Así será el túnel de cuatro carriles que sustituirá al viaducto de Arco de Ladrillo

Estas imágenes permiten hacer una aproximación el aspecto interior que tendrá el paso inferior del Arco de Ladrillo, cuyo proyecto está ahora en redacción. En ellas se muestra la amplitud que tendrá el espacio, de casi 20 metros de anchura total y 4,5 metros de gálibo.

El canal para viandantes y bicicletas se situará en la parte superior del túnel y los que lo atraviesen verán el paso de vehículos desde una especie de balcón, un modelo similar al aplicado en el túnel de Andrómeda.

Para permitir el paso del tráfico rodado bajo la vía del tren se construirán dos carriles por sentido, con 3,2 metros de ancho cada uno, a los que habrá que sumar un arcén de medio metro. Además, el grado de pendiente máxima de las rampas será del 10% y la salida del túnel en dirección centro ciudad se efectuará una vez pasada la calle Puente Colgante.

Además, a un lado y al otro del túnel se instalarán dos parques hasta la calle Puente Colgante y Recondo y por el otro lado, hasta los edificios existentes con el fin de dotar a esta zona de espacios de esparcimiento para los vecinos.

El concejal de Planeamiento Urbanístico y Vivienda, Manuel Saravia, ha destacado que «son unas dimensiones amplias, y el trazado es recto, hacia las embocaduras de entrada y salida, por lo que se verá al fondo la salida. Es un paso más en la integración ferroviaria en Valladolid, con una buena solución», indica Saravia, quien recalca que el Arco de Ladrillo se mantendrá en su lugar, sin desmontarlo ni trasladarlo, para que mantenga la función de bienvenida de los trenes de viajeros que ha tenido siempre. «No se toca», sentencia el concejal.

Para que ese «no se toca» que subraya el edil sea una realidad, la retirada del actual viaducto será extremadamente minuciosa, tal y como adelanta Saravia. «El proceso de demolición será especialmente cuidadoso para no dañar los edificios laterales ni el propio arco, que está ahí al lado. Así se contemplará en el proyecto, cuya primera partida será la de demolición», indica el concejal.

Con estas declaraciones de Saravia se zanja un asunto que generó mucha polémica hace años, cuando el futuro del Arco de Ladrillo estuvo en entredicho por el plan del soterramiento del ferrocarril, que obligaba a desmontarlo y trasladarlo. Las obras del denominado plan de integración del ferrocarril no obligan a llevar a cabo una actuación tan drástica y la cancelación del soterramiento ha permitido que este emblema de la ciudad siga en el lugar donde se levantó hace alrededor de 165 años.

De esta manera, se da un nuevo paso hacia el inicio de los obras, que presumiblemente no arrancarán hasta principios del próximo año, una vez finalizado el proceso de redacción del proyecto. Atrás queda el 27 de mayo de 2022, cuando se aprobó el pliego de condiciones; también el 3 de febrero de este año, día en el que se acordó la adjudicación al licitador y también el 8 de marzo de 2023, en el que la Sociedad Valladolid Alta Velocidad firmó el contrato de redacción del proyecto con la empresa adjudicataria. Ahora, falta por llegar el momento de inicio de unas obras que permitirán avanzar con el plan de integración ferroviaria en Valladolid, que ayer, martes 4 de abril, cerró una importante actuación con la apertura del doble túnel de Panaderos y Estación.