Uno de cada tres profesores de la enseñanza pública tiene un contrato temporal

El pasado martes se hizo pública la lista de oferta de plazas de profesores interinos en los institutos públicos de Castilla y León. Un 'baile' de asignaturas, destinos y condiciones que pone en 'danza' cada año a más de 5.000 personas. Un listado que necesitó de correcciones a las pocas horas de hacerlo público en el Portal de Educación de la Junta.

Este año, la enorme oferta de interinidades docentes llega después de un proceso de oposiciones para obtener plazas en propiedad que apenas ha 'parcheado' las carencias históricas. En junio, más de 15.800 opositores lucharon por las 1.401 plazas que sacó a concurso la Junta, de las que 1.234 eran para el nivel que más sufre esa precariedad: Secundaria.

De ellas quedaron sin dueño 161. El resto, acaba un año más, en la 'rueda de la fortuna' de las interinidades. «Hay plazas que llevan hasta 15 años sin convocarse. Eso nos aboca a una temporalidad brutal», denuncia la secretaria de Enseñanza de UGT CyL, Beatriz García.

Con el agravante de que el proceso se convocó con la base de plazas de 2019, antes de la irrupción del covid. «Era una oferta insuficiente, no se han ampliado las plazas y esto nos va a abocar a aumentar las interinidades», advierte presidenta de la Asociación de Profesores de Enseñanza Secundaria de Castilla y León (ASPES-CL), Cristina Fernández.

No hay un estudio actualizado de cómo están las plantillas de docentes a las puertas del tercer curso covid. «Hasta que la Junta no cierre las unidades escolares no vamos a saber cuántos interinos se necesitan. Y, un año más, están aguantando los plazas hasta el final», explica la portavoz del Sindicato de Trabajadores de la Enseñanza de Castilla y León (STECyL), Christina Fulconis.

Este retraso es una queja común de todos los que representan al cuerpo de docentes. «Somos una de las comunidades que va más tarde y, como la oferta es nacional, otras regiones se nos adelantan y adjudican sus plazas», lamenta Beatriz García.

Una práctica que «unida a la premura en los plazos, hace que muchas interinidades se asignen tarde y haya centros que empiezan el curso sin tener a sus profesores», completa Cristina Fernández.

Y una realidad que, según los que se enfrentan cada día al reto de educar, «resulta incompatible con una atención personalizada y de calidad a cada alumno», reflexiona la presidenta regional del sindicato de docentes ANPE, Pilar Gredilla.

¿El resultado? «Vamos de repesca en repesca», resumen 'al alimón' los representantes de la comunidad educativa. Castilla y León sufre una de los porcentajes más altos de temporeros de la educación de España. En torno a un 30%, según los cálculos coincidentes de todos los actores de la Educación.

«El actual modelo es incompatible con la necesidad de reducir la temporalidad y no ofrece una salida a la experiencia y años de servicio del personal interino. Es el mismo profesorado responsable de los resultados de informes como PISA, tan enarbolados siempre por nuestra consejera» (Rocío Lucas), se queja el secretario de Educación de CCOO en Valladolid, Pablo Redondo.

Son porcentajes que refrendan el informe 'Los profesores en Europa' que publicó en marzo la Comisión Europea, en el que España encabeza la lista de temporeros de la docencia por delante de países como Rumania, Bélgica, Portugal, Italia y Austria. Y que incidía en que el problema es especialmente grave entre los menores de 35 años, cuya precariedad supera el 60%. Esa misma CE recomienda a sus socios que las cifras de temporalidad no superen el 8,5%.

Entre los profesionales de la región hay inquietud por ver cómo arranca el nuevo curso en apenas dos semanas. Y más después de que la Consejería de Educación dejara claro el pasado miércoles en la Conferencia Sectorial del sector (reúne al ministerio con todas las comunidades) que Castilla y León apuesta por la línea más conservadora en las medidas de protección del nuevo curso como el mantenimiento de 1,5 metros de distancia entre pupitres, rechazando el 1, 2 metros que planteó la ministra Pilar Alegría. Hay unanimidad entre los docentes: no se podrá hacer sin más refuerzo de plantillas.

Aunque todas firmaron (salvo CCOO) una prórroga de los contratos temporales de 1.350 maestros de complemento covid, las centrales no tienen claro cómo se va a a repartir este 'ejército' de refuerzo por el mapa escolar.

Para completar el cuadro menguante del mapa docente, la irrupción de la covid hace año y medio ha afectado negativamente a sus plantillas. El miedo al contagio en las clases presenciales y el esfuerzo de adaptación a la teleenseñanza y a los recursos 'online' «unido al escaso apoyo oficial hizo que para muchos veteranos se hiciera cuesta arriba continuar y optaron por la jubilación», recuerda Cristina Fernández.

La ley permite a los docentes jubilarse a los 60 años siempre que tengan la cotización requerida. Nueve de cada diez de los que optan por dejar la tiza y los libros lo hacen sin haber llegado a los 65 años y ocho meses de la actual edad oficial de jubilación. Un perfil que completa el tópico del síndrome del 'burnout' (quemado) que suele achacarse a la profesión de enseñante cuando van cayendo los trienios a la espalda tirando de las clases.

La realidad de los pasillos escolares no es tan dura en las aulas de Primaria y Secundaria que, con cerca de 1.400 centros públicos en toda Castilla y León, son el colectivo más numeroso. Aunque este año no tocaban oposiciones, los sindicatos de enseñanza lo ponen como un espejo incompleto pero en el que podría mirarse su 'hermana mayor' de la Secundaria.

Tienen que estar en los colegios el día 1 de septiembre para empezar a preparar el curso. De las 2.432 plazas ofertadas en interinidad, se han adjudicado 2.411. «La oferta (de plazas) suele ser amplia y bastante ajustada. La interinidad apenas llega al 10%», resume la responsable regional de UGT, Beatriz García.

Con este escenario general, el resto de exigencias históricas del entramado educativo parecen aún más lejos de cumplirse. «Seguimos reclamando, año tras año, una bajada de las horas lectivas y de las ratios de alumnos -enumera desde CCOO, Pablo Redondo-. Son dos medidas fundamentales para mejorar la calidad tras el tremendo esfuerzo de los últimos dos años». Un 'menú de carencias que se completa con el pago de los veranos a los interinos (cesan al acabar cada curso), una mayor oferta pública de la Formación Profesional . «Sin olvidar el refuerzo del profesorado de apoyo (pedagogos, terapéutas, profesores de compensatoria, equipos de orientación) tanto en Primaria como en Secundaria», concluye Redondo.