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Han aprovechado una grieta en el cemento, un pequeño surco en el hormigón. Decenas de girasoles saludan desde la mediana a los cientos de conductores que a diario circulan por la ronda exterior de Valladolid, la VA-30. Las plantas se asoman a los bordes ... de una calzada donde también crecen las malas hierbas, especialmente en el tramo comprendido entre las conexiones con la carretera de Segovia y la Autovía del Duero, a la altura de la calle Oro. La presencia de girasoles es especialmente generosa en la calzada en sentido hacia Salamanca y varios ejemplares de hojas amarillas se concentran también en las inmediaciones del acceso a la carretera de Madrid. Si el conductor se entretiene en contarlas, podrá cansarse antes de llegar a las cien giganteas. Y hay más en otros tramos de la VA-30, por ejemplo, cerca de los accesos a Simancas.
La naturaleza se asoma así a una ronda que acaba de cumplir los diez años desde su construcción completa. El 22 de julio de 2014 se inauguró el tramo final, el que va desde la Autovía del Duero hacia la A-62 en Cigales. Pero la historia de esta circunvalación de Valladolid, de este anillo de asfalto, hunde sus raíces en la hemeroteca.
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Víctor Vela
La primera noticia cierta sobre su construcción llegó el 3 de noviembre de 1993, cuando el entonces alcalde, Tomás Rodríguez Bolaños, salía satisfecho de una reunión con el Secretario de Estado de Infraestructuras, José Alberto Zaragoza, quien le garantizaba el inicio de los trámites para construir la ronda exterior sur. El trazado definitivo de la primera fase, desde Arroyo hasta la carretera de Madrid, se definió el 24 de junio de 1994. De esto hace treinta años. El proyecto (dos calzadas de siete metros y una mediana de 12 metros) se presupuestó en 8.392 millones de pesetas (50,4 millones de euros) y fijaba cerca de tres años para su ejecución. Es decir, los coches tendrían que haber empezado a circular por allí en 1997. En 1998 como muy tarde. No lo hicieron hasta el 5 de junio 2010, después de que el proyecto se construcción se adjudicara el 16 de noviembre de 2007. El 14 de octubre de 2010 abrió un pequeño tramo más, de 2,5 kilómetros, desde la carretera de Madrid hasta la conexión con la A-11.
Con el proyecto en un cajón, los sucesivos presupuestos dejaban esta obra sin dinero. Los trabajos no se adjudicaban, pero sí que se avanzaba en la redacción del resto de la obra. El 4 de mayo de 2002 se presentó el trazado del tramo entre el polígono de San Cristóbal y la conexión con la A-62 a la altura de Cigales. El Gobierno dijo entonces que estaría en funcionamiento en 2007. No se abrió hasta 2014.
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