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Juan Granados y María José Coloma, oriundos de Palma de Mallorca, ya han apuntado en el calendario de 2023 la Semana Santa de Valladolid. No se la quieren perder. Este año no podrán, porque ya tienen las vacaciones rematadas y estas terminaron este viernes en ... Burgos. Partieron de la isla con el coche (trayecto en barco incluido) hace más de diez días con el objetivo de disfrutar de las mesetas, de la norte y de la sur, con paradas en Cuenca, Guadalajara, Valladolid y Burgos. No tenemos tanto tiempo para hacer más visitas, pero queremos ver más de la región», apuntaban mientras abandonaban el pasado miércoles la Oficina de Turismo de Valladolid con toda la información para disfrutar de la ciudad.
Y entre sus futuras opciones, en el primer puesto de la lista, se encuentra vivir la Semana Santa de Valladolid tras ver y hojear el sinfín de cuadernillos, trípticos y folletos diseñados para tal evento por el Ayuntamiento.
Sí, tras dos años sin la semana de Pasión, la Concejalía de Turismo se ha volcado con el programa de actividades. Prácticamente será el primer evento multitudinario sin las restricciones de la covid, uso de mascarilla mediante en lugares cerrados, desde que se decretó la pandemia en marzo de 2020 y eso ya se palpa, por lo menos, en las cifras de turistas en este inicio de 2022, a pesar de que la sexta ola daba sus últimos coletazos en el arranque de años.
En enero de 2021, con restricciones a la movilidad, visitaron Valladolid 21.888 personas, mientras que en el mismo mes de este año, esos números se han duplicado al alcanzar los 58.179 viajeros. El turismo empieza a recobrar el pulso que robó la covid-19, aunque los sectores afectados auguran que aún queda bastante camino por recorrer para recuperar esa denominada antigua normalidad. Y se quiere que la primera piedra del futuro se instale con la Semana Santa, donde la capital se juega una repercusión económica de 2,5 millones de euros. Es la cifra que se alcanzó en la última semana de Pasión con procesiones y a la que se espera llegar si todo se desarrollase de la misma manera. Por aquel entonces, las pernoctaciones hoteleras dejaron en Valladolid alrededor de 1,5 millones de euros con una ocupación alrededor del 90%. El resto de ingresos se obtuvieron de los visitantes que no pernoctaron durante esos días en la provincia.
En sus 20 años de profesión como guía turístico en Castilla y León, Nacho Torre no ha visto nada igual. Ni él ni nadie. El inicio de la pandemia le mandó para casa en marzo de 2020 y tras esa decisión su grifo de ingresos se cerró. Empezó a acumular trimestres sin facturación para rematar ese año sin ganar un euro. La película se mantuvo durante el 2021, aunque los últimos meses arrojaron un rayo de luz, hasta que se apagó por la pandemia, otra vez. Ahora confía en que la Semana Santa y sus procesiones sean un punto de inflexión. «El sector está destrozado. Estamos empezando a trabajar con diferentes ritmos. Personalmente, la Semana Santa la tengo floja con dos visitas contratadas, pero hay otros compañeros que ya trabajan con cierto ritmo. Las noticias que tenemos a través de otros sectores implicados es que va a ser un año bueno. No sé si es el deseo o el conocimiento», explica Torre. Y esas noticias se fundamentan principalmente en el 90% de la ocupación hotelera en la provincia. «Son muchas cosas las que funcionan cuando una sola persona viene a Valladolid. Funciona la hostelería, hotelería... esperemos que la temperatura sea buena y sea una celebración como la ciudad se merece», continúa. Con una situación al límite y sin opción de recuperar el pasado, los guías turísticos, autónomos y en un sector con bastante intrusismo, se agarran a los próximos meses de este 2022. «A ver si podemos empezar a sonreír», recalca el miembro de la asociación de guías turísticos de Valladolid, que ahora se enfrenta a la problemática de la subida de los precios. «Es verdad que las crisis nos está afectando, sobre todo por la gasolina. El turista recorta de nosotros. Vinculan la visita a pasar el día en una ciudad y no a aspectos culturales», agrega mientras recalca que quiere volver a hablar de Valladolid y de sus encantos a los visitantes.
La mejora del sector de la hostelería le ha proporcionado a Alberto Gómez una nueva fuente de ingresos. Por lo menos hasta que se saque la plaza como Policía Nacional. A sus 35 años continúa la preparación académica, mientras obtiene un rendimiento económico como camarero en la Salaveinte. El de Alberto es uno de los ejemplos de mejoría de los sectores que han sido más castigados durante la pandemia, lo que le ha servido para encontrar trabajo desde Navidad. «Trabajo los fines de semana, Navidad y Semana Santa. La pasada Navidad, la pandemia se disparó y no despuntó el sector. Ahora sí que notamos la mejoría, la gente tiene ganas de salir», recalca Alberto Gómez. Hasta el punto de que los fines de semana en el establecimiento hostelero no cesa el trabajo. «Los viernes y los sábados no paramos en ningún momento. Ese es un buen síntoma», añade mientras analiza la necesidad que tiene la ciudadanía de abandonar la mascarilla. «No hace falta estar en un bar para darse cuenta de que la gente quiere quitarse la mascarilla y olvidar la pandemia», prosigue el camarero y opositor. Con la pandemia aparentemente aparcada, el sector aborda nuevos contratiempos, como la inflación y la subida de precios. «Eso nos preocupa a todos porque nos afecta. Esta situación no es favorable para nadie, queremos que haya vida normal y una ansiada estabilidad», concluye Alberto Gómez antes de iniciar una nueva jornada laboral.
