Ricardo Rodilla, con mascarilla, antes de la vista oral en la Audiencia de Valladolid. Rodrigo Jiménez

El bodeguero acusado de esquilmar a su madre en Valladolid

«El único dinero que he tocado ha sido para pagar a los trabajadores»

El bodeguero acusado de esquilmar a su madre asegura que no «me he aprovechado del deterioro cognitivo de ella»

Álvaro Muñoz

Valladolid

Lunes, 24 de abril 2023, 19:42

1986. Ese año falleció el marido de Társila Fernández Gayo y ese año uno de los hijos de ambos, Ricardo Rodilla Fernández, empezó a gestionar la explotación ubicada en la finca Dehesa de las Fuentes, encargada de la venta, producción, elaboración y comercialización de todo ... tipo de productos derivados de la uva. Hasta 2016, cuando se constituyó la sociedad unipersonal bajo el mismo nombre de Társila (por aquel entonces tenía 88 años y falleció con 92) y con Ricardo como administrador de la misma junto a la propia madre, para desencadenar una tormenta familiar «por la herencia» que de momento continúa en la Audiencia de Valladolid.

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Sobre Ricardo, que se enfrenta a una pena de seis años de prisión y doce meses de multa con una cuota diaria de 20 euros como presunto autor de un delito continuado de apropiación indebida y de manera subsidiaria un delito continuado de administración desleal, recae también, según refleja el escrito de la Fiscalía, el «aprovechamiento del deterioro cognitivo de su madre por la enfermedad que padecía (Alzhéimer)». «El único dinero que he tocado ha sido para pagar a los trabajadores de la finca y el dinero que sacaba para mi madre, porque me lo pedía. No me he aprovechado del deterioro de mi madre», ha declarado el acusado en la primera de las dos sesiones del juicio oral.

Más de veinte años antes de constituirse la sociedad limitada, Ricardo Rodilla había dirigido y administrado el patrimonio de su madre con el consentimiento y autorización de ella y desarrollaba gran parte de esa actividad a diario en la finca de La Cistérniga donde residía la mujer quien, de hecho, había otorgado para ello, desde mayo de 2000, un poder general con amplias facultades en favor de su hijo. Con el paso de los años Társila desarrolló la enfermedad de Alzhéimer, lo que afectó a su capacidad de obrar. Fue incapacitada por sentencia del Juzgado de Primera Instancia 3 de Valladolid en marzo de 2019, que declaró la inhabilidad total para su autogobierno, tanto en lo personal como en lo económico, por padecer una enfermedad psíquica «persistente e inhabilitante».

«Mi madre tuvo dos caídas en un año (entre finales de 2017 y finales de 2018). Ahí empezó a estar más torpe. Desarrolla el deterioro cognitivo después de esos episodios. En septiembre de 2018 (90 años tenía por aquel entonces), ella entendía todo, pero le costaba hablar. Tenía el carné de conducir y el permiso de armas» continuó Ricardo Rodilla, que respondió a continuación que se encontraba «nerviosa» a la siguiente pregunta del fiscal. «Un mes después de eso que detalla, un informe del médico-forense afirma que a la pregunta de cuántos años tiene, dice tener diez. Que no se sabe el nombre de sus padres, ni el de sus hijos y que tiene una hija que se llama Társila. ¿Fue de manera súbita el empeoramiento?», ha preguntado el fiscal. «Estaba nerviosa», ha respondido al acusado, que respecto de la responsabilidad civil, le piden una indemnización para la madre (el procedimiento judicial empezó en 2019, antes del fallecimiento de la mujer) de 85.000 euros más intereses y, para los herederos legales, 164.000 euros, también con los intereses.

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«Fuera de nómina»

Según refleja la Fiscalía en su escrito de acusación, Ricardo Rodilla habría cobrado cheques y realizado retiradas de efectivo de cuatro cuentas bancarias en ventanilla y a través de cajero electrónico por un total de 72.450 euros entre 2016 y 2018. Además, realizó entre agosto de 2016 y 2019 «sin autorización para ello» 31 aportaciones a un plan de pensiones personal por un total de 1.550 euros. Hizo más aportaciones periódicas con dinero procedente de otra cuenta de la sociedad de 400 euros en total entre mayo y diciembre de 2017. Otra operación considerada ilegal por la Fiscalía son retiradas en efectivo por 11.300 euros entre agosto y noviembre de ese mismo año «que no constan acreditados ni que se hayan destinado a los fines de la sociedad». «La mayoría era para pagar a los trabajadores fuera de nómina como horas extras», ha añadido el acusado.

