Valladolid alumbra la primera guía de yoga kurunta

«No es algo para el público general. Es muy específico y cuando yo comencé a practicar yoga kurunta busqué una guía y no encontré nada», explica Alcaide. La falta de biografía existente sobre yoga kurunta es algo que se significa en su propio libro, donde el apartado de fuentes apenas ocupa unas líneas. «Entonces solo encontré un manual de una profesora de Wisconsin, que recoge una serie de posturas en dibujos, pero nada más. Después me topé con uno publicado por un profesor de Sudáfrica y otro de Estados Unidos, todos en inglés. Yo quería que el público español tuviera uno en su idioma, no me importó tener que maquetarlo yo misma, y así nació el proyecto», concreta. Una idea que ahora se plasma sobre el papel, donde Alcaide reúne más de cien posturas de yoga kurunta, con imágenes, cuñas y explicaciones.

La principal característica de esta disciplina es que las posturas se realizan con cuerdas. «Su función es ser un instrumento, como otros que existen en el yoga. Si quiero que una persona se estire más, me sirvo de las cuerdas, si quiero que accedan a lugares donde es más difícil, también usamos ladrillos o mantas. Por ejemplo, son muy útiles para quienes necesitan más apoyo para hacer las posturas, como mujeres embarazadas. Se sirven de ellas para estirar más y hacer posiciones que no podrían sin su ayuda», explica. Beneficios que van más allá de la propia práctica y que también llegan a la salud. «En el yoga no se pretende prescindir de la medicina alopática, sino servir de complemento. Las dolencias vienen y con el yoga hay muchos beneficios. Por ejemplo para mejorar los dolores lumbares viene genial, es un instrumento para practicar de forma correcta y saludable. También es de fácil acceso, para principiantes que se colocan en posturas con cuerda. Están para ayudar hasta que aprendes a estirar el cuerpo», comenta.

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El yoga ha sido una parte esencial de su vida desde que era niña. Gloria Alcaide nació en Guinea Ecuatorial y allí comenzó a practicarlo con su madre. Esta pasión heredada se convirtió con el tiempo en un pilar fundamental para ella. «Probé diferentes yogas hasta que encontré el Iyengar, quien introdujo el uso de los 'props' a la disciplina. Instrumentos como ladrillos, mantas y también las cuerdas, que no están extendidas dentro de otros estilos de yoga. El kurunta no es más que una práctica dentro de su estilo, las clases pueden empezar con este instrumento y luego terminar con otro diferente», relata. Los pasos previos a la publicación de su manual también pasaron por la creación de una escuela online, que nació con el confinamiento y desde donde Alcaide instruye a sus alumnos de manera física y por internet a la vez. «Presenline lo llamo», ironiza. Ahora realiza cursos intensivos de yoga kurunta y plantea hacer un módulo específico sobre ello. Además, tiene sesiones de yoga gratuitas en su canal de YouTube.

Con su manual, que se ha publicado esta semana, Alcaide espera que el yoga kurunta llegue a un público mayoritario, una tendencia que empieza a apreciar en internet, donde asegura ya se empieza a hablar de esta disciplina. «Leer en inglés sobre elementos tan técnicos no es fácil, ahora el yoga kurunta será accesible para todos», finaliza.