«Tienes una vaca con tuberculosis y parece que la única solución es sacrificarla»

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La sequía y el pedrisco han afectado sus cultivos durante los últimos meses, y las lluvias de las pasadas semanas tampoco han ayudado a revertir la situación. «En algunas zonas han hecho más daño que beneficio», resume el matrimonio. «La situación es muy grave, malísima. Si das la cosecha por pérdida y el terreno se califica como siniestro, además tienes que hacer frente a una multa. La PAC nos vuelve locos, es mejor que la quiten», coinciden en decir los tres.

Desde Ávila se ha acercado Ángel García, un ganadero de Ávila que achaca la situación del campo a dos factores clave. La sequía y la política. «Hemos venido para reclamar que se pongan de acuerdo todas las autoridades. La Unión Europea, el Gobierno de España y la Junta de Castilla y León, necesitamos ayudas directas y ahora, no esta ineficiencia política», exclama este ganadero que tiene 40 vacas en Villatoro. Durante los últimos meses su ganado también ha sufrido las consecuencias de la sequía, traducido en su caso a la escasez de pasto del campo. «Con la lluvia al menos el monte está verde. Pero apenas tiene dos centímetros de longitud cuando lo habitual es que ronde el medio metro», explica. García también tiene en mente el problema de la tuberculosis, si bien asevera que la solución es muy complicada. «Se habla de cazar jabalíes para frenar los casos, incluso de intentar vacunarlos. Pero es imposible. Al final, si una vaca coge tuberculosis parece que la única solución es sacrificarla», apunta.

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Hasta Valladolid también se han acercado Carlos y Raúl Santamaría, dos hermanos agricultores que trabajan en el municipio segoviano de Fuentesaúco de Fuentidueña. El mayor de los dos, Raúl, de 37 años, comenzó como agricultor hace un año. «Es mi primer año y apenas voy a salvar los costes de producción, que encima han sido los más altos de la historia. No queremos financiación, queremos ayudas directas», reclama este agricultor, que realizó una inversión que ronda los 90.000 euros. «El cereal, que es nuestro caso, está siendo de los más perjudicado. Ahora se vende por precios similares a los de antes de la invasión a Ucrania, pero con el precio de los costes te da igual, estás en las mismas. No sé cómo afrontaremos la próxima campaña, con los precios disparados y después de un año sin apenas beneficios», matiza su hermano.

Los dos también coinciden en que la lluvia ha llegado «a última hora». «Ha venido tarde y además para algunos agricultores ha sido casi peor», culminan.