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El despertador de Rocío Burgos suena puntual, cada día, a las 5:15 horas en su casa de Parquesol. Tiene por delante una gincana de casi doscientos kilómetros hasta llegar a las 8:30 horas a su puesto de trabajo en una correduría de seguros ... en el barrio de la Concepción, en Madrid. Atención a la ruta:baja en coche hasta la estación Campo Grande, coge el primer Avant de la mañana (6:23), en Chamartín pilla un cercanías, luego dos líneas de bus. Y a la vuelta, un recorrido similar para montarse en el tren de las 16:26 horas (tiene reducción de jornada) y regresar a Valladolid casi una hora después. Y así todos los días.
–¿Compensa?
–Brrr.
Parece que Rocío se lo piensa un poco, pero en realidad lo tiene claro. «Yo soy de Madrid. He cambiado vivir en Atocha –tengo una casa allí–, por hacerlo en Valladolid. Mi pareja es de aquí. Y la calidad de vida de una ciudad como esta no tiene nada que ver con la que existe en Madrid. Y con el niño, es que ya ni nos planteamos mudarnos allí. ¡Con la de parques que tenemos en Parquesol! En Madrid, por esa zona, solo está el Retiro. Y luego el ruido, la contaminación...».
¿Problemas? Las horas de trayecto y el desembolso económico que acarrea viajar a diario en alta velocidad. «El bono de 40 viajes me cuesta 502 euros. Y luego, el transporte en Madrid, que son 54,60 más al mes». Pero también están las nulas posibilidades de flexibilidad para el uso de estos abonos, lo que «penaliza» a los usuarios habituales, a aquellos que a diario se embarcan en la alta velocidad para trabajar en Madrid. ¿Cuántos? La asociación de Usuarios Ave Valladolid (150 miembros) calcula que son cerca de mil pasajeros («o sea, mil familias»).
Y reclama a Renfe y a las administraciones locales (desde la Junta al Ayuntamiento) la adopción de medidas que ofrezcan ventajas (económicas, de uso de los bonos) que permitan asimilar los trenes Avant con los servicios de Cercanías y facilitar así la permanencia de todas estas personas en Valladolid. Porque, aseguran, es también una herramienta para «fijar población».
«Madrid se ha convertido en un aspirador de población joven, cualificada y sin hijos, que genera despoblación en las provincias cercanas y una hiperpoblación en Madrid», asegura Carlos Perfecto, vicepresidente de la asociación de Usuarios Ave Valladolid. «Si los Avant provinciales se asimilan a los Cercanías –con igual coste de kilómetro por viajero– puede ser una vía para paliar estos efectos y fijar población en las provincias de la periferia».
santiago villaverde, usuario del avant
De acuerdo con los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), durante los últimos diez años, 14.606 personas se marcharon de Valladolid para vivir en Madrid (una media de cuatro al día). También es verdad que hubo 8.988 que hicieron el movimiento migratorio inverso, pero, en cualquier caso, el saldo es negativo (5.618 personas menos). Desde el colectivo de usuarios del Ave están convencidos de que, con buenos incentivos, buena parte de esas personas se podrían haber quedado a vivir aquí y apostado por ir y venir a diario a trabajar en alta velocidad a Madrid.
«Las autoridades deberían ser conscientes de esto.Yo genero mi riqueza en Madrid, trabajo allí, pero la mayor parte de mi consumo está en Valladolid, donde vive mi familia», explica Santiago Villaverde, vecino de Pinar de Jalón, trabajador de una industria de componentes para maquinaria agrícola en Getafe. Coge el primer tren de la mañana, a las 6:23, y luego un Cercanías hasta su puesto de trabajo. «Estoy 14 horas fuera de casa. Habitualmente cojo el tren de vuelta a las 18:40 horas. Para mí es una paliza, pero yo no he querido penalizar la calidad de vida de mi familia. Tengo dos hijos de 12 y 9 años. Y aquí pueden disfrutar mucho más. Cuando hablo con los compañeros de trabajo y me cuentan cómo son sus fines de semana... Hay veces que se los pasan metidos en un atasco para llevar a los chicos al cumpleaños de sus amigos. Tal vez tengan allí mejor oferta de ocio, pero en cuanto a calidad de vida...».
