Urbanismo ordenará a los vecinos que aseguren la fachada de Platerías de la que cayeron cascotes
El informe técnico determinará «el alcance de la intervención» en un edificio rehabilitado hace diez años, al límite de la garantía de la obra
«Los técnicos han revisado la fachada del número 2 de la plaza del Ochavo (con vuelta a la calle Platerías) y, en cuanto esté ... el informe, se ordenará a la comunidad de propietarios que acometa las medidas que correspondan para asegurar la fachada y llevar a cabo los trabajos correspondientes para devolverla a su estado original bajo la supervisión de una dirección técnica al tratarse de un edificio catalogado», anticipan fuentes de la Concejalía de Urbanismo antes de recordar que corresponde «a los dueños el deber de conservación de los inmuebles en las debidas condiciones de seguridad y ornato».
El Ayuntamiento despeja así cualquier tipo de duda sobre la responsabilidad del siniestro ocurrido a media tarde del domingo, cuando se desprendió un tramo lineal de cinco metros de la moldura de mortero del inmueble y los pesados cascotes golpearon a dos mujeres, de 39 y 22 años, que sufrieron lesiones de carácter leve.
Los andamios cubrieron el bloque entre 2008 y 2009
El inmueble catalogado del número 2 de la plaza del Ochavo fue de los últimos en acogerse al ambicioso plan de regeneración urbana –técnicamente denominada Área de Rehabilitación Integral (ARI)– que tiñó de rojo buena parte del casco histórico entre los años 1997 y 2009 (con algún coletazo posterior). Los andamios cubrieron el edificio en octubre de 2008 –en la fotografía– gracias a una inversión municipal de 140.561 euros destinada a reformar las fachadas de cuatro bloques, incluido este, que se habían quedado fuera en los años anteriores. El inmueble, que hasta entonces era de «color crema», se volvió rojo y sus ventanas fueron pintadas de verde en la línea del resto de edificios y comercios de la calle Platerías. El ARI se dio prácticamente por concluido a finales de 2009, aunque aún faltaban por rehabilitar el edificio situado enfrente del número 2 de la plaza del Ochavo –el del antiguo Mesón San Pedro– y otro del número 18.
«La del domingo fue la primera incidencia en un edificio rehabilitado en aquel ARI –que recibió tanto ayudas estatales y autonómicas como municipales–», aseguran fuentes de Urbanismo.
Otra cuestión es si la comunidad de vecinos podrá o no reclamar el coste de las obras al seguro o a la constructora que ejecutó las obras de rehabilitación de la fachada (a través de un concurso municipal) hace algo más de diez años en el marco del Área de Rehabilitación Integral (ARI) llevado a cabo en el entorno de la calle Platerías y de la Catedral entre los años 1997 y 2009. Y esta última fecha es clave a efectos de que la obra, en el caso del bloque de la plaza del Ochavo, esté o no aún en garantía. «Este tipo de obras tienen una garantía de diez años que, en principio, habría prescrito, aunque el deber de conservación corresponde a los propietarios», inciden desde Urbanismo antes de recalcar que el desprendimiento del domingo fue el primer incidente registrado en las decenas de edificios que se acogieron al ARI.
La argolla del siglo XV
El caso es que una de las tiras de mortero que dividen los balcones de las dos plantas superiores del inmueble situado en la entrada de la calle Platerías, sobre la terraza del bar La Argolla –por la argolla que aún cuelga de los soportales en la que fue ajusticiado Álvaro de Luna en 1453–, se desprendió y cayó a plomo sobre una vía pública peatonal. La fachada fue rehabilitada a partir del mes de octubre de 2008 y entonces se colocaron estas tiras de mortero pegadas con una malla de fibra de vidrio y tacos. El plazo de ejecución de aquella obra, que fue sufragada y contratada a través de concurso público por el Ayuntamiento para completar el ARI de Platerías –quizás por esta vía cabría una hipotética reclamación–, era de tres meses. De manera que los trabajos concluyeron ya en 2009. El día y, sobre todo, el mes exacto determinarán si la intervención estaba o no todavía en garantía cuando cayeron los cascotes pasadas las cinco de la tarde del 9 de junio de 2019, es decir, en torno a esos diez años de plazo.
«Corresponde a los dueños el deber de conservación y tendrán que llevar a cabo las medidas necesarias»
El administrador de la comunidad, que tiene su oficina en el propio inmueble, declinó ofrecer explicaciones sobre los pasos que seguirán los vecinos. Su bloque, de momento, continúa acordonado por cintas de la Policía Municipal y los Bomberos, y los cascotes permanecen sobre la calzada junto a las jardineras que bloquean la entrada de vehículos a la calle Platerías, a la espera de que comiencen los trabajos que sí o sí tendrán que llevar a cabo para asegurar la fachada catalogada.
Disculpas públicas
Los vecinos del edificio, a título particular, sí han lamentado lo ocurrido, han querido trasladar públicamente sus disculpas a las dos mujeres que resultaron heridas –las dos recibieron el alta esa misma noche después de ser atendidas en el Clínico– y han anticipado que «ahora toca reparar la fachada y esperar a ver sí lo cubre el seguro o la constructora o quién sea, pero la repararemos».
Los efectivos del Servicio Bomberos sanearon en un primer momento las tiras de mortero de las dos plantas (retiraron dos tramos de tres y cinco metros lineales de las molduras) y la fachada fue examinada después tanto por los técnicos de Urbanismo como por el perito del seguro de la propia comunidad. El informe municipal determinará «el alcance de la intervención en la fachada para reponer los elementos dañados y los plazos de ejecución».
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