Esos porcentajes se recuperarán este 2022 a tenor de las reservas confirmadas hasta la fecha y con una meteorología que, a priori, acompañará al turismo, pero con un inconveniente: la subida de los precios de productos como la luz o el combustible, que ya han modificado los hábitos de unos turistas que se han tenido que apretar un poco más el cinturón. «La economía doméstica está tocada. Jueves y Viernes Santos rozaremos el 100%, pero la Semana Santa son solo dos semanas. En enero y en febrero se ha visto ya una tendencia alcista y esperemos que continúe así hasta verano, pero aún estamos muy lejos de los números que registrábamos en 2019», afirma el presidente de la Asociación de Hoteles de Valladolid, Francisco Posada.
Precisamente, estos días se presentan como un oasis, con los gastos en los establecimientos hoteleros disparados. «Facturas de luz que eran de cuatro cifras ahora ya son de cinco. Y eso no se ha repercutido en los precios para los clientes», añade Posada.
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Un turista, cuya procedencia prácticamente no ha variado durante la pandemia. Si en 2019, los que acudían hasta Valladolid eran de Madrid, País Vasco, Comunidad Valenciana, Andalucía y Cataluña, en este 2022 los gentilicios nacionales no han cambiado, excepto que se ha incluido a los residentes en Castilla La Mancha. En la parcela internacional, la procedencia se ha modificado sensiblemente, pues durante la pandemia el turismo internacional se evaporó. Ahora se empieza a recuperar y, además de contar con viajeros de Portugal y Francia, ya se contabilizan ciudadanos de Sudamérica y Reino Unido, por poner dos ejemplos.
Satisfecho por alcanzar cifras que hace dos años no veía, pero que todavía no palian la situación de los dos últimos años. Así se encuentra el turismo rural en la provincia. Esta Semana Santa se rozará una ocupación del 95%, pero «la temporada no va como debería» por todos las carencias vividas recientemente. Es la apreciación del presidente de la Asociación de Empresarios de Turismo Rural de Valladolid, Luis Ángel Chico.
«El sector no se ha recuperado, sigue dañado. Ahora afrontamos la subida de la luz y de los combustibles. Todo eso merma, porque si no estamos a la altura, no somos competitivos. Si subimos precios, la gente se va a lugares más cercanos», agrega Luis Ángel Chico.
Y eso es lo que ha pasado con el periodo vacacional de Semana Santa. Con el precio del combustible en récords históricos, muchos han echado cuentas y los viajeros de la región han optado por descansar y desconectar en Castilla y León. «Se mira lo que se gasta en gasolina, en peajes... Todo influye. La Semana Santa es un producto buenísimo y en la que somos un referente. Pero no sirve llenar estos días, hay que hacerlo durante 52 fines de semana. El éxito es rozar el lleno durante el resto del año y eso no se da actualmente. Necesitaríamos ayudas. Esperemos que a partir de ahora tomemos un nuevo rumbo», afirma el presidente de los empresarios de turismo rural vallisoletanos.
Una situación que ya se palpaba esta semana en la Oficina de Turismo de Valladolid. Se la veía con afluencia de curiosos, que venían a solicitar información. Y eso daba satisfacción a la técnico Beatriz Martínez, que agradecía ver todos los mostradores, sillas y mesas completos. «Da gusto verla así», apostilla antes de atender a otro turista.
Ahora, la Semana Santa centra la actividad. Hay un sinfín de actividades y reclamos para aprovechar durante la próxima semana. «Toda la ciudad está volcada», continúa Martínez antes de desmenuzar todo el programa. Habla de las rutas, de las procesiones, de las visitas guiadas (con las novedades de las rutas de Potajes y la denominada Valladolid en idiomas)... y no solo a aquel que se acerca, también al vallisoletano que pretende este 2022 adentrarse en una semana que cada vez es más internacional. «Para nosotros ya ha empezado la Semana Santa, porque llevamos varios fines de semana con mucho turista desde Madrid. En la provincia aún hay muchos ciudadanos que desconocen lo que tienen», concluye Beatriz Martínez con toda la información turística en sus manos.
Este auge lo que pretende es edulcorar una cifras de visitantes y pernoctaciones anuales resentidas en los dos últimos años. En este 2022, con todo pronóstico, no se alcanzarán los 755.512 visitantes y las 1.306.231 pernoctaciones de 2019, pero, si la covid, la guerra en Ucrania y la subida de los precios lo permiten, se superarán las cifras de 2020 (293.710 y 512.804, respectivamente) y 2021 (501.407 y 861.137, respectivamente). Hasta la fecha, y con los datos provisionales de enero y febrero de este año, ya se han registrado 78.680 viajeros y 127.388 pernoctaciones. Ahora habrá que esperar a los de marzo y abril, en los que Juan Granados y María José Coloma ya aparecerán. «En 2023, aquí estaremos», concluyen cámara y plano de la ciudad en mano.
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