Servicio Público Declaración como Obligación de Servicio Público de los servicios ferroviarios de Media Distancia prestados sobre la red de altas prestaciones León-Palencia-Valladolid.
Política tarifaria Introducir bonificaciones en los abonos Avant y atenuar la brecha tarifaria entre estos servicios y los de Cercanías.
Adecuar las frecuencias Adaptar los horarios a las necesidades realies de los viajeros que se desplazan a trabajar según los horarios lógicos de trabajo.
Aparcamiento Establecer aparcamientos gratuitos en las estaciones de origen para los usuarios de abonos.
Las propuestas de mejora que han planteado los usuarios del Ave serán objeto de debate político en las Cortes de Castilla y León. El boletín oficial de la institución publicó el pasado 21 de noviembre la proposición no de ley planteada por Ciudadanos en la que se insta al Gobierno de España a «introducir bonificaciones en los abonos Avant y atenuar la brecha tarifaria con los servicios de Cercanías».
«Parece razonable que los servicios de media distancia, si permiten funcionalidades similares a los de Cercanías (el traslado habitual desde el domicilio al lugar de trabajo) recibieran un tratamiento similar». De acuerdo con los datos facilitados por Renfe a través de su portal de transparencia, el coste medio por kilómetro y viajero, tanto de Cercanías como de Avant, se sitúa en doce céntimos.
¿Cuál es la diferencia? Pues que en el primer caso, el viajero solo paga la mitad de ese coste con su billete (el resto está subvencionado), mientras que la aportación pública en el caso de los Avant es de «apenas dos céntimos». O sea, un viajero que va en Cercanías de Parla a Madrid paga seis céntimos por kilómetro. El que va desde Valladolid, diez.
Y esto, al final, encarece el desembolso mensual. «En mi caso, por ejemplo, son 28,9 euros al día», asegura Perfecto, vecino de Parquesol, dos hijos de 14 y 16 años, 440 kilómetros al día para ir a trabajar a una empresa de seguros en el parque empresarial Juan Carlos I, cerca de la M-40. Si se echan cuentas, en torno a 600 euros al mes.
«El sueldo mediano del trabajador español, según los datos del INE, son 1.594 euros. Según esto, el Cercanías de Madrid le supone a cada viajero el 3,83% de su sueldo. El Avant de Valladolid llega al 33,25%. Si se aplicara la misma subvención, supondría el 13,61%del salario», explican desde la asociación Usuarios del Ave Valladolid. «El problema es que muy posiblemente todavía no se ha visualizado el potencial de transporte laboral y estudiantil que facilita el Avant Media Distancia y solo se ha considerado una herramienta de conexión habitual con Madrid, más vinculado al Ave que a un Cercanías», lamentan desde el colectivo.
Bonos más flexibles Posibilidad de extender los días de validez, para evitar que el viajero pierda dinero si durante ese periodo coinciden días festivos, de descanso, de baja o vacaciones en los que no utiliza el tren. «El bono de diez viajes tiene ocho días de validez. Si hay un festivo entre medias, como en este puente, ya se pierde dinero», explican.
Precio Equiparar el coste de kilómetro por viajero de los Avant con los de Cercanías. De este modo, se abarata el precio de los billetes «y se contribuirá a que personas que trabajan en Madrid decidan quedarse en Valladolid a vivir porque compensa económicamente». «No solo puede ayudar a que la gente no se vaya, sino que además es posible que contribuya al retorno del talento, a que personas que se fueron a Madrid decidan volver».
