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El escenario del último golpe de la renacida 'banda del BMW' no parecía el más propicio. Y eso que los delincuentes, con toda probabilidad los mismos, ya visitaron el bar que desvalijaron en la madrugada de ayer hace cinco meses. El local en ... cuestión se encuentra en La Overuela, un barrio que vive prácticamente incomunicado desde hace más de diez días fruto del hundimiento de la calzada en su carretera de acceso desde la ronda, que continúa cortada a la altura del puente con cuatro bloques de hormigón que impiden el paso de vehículos. Pero ni eso detuvo a unos delincuentes que van ganando en osadía a medida que suman nuevos golpes. Esta vez tardaron 52 segundos exactos en entrar al local, el bar Bas, reventar las dos tragaperras a mazazos con una precisión casi quirúrgica y huir con cerca de 1.500 euros en un «coche rojo». Con él forzosamente tuvieron que dar un enorme rodeo callejeando por el barrio primero y luego circulando por una estrecha vía en paralelo a las instalaciones del Instituto Tecnológico Agrario (ITA) antes de desembocar en la A-62.
La alarma saltó, un testigo llegó a ver el turismo de la huida a lo lejos (no pudo identificar el modelo o ver la matrícula) y lo más normal hubiera sido que los delincuentes se hubieran cruzado con la primera patrulla que se presentó en el bar de la calle Arrabal. Pero no fue así. O tuvieron suerte o se dieron tanta prisa que ni siquiera dio tiempo a que los agentes se toparan con el vehículo. El caso es que huyeron con un botín bastante suculento para un golpe que duró 52 segundos.
«Es una faena vivir lo mismo dos veces en cinco meses y, al margen del dinero que pierdes, que es mucho (estiman en más de 3.500 euros el botín), supone un trastorno venir de madrugada, poner denuncias, esperar a los seguros y, sobre todo, ver qué medidas tomar para evitar nuevos robos», lamenta Roberto, el padre del propietario, un joven que lleva dos años al frente de un negocio situado en la entrada del barrio, repleta hoy de vallas y señales de prohibido salir por ella hacia la carretera que continúa cortada a la espera de que los operarios extiendan la capa de asfalto (está previsto reabrirla el viernes).
Los delincuentes se plantaron a las puertas del bar Bas, situado en la esquina de las calles Arrabal y Valle, en torno a las cinco y cuarto de la mañana de ayer y en pocos segundos (no hay cámaras en el exterior) arrancaron de cuajo la verja de la ventana que mira a la vía principal de La Overuela. «Debieron usar un gato hidráulico y la sacaron con tacos y todo», suspiran las víctimas antes de aclarar que la verja de la entrada, por la que accedieron en su anterior visita (el 6 de septiembre), está ahora reforzada desde entonces. Así que esta vez se colaron por la ventana a las 5:18 horas y 23 segundos. La escena a partir de ese instante sí la recogieron las cámaras de seguridad de un local que cuenta con alarma, que saltó, y que está situado entre viviendas.
Los delincuentes, vestidos con la ropa habitual de la 'banda del BMW' (abrigos claros con capucha, pasamontañas, guantes oscuros y pantalones deportivos), protagonizan a continuación otro robo exprés. Uno de ellos se cuela por la ventana, mueve las dos tragaperras de lado y arranca un estor de la ventana. Su compañero le pasa entonces una maza (otra seña de identidad del grupo) y de dos marrazos en el lateral logra abrir la máquina. Luego, mientras el primero saca los cajetines de la recaudación, un compañero hace lo propio con la segunda maza y logra abrirla con una precisión milimétrica. Dos mazazos y máquina abierta...
Después van pasando las cajas a un tercer compinche (ataviado con la misma equipación) por la ventana. A las 5:19 horas y 15 segundos, 52 segundos exacto después de acceder al bar, los delincuentes están ya fuera a bordo de un «coche rojo», en el que presumiblemente había un cuarto integrante del grupo, que se da a la fuga a la fuerza por el laberíntico itinerario de salida del barrio que conduce a la autovía de Burgos.
La vez anterior, en septiembre, un testigo sí pudo identificar el coche de la huida, un Seat León amarillo, el modelo fetiche de un grupo que suma decenas de robos de vehículos y en negocios en los últimos meses. El vehículo, en esta ocasión, era rojo. Quizás también un León. Otro más para el último zarpazo de la 'banda del BMW. Esta vez en La Overuela.
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