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«Si algo hacía Carmelo era lograr que la estancia de los enfermos fuera lo más agradable posible y lo hacía a base de humor, sonrisa tatuada en la cara y chistes». Así definía El Norte a Carmelo Monje días después de su jubilación, ... en octubre de 2023. Celador del Clínico, Monje decía entonces adiós a su trabajo tras cincuenta años de servicio a los demás. «De hecho, me he jubilado un año más tarde y me hubiera quedado más», respondía él. En el mismo artículo, cuando hablaba de los kilómetros que cada día hacía en su trabajo caminando entre las plantas del hospital, él calculaba que eran 20 y añadía «otros 80» que hacía con su bicicleta. «Ser tan deportista me ha ayudado mucho a organizarme y gestionarme en el día a día», añadía.
Carmelo Monje disfrutaba de su pasión, ya jubilado, este martes, cuando tuvo un accidente en Herrera de Duero. El hombre, de 66 años, sufrió una caída de cinco metros en el puente de Hierro del municipio vallisoletano mientras montaba en bicicleta, en el camino que une el municipio con Tudela de Duero. La dificultad de los equipos de rescate para acceder al terreno por tierra obligó a los efectivos del 112 a movilizarse en helicóptero, desde donde trasladaron a Monje, que quedó inconsciente tras el suceso, hasta el Hospital Clínico de Valladolid. Monje pudo ser trasladado gracias a la rápida actuación de varios alertantes, que encontraron al celador inconsciente en el suelo. El gestor del 112 realizó una multiconferencia con Sacyl, que realizó una valoración e indicó a los alertantes del incidente lo que debían hacer hasta la llegada de los servicios de emergencia.
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Un día después del suceso, Monje permanece ingresado en la UCI, con un politraumatismo grave, de nuevo rodeado de sus antiguos compañeros. El celador se encuentra en estado grave y con pronóstico reservado, como confirman fuentes consultadas. Carmelo Monje comenzó su vida laboral como camarero en la cafetería de la Facultad de Medicina, donde estuvo un tiempo hasta que después pasó a ser celador del hospital provincial antes de recalar en el Clínico. Primero en la planta de Maternidad y Pediatría, para después pasar por Urgencias durante año luego de hacer la mili en Córdoba. Tras esta etapa llegó a Medicina Interna y terminó su carrera profesional en la Unidad de Esterilización del centro hospitalario, donde estuvo los últimos doce años de celador. «La figura de este oficio ha cambiado mucho durante estos años. Ahora cada uno va más a lo suyo y todo es más individual entre los compañeros. Aunque esta figura se ha profesionalizado mucho y el trato con los pacientes es más cercano que antes», aseguraba la semana que se jubiló
«Esta también es mi casa», apuntaba también en octubre, después de presumir de que conocía a los cuatro mil profesionales -y a más de mil médicos- que trabajan en el complejo sanitario donde pasó 50 años. Así como Monje, con sus chistes, ayudaba a mejorar la estancia de los enfermos del Clínico, son ahora sus antiguos compañeros los encargados de cuidarle a él.
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