Y también para esto hay cifras. Los datos que maneja Renfe constatan que los trenes con horarios vinculados con el movimiento laboral son los que registran mayor grado de ocupación. Por ejemplo, para ir de Valladolid a Madrid en los cuatro Avant que hay entre las 6:45 y las 8:45 horas se llega al 88,04% de cobertura, porcentaje que baja al 51,75%para los trenes entre las 11:30 y 14:10 horas y al 42,66% para los que circulan entre las 15:20 y 20:35 horas.
Los porcentajes se dan la vuelta en los viajes de regreso, con la mayor ocupación por la tarde. Y las cifras de viajeros no dejan de crecer, según los datos facilitados por Renfe al colectivo de usuarios a través de su portal de transparencia. En 2017, la línea Valladolid-Madrid registró 1.991.900 viajeros. En 2018 subió a los 2.113.200. A diario, hay 30 trenes (13 de ellos Avant) que viajan desde Campo Grande a Chamartín. El primero (instaurado el año pasado después de la reclamación de la plataforma de usuarios), a las 6:23 horas. De Chamartín a Campo Grande son 33 servicios.
Así, la proposición no de ley que debatirán los políticos en las Cortes propone considerar los Avant «como un verdadero servicio de Cercanías», lo que «podría producir una serie de efectos benéficos en Castilla y León», como «contribuir a fijar la población en las capitales de provincia, independientemente del lugar de estudio o trabajo».
rocío burgos, usuaria del avant
«El tiempo de conexión de Valladolid con Chamartín no justifica el cambio de residencia para trabajar si existe flexibilidad de horarios y asequibilidad económica», asegura Carlos Perfecto, quien insiste en una palabra: flexibilidad. El sistema actual de tarifas es tan estricto que «penaliza» a los usuarios habituales de la línea. Como Carlos. Como Rocío. Como Santiago.
«Gastamos mucho dinero al mes en ir a trabajar. Y no recibimos ningún tipo de contraprestación por eso», asegura Rocío. Cuando sacan un bono, Renfe les obliga a gastarlo durante un periodo de tiempo determinado. Por ejemplo, el de 50 viajes deben consumirlo en 30 días. Si no han agotado todos, no tienen derecho a usarlos el mes siguiente. «Si coincide que hay un puente o varios festivos, como ahora en diciembre.Si tienes opción de teletrabajo algún día de la semana.Si estás enfermo o de baja... esos días que no viajas es dinero perdido. Pedimos que haya más flexibilidad. Por ejemplo, que permitan gastarlos en 45 días, en vez de treinta», asegura Santiago. «Si estás cuatro días de baja, son ocho billetes a la basura. Como sabemos que los trenes van tan llenos, muchas veces anulamos el billete que ya habíamos cogido. Y eso supone doble beneficio para Renfe, porque cobra dos veces por el asiento:el que yo pagué con el bono y el que vuelve a vender», explica Rocío.
«Cuando les contamos nuestros horarios a los amigos nos preguntan siempre que si estamos locos. Pero es nuestro trabajo. Y nuestra familia. Nosotros nos sacrificamos, pero sabemos que ellos ganan en calidad de vida si viven en Valladolid. Las administraciones deberían darse cuenta de que hay muchas familias en esta situación y deberían dar facilidades para que la gente no opte por marcharse a Madrid», concluye Perfecto.
El grupo municipal socialista llevará al próximoPleno del Ayuntamiento una moción para pedirle a Renfe que adelante el Avant de las 6:23 h. a las 6:10 h. «y hacerlo directo sin parada en Segovia, dado que viaja completo cada día». Además, pedirán a la operadora «instaurar un abono mensual Avant similar al abono mensual regional para media distancia, solo para días laborables y limitado a ida y vuelta». Pero la moción también tendrá como objetivo la Junta, a la que se exigirá que subvencione «el 50% del precio de ese abono mensual Avant», que se pretende que «para los viajeros empadronados en Castilla y León» tenga un formato combinado con los cercanías de Madrid.
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