Urbanismo modifica la norma de la ITV de edificios para agilizar las 6.815 inspecciones pendientes en Valladolid

Se ha convertido en una rémora para muchos ayuntamientos, entre ellos el de Valladolid, por la complicada tramitación administrativa que conlleva, y también para las comunidades de propietarios, que se enfrentan a un proceso complejo para cumplir con el deber legal. La Inspección Técnica de Edificios (ITE), que obliga a someter a los inmuebles que cumplen los cuarenta años a un completo diagnóstico sobre el estado de salud, registrará, a partir del pleno del próximo martes, un cambio en su procedimiento con el objetivo de agilizar este examen.

El Consistorio de la capital aprobará un cambio en la ordenanza con el que se busca dar salida a las 6.815 revisiones pendientes. Desde 2010 la Administración Local ha tramitado un total de 4.828 análisis de inmuebles, una cifra que se califica de «elevadísima». Sin embargo, la interpretación imprecisa del artículo 317 del Reglamento de Urbanismo de Castilla y León, que hace depender la tramitación de la realización efectiva de los trabajos de reparación, en el caso de que sean necesarios, está retrasando el registro de los informes y no se da por válida la inspección, aunque esta se haya llevado a cabo de de acuerdo con las reglas establecidas.

Según se reconoce en Urbanismo, estos aspectos están provocando un descenso en los ritmos de presentación por parte de las comunidades.

El Ayuntamiento, dentro de sus competencias, propone dos cambios en la nueva ordenanza. Por un lado, que se presente en el formato digital promovido por la Junta de Castilla León –www.rehitecyl– acompañado de la documentación acreditativa de la propiedad del inmueble. Esa documentación, con independencia del resultado del examen, se incorporará al Registro de Inspecciones Técnicas de Castilla y León, pero deberá ir acompañada de una declaración de responsable, suscrita por quien firma la ITE, en la que se certifique la realización de la inspección y en la que se declaren las condiciones de seguridad, salubridad y ornato del edificio.

En ese documento tendrá que constar el resultado del informe –si es favorable, favorable con deficiencias o desfavorable– y solo en los dos últimos casos su cumplimiento quedará condicionado a la realización efectiva de las obras y los trabajos requeridos. Así, el Ayuntamiento podrá dar salida a buena parte de los exámenes y podrá desatascar su tramitación.

Según los datos facilitados por la Concejalía de Urbanismo, el 95% de las ITE que se han presentado hasta el pasado mes de septiembre han superado el examen con la calificación de favorable o favorable con deficiencias. En este segundo caso, se trata de pequeños deterioros en el inmueble, que obligan a limpieza de canalones o reparación de vierteaguas, aunque en otras ocasiones el análisis de los técnicos ha desembocado en obras de mayor entidad en cubiertas o fachadas.

El Ayuntamiento defiende los beneficios de esta medida, que, por el momento, permite asegurar que el estado del caserío de la ciudad es bueno en líneas generales. Ahora se busca dar un nuevo impulso a estas revisiones, fundamentales para garantizar la seguridad de los vecinos de Valladolid. No obstante, se mantiene la creencia entre muchas comunidades de propietarios de que la ITE es una imposición más de la Administración y supone un gasto, sin entender las ventajas de evaluar periódicamente del estado de conservación de sus edificios. Así, la nueva ordenanza incluye el lanzamiento de una campaña informativa para recordar este deber legal y las ventajas de tener el inmueble en perfecto estado de revista.