Cerca de cumplir sus 20 años con peso en la formación pregrado, la Medicina Familiar y Comunitaria no es todavía una asignatura totalmente consolidada en toda España ni de forma homogénea. Ni siquiera en cuanto a su nombre.
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El comienzo del siglo trajo el impulso, ... trabajo y desarrollo para lograr introducirla en la carrera en las facultades de Medicina españolas y fue en 2005 cuando se aprobó y reguló; pero aún queda camino por recorrer. Conocedores de que 'No se ama lo que no se conoce' (adagio escolástico) –así arranca el primer informe de su observatorio–, estos especialistas de Atención Primaria, desde su sociedad científica y la Universidad de Valladolid han analizado la situación de la formación pregrado en España con el objetivo de impulsar la elección de la misma cuando los graduados que aprueban el examen MIR escogen plazas para especializarse. Lograr mejores resultados en la cobertura de una oferta que, aunque también es la más numerosa, es la que más plazas deja desiertas.
Así que creada la Academia de Medicina Familiar y Comunitaria (AMFE), la misma ha realizado el primer informe de su Observatorio. Señala en el mismo que «el prestigio académico y las vocaciones nacen en las universidades y, por eso, es tan relevante la presencia nuclear de la Medicina Familiar en las mismas«. Múltiples estudios demuestran que la elección de la especialidad futura se relaciona con características vinculadas al perfil del alumnado: antecedentes familiares; datos sociodemográficos (género, edad, estado civil, origen); antecedentes personales (personalidad, valores, expectativas, experiencias); características vinculadas con la facultad y los planes de estudio (departamentos, profesorado, asignaturas, prácticas con exposición longitudinal a la atención de las personas); percepciones del alumnado de las características de la especialidad (estilo de vida controlable o no controlable, percepción de adaptarse a sus expectativas vitales, ingresos económicos, valor social y prestigio académico), y percepción determinada por conocimiento en las prácticas.
Es en España una disciplina académica, una especialidad médica y una profesión sanitaria que contiene un cuerpo asistencial, docente, investigador y de gestión propio.
El trabajo, dirigido por la profesora de la UVA y especialista en Medicina de Familia, Verónica Casado, analiza toda la oferta en España durante los meses de enero a marzo de 2023 y ha sido publicado en la Revista Clínica de la especialidad.
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Ana Santiago
Participaron en este análisis 41 facultades públicas, el 93,2%, y el 17% de las privadas. Entre sus principales resultados cabe destacar que esta asignatura se imparte como tal en el 82,9% de las facultades de Medicina en España y en el 94% de estos casos, es obligatoria. En esta lista figuran las dos de Castilla y León en ambos apartados, la de Salamanca y la de Valladolid. Aún existen siete facultades de las 41 analizadas que no la imparten.
En un análisis cualitativo, el estudio destaca que un 34% de las mismas denominan la asignatura con el nombre oficial de la especialidad: 'Medicina Familiar y Comunitaria'. La de Valladolid así lo hace y se da en el quinto año pero solamente con tres créditos asignados. Precisamente es una aspiración y una recomendación duplicarlos. La de Salamanca la imparte como 'Medicina de Familia, Geriatría, Urgencias y Medicina Intensiva', en el último año, en sexto, y con el valor de seis créditos de los que 2,4 corresponden en concreto a la parte de Atención Primaria. En España, los mismos varían ampliamente, oscilando entre 1 y 12 créditos. En trece facultades se asignan tres créditos, mientras que en once llegan a seis. Algunas facultades otorgan incluso doce. Y la recomendación ea la de un mínimo de seis.
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Y ahora celebra asimismo en Valladolid la I Conferencia de Académicos de AMFE los días 31 de mayo y 1 de junio en la Facultad de Medicina para analizar los datos del observatorio, presentación de una propuesta para que la asignatura sea de seis créditos mínimo; así como proyectos en innovación docente y transversalidad.
El estudio también destaca que, en la mayoría de las facultades, se realizan estancias formativas en centros de salud; aunque con diversos formatos y a menudo no incluidas en la asignatura de Medicina de Familia. En cuanto a la presencia de estos facultativos como docentes se observa en asignaturas del ámbito generalista, así como en otros grados y disciplinas, como Enfermería, Fisioterapia, Odontología y más.
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Concluye el estudio que la plantilla de médicos de Familia es todavía muy inferior a la que corresponde a la importancia de la especialidad en el sistema sanitario español. «A pesar de haberse producido algunos avances en los últimos años, el sistema universitario español se enfrenta a un enorme reto de adaptación y transformación del grado de Medicina».
Los sistemas sanitarios que se orientan hacia la inversión en salud «consiguen una mayor efectividad, eficiencia, equidad y viabilidad y se basan en evidencias, están planificados y tienen la AtenciónPrimaria como puerta de entrada y eje vertebrador del sistema». Añade que «los problemas tienen varios orígenes y «uno de ellos ha sido la planificación de la oferta de plazas». Para que una especialidad tan esencial como la Medicina de Familia «sea elegida por nuestros futuros especialistas, tiene que ser conocida, y en este aspecto la universidad cobra una especial relevancia. Por ello, la Academia «ha puesto en marcha su Observatorio, para conocer la situación real y actual en la universidad.
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