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Una hora de encierro en el sentido de un toro encerrado en una calle de la localidad, porque carreras se vieron pocas. Laguna de Duero ha vivido en la mañana de este domingo el segundo encierro programado por el Ayuntamiento con toros de la ganadería ... de Julio Aparicio. Mozos en medio del recorrido esperando a que el morlaco se arrancase y les hiciera disfrutar de una buena carrera fue la estampa más característica y el público detrás de las talanqueras mirando al final de la calle para ver si veían algún movimiento que les hiciera intuir que podía acercase el toro.
Algo que no solo ocurrió después de sesenta minutos con las reses en la calle. Y es que muchos de los mozos que corren cada año se quejan de esta modalidad de encierro en el que los jóvenes interrumpen constantemente con chaquetas u otros objetos la carrera de los animales, bien desde dentro del recorrido o como parte del público que acude a presenciar el espectáculo desde las talanqueras.
Y seguro que de esta manera pasan un buen rato. Pero hay otro perfil de participantes, jóvenes que disfrutan con la adrenalina de tener al toro cerca mientras corren para evitar males mayores y que lo que valoran y les hacen disfrutar del encierro son esas carreras largas, con el morlaco a escasos metros e incluso centímetros de sus cuerpos y que lo que más detestan es que cuando viven esa situación, alguien les corte la carrera «pa ná», como dicen, «para luego dejarlo parado una hora en mitad del recorrido».
Esa larga carrera fue la que vivieron los mozos después de una hora esperando a que eso pudiera ocurrir. A las once de la mañana comenzaba el encierro desde la plaza de toros con destino a la plaza de Constitución. Un recorrido de ida y vuelta con dos toros del Ayuntamiento que soltaron de uno el uno. El primero era «algo más reservado», pero podía haber tenido alguna buena carrera. El segundo parecía que seguiría el mismo camino.
Sin embargo cuando salieron los cabestros por segunda vez para llevarse al morlaco que se había quedado parado y que no había quien le arrancara, fue cuando los mozos disfrutaron de la emoción de los encierros. «Nos hemos quedado con las ganas. Después de esperar una hora a tener una buena carrera, cuando al final la conseguimos se acaba el encierro, nos ha faltado un poco más», decían. «Era un toro que estaba bien, era bonito», corroboraban
«Después de esta última carrera, que estás más caliente, es como que te quedas con un sabor de boca… Con una carrerita más como esta nos hubiéramos ido más contentos», decía un joven que había venido desde Sevilla invitado por un amigo para que disfrutara de las fiestas de Laguna y de sus encierros. Tras el encierro, el tradicional vermú flamenco por los bares de la localidad, con actuaciones de Leo Martínez, Miriam Ferreruela, Sheila Galván, Las Chicas…
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