Kai, transexual: «Con la reforma de la Ley Trans han intentado abarcar más de lo que deberían»

Cuenta la leyenda que los inicios siempre son duros, que los cambios tienen consecuencias y que los procesos son, en innumerables ocasiones, tediosos. Kai relata cómo fue su inicio: «Empecé en la escuela con los compañeros de clase con lo típico de «llamadme así» y lo aceptaron sin problema. Sin embargo, en mi familia choco en un primer momento. Cuando lo conté mi madre se quedó un poco en shock, pero conté con su apoyo en todo momento».

«En ese momento estaba en psiquiatría por otros motivos y aproveché para contar esto a sanidad y a un médico de cabecera», relata el joven de 21 años, quien puntualiza que «siempre he sentido apoyo por parte de la sanidad pública, que es donde he realizado todo mi proceso de cambio de género». «Mi entorno siempre ha sido muy favorecedor y eso siempre ha sido una suerte. Al principio un poco reticentes porque era algo desconocido», confiesa Kai.

Reducir todo el proceso de identidad de género a un cambio biológico es un sin sentido. «Cada persona vive su proceso de una manera, con unas sensaciones y con unos objetivos diferentes. Todos los procesos son igual de aceptables», remarca Kai, en referencia a la operación del cambio de sexo. «A medida que pasaban los años y los tratamientos avanzaban aproveché, durante la pandemia, que había plazas libres, y me realicé la vasectomía en el 2020. Ahí fue cuando hubo gente que se echó un poco encima porque les parecía un paso muy grande».

El joven recuerda que tuvo que «lidiar la batalla de la gente que insulta por la calle, son desconocidos, pero hacen daño igualmente». Actualmente define el momento actual como «un punto en el que me hago entender muy bien» y añade: «La gente entiende mi situación, me ayuda y me respeta. Incluso yo ayudo a gente que está empezando en el proceso. Es un punto muy maduro de la transición».

El cambio de nombre y de género en el Documento Nacional de Identidad suele ser uno de los procesos más tedioso al que se enfrentan las personas transexuales. Kai relata en primera persona como fue este momento de su transición: «Cuando me cambié el nombre no tuve ningún problema. Lo único pues los meses de espera que se hacen un poco largos, pero nada más. Durante el cambio de nombre la Administración fue muy colaboradora conmigo. El cambio de género en el DNI lo tuve relativamente hace poco».

En cuanto a la Ley Trans, el joven asegura que «se ha intentado abarcar más de lo que se debería» pero confiesa que «toda revisión de algo que estaba fallado es positivo». «La ley que teníamos antes, bajo mi punto de vista, era efectiva pero ahora se demandan otras cosas y hay que adaptarse a ellas. Por una parte, creo que es bueno plantar cara al problema y hacer una reforma tan grande, pero por otro lado creo que hay que hacer los cambios con conocimiento», reclama.

Si algo ha dado que hablar durante los últimos meses es la premisa de los mayores de 16 años podrán iniciar su proceso sin consentimiento paterno. Kai reflexiona y ofrece su opinión al respecto: «Tengo sensaciones encontradas. Bajo mi punto de vista está bien porque realmente cuando manifestamos nuestra intención y seguridad de dar el paso del cambio es en esas edades. Entre los 12 y los 16 años empezamos a notar que algo no funciona como nosotros queremos. La edad está bien planteada porque la persona lleva suficientemente tiempo creando su identidad, es una decisión que esta madurada. Lo que no es acertado es retirar tanta participación a la familia. Involucrar a los padres en un cambio tan determinante y decisivo es algo vital para el entendimiento».