Las obras cortan General Shelly también a los peatones y obligan a dar un rodeo de casi un kilómetro

El corte al tráfico del citado tramo de General Shelly, en los dos sentidos de circulación, apenas generó complicaciones al asumir la circulación la ruta alternativa por Arca Real hacia el paseo de Farnesio o la calle Transición, aunque la grúa municipal tuvo que retirar más de una decena de vehículos que permanecían estacionados en el tramo en obras (se perderán 120 plazas de aparcamiento durante los trabajos) a pesar de los carteles que advertían desde la semana pasada de la prohibición de aparcar allí a partir de este lunes.

Los que sí generó más problemas fue el corte de las dos aceras de la calle General Shelly a los peatones sin previo aviso (sí se colocó la pertinente señalización para los vehículos), sobre todo, desde el lado del parque de la Paz y la calle Arca Real. Fueron decenas los vecinos que recorrieron por los jardines el tramo hasta toparse con la valla que cerraba el paso por la acera más adelante, a la altura ya del cuartel Conde Ansúrez, hacia Arco de Ladrillo. Este corte obligará a los peatones a dar un rodeo de casi un kilómetro, bien por Argales y Farnesio bien por Transición, para llegar al punto de salida del cruce de General Shelly con Arco de Ladrillo.

Los operarios, por lo demás, han derribado ya el tramo del muro de los terrenos del cuartel General Monasterio (ya solo permanece en pie una pequeña parte de la tapia del lado de la calle Nelson Mandela) que tapaban las vistas desde General Shelly. La avenida principal que unirá los terrenos de los dos cuarteles, donde tendrán cabida 839 viviendas, atravesará precisamente la calle General Shelly y se regulará en su día, en principio, con un cruce regulado por semáforos.