La tuna de Económicas y Empresariales recorre Valladolid al ritmo de 'Clavelitos'

La primera de ellas comenzaba puntual a las 12 horas del mediodía dentro del regalo navideño colocado al final de la calle Santiago. Allí se escuchaba el ya mítico «Vallisoletana sal a tu balcón». Y la gente salía, no del balcón en el sentido literal, pero sí metafóricamente. Decenas de personas se agolpaban en torno a la estructura luminosa para escuchar a la tuna, que inundaba de ambiente festivo el centro de la ciudad. Móvil en mano, para inmortalizar el momento, los viandantes que por allí pasaban se quedaban absortos escuchando las voces de los más de 35 tunos que interpretaban temas tan conocidos como 'Clavelitos' o 'Vallisoletana'. Incluso alguna mujer aceptaba la invitación de los tunos, que «rondaban», a bailar en el centro del círculo.

Los aplausos resonaban en toda la calle con cada final de canción y la gente, que aumentaba a medida que transcurría la mañana, perseguía a los tunos mientras ellos, en un alarde de tradición, realizaban coreografías durante las canciones andando y girando hasta la Plaza Mayor. «La Tuna de Económicas se creó en 1984. Ahora ya no es lo que era, todo ha cambiado. Hemos decidido salir a la calle en nuestro 40 aniversario para llenar de ambiente el centro de la ciudad», explicaba Agustín Sánchez, jefe de la agrupación. «En el grupo somos unos 50 pero hoy hemos venido unos 35. Hemos invitado también a miembros de otras tunas con las que tenemos amistad o estamos hermanados como la de Comercio de Sevilla, de Ponferrada, de Benavente o incluso tenemos a una mujer de la Tuna de Deusto», puntualizaba Agustín Martín.

Ya en la Plaza Mayor de la ciudad, llena de casetas que se llenarán de productos navideños dentro de una semana, los tunos se han acercado al balcón, como dice la canción, para interpretar los temas más escuchados en las tunas. Incluso le han dedicado una canción a la concejala de Turismo, Eventos y Marca Valladolid, Blanca Jiménez, que se emocionaba con la interpretación del tema. Los familiares de los tunos subían al balcón de Ayuntamiento para ver a sus hijos, maridos o padres desde lo alto.

«La tuna ya no es como antes. Ahora es un poco por hobby, ya vamos teniendo unos años y los hijos son mayores, lo que nos gusta es disfrutar de la música. Sacar a la calle la celebración está siendo algo único. Ver las caras de la gente y cómo corean las canciones es como volver 20 ó 30 años atrás», confesaba Agustín Santiago, quien añadía: «El tema de la tuna no está tan bien visto en Valladolid como en Andalucía. Estamos hermanados con la tuna de Comercio de Sevilla y allí rondan a la Inmaculada, médicos, magistrados, arquitectos y magistrados. Esto aquí es muy difícil».

Dicen que «ser tuno es algo que se lleva dentro» y que «una vez tuno, tuno hasta morir» y así se refleja el espíritu que los más de 35 tunos han transmitido a todo aquel que se ha encontrado con ellos de manera fortuita. Por la tarde, a partir de las 18:00 horas, el evento continuaba en el centro cívico Canal de Castilla, situado en el Paseo del Jardín Botánico, 4, en el barrio de La Victoria. Allí se reunirían todas las generaciones de tunos que han formado parte de esta emblemática agrupación musical. La cita contaba con la participación de miembros de la Tuna de Comercio de Sevilla, la Rondalla de Benavente, la Tuna de Ponferrada y la Tuna de Zamora, haciendo de este encuentro un espectáculo inolvidable para los amantes de la música y la tradición.

A lo largo de sus cuarenta años de historia, la Tuna de Económicas y Empresariales ha acumulado numerosos premios y galardones en certámenes locales y nacionales. Destaca su participación en el Certamen Nacional de Tunas de Económicas y Empresariales, uno de los eventos más prestigiosos del país, donde lograron el primer premio en dos ocasiones: en Murcia (1993) y en Barcelona (2000), además de múltiples reconocimientos en diversas categorías como pasacalles, pandereta, solista y bandera.

La Tuna ha grabado dos discos: uno junto a otras tunas de Valladolid y otro en solitario en 2001, dejando constancia de su talento musical. Sin embargo, su verdadero legado se encuentra en el día a día, animando actos benéficos, bodas, comuniones y eventos familiares, llevando su alegría y espíritu aventurero a todos los rincones. A lo largo de los años, la Tuna de Económicas ha sido hogar de estudiantes de diversas disciplinas, incluyendo economistas, médicos, maestros, ingenieros, veterinarios y abogados. A pesar de los estereotipos que a menudo se asocian con los tunos, los miembros de esta agrupación destacan que «el 95% de quienes ingresaron en la tuna han completado sus carreras y ahora ocupan puestos de responsabilidad tanto en el ámbito público como privado».

En estos tiempos de gran polarización, la Tuna de Económicas y Empresariales defiende la tradición como «un símbolo de compañerismo, perseverancia y alegría». Según sus integrantes, esta tradición «no tiene una afiliación ideológica y ha perdurado desde el siglo XIII, exportándose a países como Portugal, Holanda, Japón y gran parte de Latinoamérica. La tuna, que ha evolucionado a lo largo de los siglos, sigue viva y en constante cambio, incluyendo desde hace ya décadas, tunas femeninas. Es un excelente reclamo turístico de una ciudad que tiene alma universitaria».