Valladolid

El túnel de Labradores estará cerrado durante medio año desde finales de 2023

Se va a rebajar el suelo para tener una mayor altura y mejorar el tránsito de autobuses y se van a mantener los dos carriles, en un único sentido de la marcha hacia el centro, tal y como explica el concejal de Urbanismo. «Hoy mismo ha habido una reunión con Adif y nos han aceptado las condiciones técnicas de desarrollo de la obra. Las cosas van lentas, hay un nuevo consejo que se ha creado en Adif que tendrá que tomar estas decisiones y esperamos que en el plazo más breve posible, en unos dos meses, podamos comenzar las obras del túnel de Labradores. Es un modificado, no es la intervención que estaba prevista en el proyecto, sino que sólo es una adecuación del túnel actual, al que se bajará la cota para ganar el gálibo por debajo. Calculamos que esa obra debe estar acabada en unos seis meses», explicó Ignacio Zarandona, por lo que, según los plazos adelantados por el concejal, la intervención integral en esta zona estará terminada la próxima primavera, si nada se tuerce. «En ocho o nueve meses podremos abandonar las obras en esta zona», aseveró.

Estas obras de la integración ferroviaria -a la que se suma la del paso bajo las vías entre Padre Claret y el Mercado de Delicias y la del túnel de peatones de Labradores- chocan con la idea central del equipo de gobierno actual de acabar con la barrera que soponen las vías en la ciudad, por lo que el concejal de Urbanismo adelanta que soterramiento será el tema central del consejo de Valladolid Alta Velocidad que se celebrará en un plazo aproximado de un mes. «Estamos esperando a que un nuevo consejo de Valladolid Alta Velocidad se reúna entre finales de agosto y principios de septiembre. A partir de ahí, se tomarán decisiones en cuanto a los proyectos que se están desarrollando, en lo referente al rumbo futuro que podamos trazar para el propósito final, que no es otro que el soterramiento», indicó Zarandona, quien confía en que esa reunión sea esclarecedora. «Ahí es donde podemos concretar de qué manera se pueden paralizar estos proyectos en marcha y cómo podemos instar a que se acometan los estudios pertinentes para soterrar las vías del tren», aseguró.

Los plazos del soterramiento obligarán, previsiblemente, a prolongar aún más la vida útil de las insfraestructuras existentes para pasar la vía, pese a que algunas de ellas se encuentran ya llenas de remiendos, especialmente el viaducto del Arco de Ladrillo, en el que se está interviniendo por su delicado estado de conservación. Mientras se acometa el proyecto del soterramiento, estas infraestructuras tendrán que seguir soportando tráfico, algo que para el concejal de Urbanismo no parece ser un problema. «El viaducto no es lo más bonito del mundo ni se encuentra en las mejores condiciones. En todo caso, es una estructura sólida, con una alta fortaleza. El hormigón es masivo y no tiene problemas que vayan a causar algún incidente, sobre todo de seguridad estructural. Lo que se están haciendo son pequeñas obras de consolidación en la zona en la que los cartabones bajan a cota suelo. Se han hecho muros pantalla para consolidar las zonas bajas», concluyó Ignacio Zarandona.