El acusado también transfirió a sus propias cuentas 64.000 euros de una cuenta personal de su madre «aprovechando la llevanza de las cuentas y negocio de esta» entre 2016 y 2017. Al año siguiente trasvasó 100.000 euros de la cuenta de su progenitora a otra nueva que había abierto él y en la que figuraban como titulares tanto Társila como el propio acusado, quien suscribió días más tarde cuatro fondos de inversión a nombre de ambos. «Esos 64.000 euros (divididos en pagos de 60.000 y 4.000 euros) eran de un préstamos que hice yo en 2012. Me hice unas transferencias y aún me falta por recuperar una parte, mi madre me decía que me cogiera más, pero no lo he reclamado porque no me hacía falta», apunta Rodilla sobre unos préstamos «sin documentar».

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«Quiero mi herencia»

Tras las afirmaciones del acusado, la vista oral continuó con las declaraciones como testigos de sus dos otros dos hermanos, Teresa Isabel y Antonio Eduardo Rodilla Fernández, que mostraron un testimonio simular en el que inciden que su hermano y acusado «obligó a mi madre a firmar unos papeles que no sabía lo que era para constituir la sociedad unipersonal y tener el poder de la empresa». «Quiero mi tercio de la herencia», llegó a espetar Teresa Isabel.

La acusación particular, expulsada del procedimiento penal

Artículo 103 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal. Ahí se detalla que «tampoco podrán ejercitar acciones penales entre sí los ascendientes, descendientes y hermanos por naturaleza, por la adopción o por afinidad, a no ser por delito o falta cometidos por los unos contra las personas de los otros». Con ese artículo en mano, el tribunal expulsó a la acusación particular, ejercida por los hermanos de Ricardo Rodilla, del procedimiento penal y siguió su letrado como actor civil.

«Ricardo me llegó a decir que mi madre había firmado cosas que no me tenían que interesar y, sin embargo, mi madre me insistía que no lo sabía. Tenía miedo de que el señor Ricardo Rodilla la metiera en un asilo. Porque esa sociedad tenía trampa, él se llevaba todas las participaciones con voto y mi madre no conocía el entramado de la sociedad. Por aquel entonces, mi madre ya tenía muchas lagunas mentales. En septiembre de 2015 se nos perdió en la boda de mi hijo. Estaba en la cocina del restaurante. Guardaba la cartera en la nevera... Nosotros insistíamos al señor Ricardo Rodilla en que llamáramos a un neurólogo, pero siempre nos decía que eran cosas de la edad», ha agregado Teresa Isabel.

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Por su parte, Antonio Eduardo, nombrado tutor de la empresaria a finales de 2018, ha afirmado que «la decisión de constituir una sociedad no me la comentó Ricardo». «Me enteré cuando estábamos en una tienda de telefonía móvil. Mi madre me dijo que no sabía nada, porque mi hermano hacía las cosas sin contar con nadie», ha concluido.

La sociedad unipersonal Társila Fernández Gayo SL se constituyó el 1 de agosto de 2016, con domicilio social en la Finca Dehesa de Fuentes, término municipal de La Cistérniga. El objeto social, entre otras actividades, es la producción y distribución agraria y de productos de la uva. La única socia era Társila y tenía un capital inicial de 7,8 millones de euros, dividido en 789 participaciones, un capital que fue ampliado en 2017 hasta alcanzar un capital social de casi 10,5 millones de euros. El activo procedía del patrimonio personal de la señora, en el que se encontraba la propia finca rústica (destinada en gran parte a cereal de secano, aunque también hay parte de regadío y viñedo, más las casas, corrales, bodegas, lagares e iglesia con cementerio), una concesión de aguas para riego para una superficie de 396 hectáreas, varios turismos y vehículos agrícolas y participaciones sociales en otras mercantiles. Társila y su hijo Ricardo se constituyeron como administradores solidarios.

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