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Los operarios trabajan en un tramo del paseo de Las Moreras. Rodrigo Jiménez

Valladolid

El trazado del carril bici de Moreras llega ya a Poniente aún pendiente de urbanizarse

El acceso desde el Puente Mayor al canal ciclista a través de una rampa y las conexiones a la parte baja del parque tampoco se han iniciado

J. Asua

Valladolid

Jueves, 24 de octubre 2024, 06:48

Para la mayor parte de los que a diario se desplazan a pedales para acudir al trabajo o a estudiar es un despropósito. Para muchos automovilistas que ahora circulan por un solo carril a lo largo del paseo de Isabel La Católica, una bendición. Es ... lo que hay. Sitúese usted donde considere. Las obras de construcción del carril bici por el interior del parque de Las Moreras avanzan imparables desde que los trabajos comenzaran el pasado verano.

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Los martillos hidráulicos ya han completado el picado en toda su longitud del canal por el que discurrirán los vehículos de dos ruedas entre el inicio del paseo del parque, a la altura de del Puente Mayor, hasta casi el entronque con Poniente, donde la infraestructura ya se ha comido una franja de césped en dirección a la confluencia con el paso sobre el Pisuerga que da acceso al centro.

Una veintena de operarios trabajan ahora en la retirada del vallado que separa esta parte del paseo peatonal de la zona inferior de la zona verde, unas protecciones que se repondrán cuando concluya esta primera fase. También se están comenzando a colocar los bordillos de hormigón que delimitarán este carril y a marcar los nuevos puntos de iluminación.

Una visita al tajo permite apreciar algún aspecto llamativo. Es el caso del tramo que pasa justo pegado a la entrada antiguo bar Los Álamos, unas instalaciones de propiedad municipal, que el Ayuntamiento quiere aprovechar como centro multidisciplinar de actividades deportivas y recreativas en el entorno del Pisuerga. Habrá que ver cómo se resuelve el acceso si algún día esta construcción resucita.

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Por lo demás, el paraje es ahora de escombros tras la excavación del dibujo de la franja ciclista. De esta primera intervención, falta aún mucho por hacer. Además de urbanizar todo el canal para circular a pedales y proceder después a su señalización horizontal, hay que habilitar la entrada a la infraestructura desde una rampa que se construirá para conectar el Puente Mayor con el propio paseo.

El plazo de ejecución de la obra, adjudicada a la unión de empresas formada por Contratas Vilor y Martín Holgado Obra Civil por un importe de 810.783 euros, se fija en diez meses. Si todo transcurre sobre el plan previsto -la ejecución comenzó el 29 de julio-, a finales de mayo o principios de junio debería estar finalizado. Será entonces cuando se procederá a repintar la calzada de Isabel la Católica para borrar el actual canal ciclista y que los coches recuperen el doble carril en esta arteria de tráfico.

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Pero queda todavía mucha zanja que afrontar. Donde se trabaja ahora y donde continuará la infraestructura. Y es que mientras esta primera fase es más sencilla al tratarse de reservar el espacio en una zona peatonal que cuenta con suficiente anchura, el salto a la Rosaleda conllevará algunas intervenciones de calado. En el caso del jardín histórico, la banda ciclista discurrirá junto a la zona verde. Los dos carriles para coches tendrán tres metros cada uno, la acera contará con dos y el canal para bicis sumará 2,30.

Superado este punto, las bicis volverán al interior del parque y circularán por la zona que ahora ocupa el paseo en tierra que lo recorre pegado al trazado de Isabel la Católica pero, lógicamente a una cota más baja. Aquí también hay mucho por hacer. El plan de obra prevé rellenos en tierra y nuevos taludes con el objetivo de paliar en la medida de lo posible las pendientes que ahora presenta esta zona, principalmente desde donde comienza el acotado para soltar a los perros. Aquí peatones y bicis convivirán, cada uno con su espacio. En este tramo, se prevé también la renovación de todos las entradas a esta zona verde lineal para hacerlas accesibles. El carril bici, que tiene una longitud total de 1,1 kilómetros, se incorporará a la zona de tráfico un poco antes del puente de Isabel la Católica.

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Mientras que el equipo de Gobierno considera que esta obra pondrá fin al la situación «caótica» que ha generado restar un carril de tráfico al paseo para dárselo a las bicis, además de hacer más amable la circulación sobre dos ruedas por un espacio «más tranquilo y saludable», los partidos de la oposición han criticado una intervención que desvirtúa la apuesta que ellos hicieron por una movilidad ciclista efectiva, además de los efectos perniciosos que, a su juicio, tendrá sobre esta histórica zona verde.

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