claret y Andalucía; Unión y Pelícano y San Isidro. Será además el año en el que se redactará el proyecto de construcción de la ampliación y remodelación de la estación de trenes Campo Grande.

En este mes de enero está previsto que esté terminado el centro social de Pajarillos, en el antiguo colegio Santiago López, donde se ha invertido en torno a un millón de euros para convertirlo en un lugar de encuentro y de convivencia ciudadana. Acogerá talleres, cursos, salas de reuniones y una oficina permanente de la Policía Local. También en el primer trimestre está previsto que comiencen las obras de rehabilitación de 96 viviendas en el 29 de octubre y que a lo largo del año se liciten los bloques que faltan. Un área de intervención que se trasladará también al polígono Aramburu-Las Viudas, en Delicias, mediante la operación urbanística Zambrana, que financiará la operación con la venta de terrenos.

Las políticas para la asistencia a mayores será otra de las prioridades para este año. La más destacada será el proyecto del centro de mayores y la biblioteca de Parquesol, con 9.000 metros cuadrados y más de tres millones de euros. Sin olvidar el medio ambiente y la lucha contra la contaminación, que prevé la creación de una zona de bajas emisiones.

Será un año de obras, de culminación de las de la avenida Segovia, arteria principal de Delicias, y de comenzar la primera fase de renovación del Polígono de Argales. Se visualizarán además los primeros ascensores urbanos en San Isidro. Y se diseñarán los de Parquesol.