Zona de aparcamiento, delimitada por los bordillos, junto a los pinos situados junto al muro del túnel de Labradores. Rodrigo Jiménez

Valladolid

El acceso a la calle Mallorca cambia adoquines por asfalto y gana plazas de aparcamiento

Las entradas de los vehículos por esa zona se encontraba limitada por bolardos hasta que se retiraron en 2018

Antonio G. Encinas

Valladolid

Domingo, 2 de febrero 2025, 08:24

Sobre el plano del proyecto, el dibujo mostraba una trama adoquinada similar a la que existía antes de comenzar las obras. El acceso, casi en la boca del túnel de Labradores, desde la avenida de Segovia hasta la calle Mallorca, era un trozo de unos ... sesenta metros que llevaba muchos años adoquinado, en un estilo de vía semipeatonal. Circulaban los coches, pero con la velocidad acotada y a la misma altura que los peatones. Años atrás, incluso, una doble fila de bolardos delimitaba el paso de los vehículos.

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Con la renovación del túnel de Labradores se hace necesario reurbanizar el entorno, dañado durante las obras. Y la dirección de obra, a cargo de un ingeniero municipal, ha tomado la decisión de darle otra vuelta a ese tramo. «Es una decisión técnica», explica Ignacio Zarandona, concejal de Urbanismo. «Ese tramo que va a entroncar con la calle Mallorca ha existido siempre, por ahí tienen que entrar los vehículos rodados para acceder a la calle. Son 60 metros. Ahora se ve un bordillo en curva que hace un poco de elevación, ¿por qué? Porque los árboles que están ahí tienen las raíces muy levantadas, y estaban removiendo todos los adoquines», señala.

«La solución que se ha tomado es elevar la altura con el bordillo para que el pavimento vaya un poco más alto y pase por encima de las raíces de los árboles, porque o se cortaban los árboles o se tenía que elevar aquello. Luego ese espacio tendrá un parterre verde», explica el concejal.

2010

2018

Entrada desde la avenida de Segovia para desembocar en la calle Mallorca -que sale a la derecha, más adelante- en los años anteriores.

Lo que ocurre es que al levantar el bordillo, «la banda de rodadura por donde van a ir los vehículos, que es cosa que se hace muy habitualmente, se va a asfaltar». Será una vía asfaltada con conexión entre avenida de Segovia y Mallorca, pero el resto se adoquinará «igual que estaba».

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Otro cambio relevante es que al lado de los árboles, que contaban con bancos y espacio para los peatones, se ha colocado una franja que servirá para aparcamiento. Aún no se ha decidido, eso sí, con qué funcionalidad. Podría ser carga y descarga, aunque ya hay otra franja similar precisamente en la entrada de la calle Mallorca, con capacidad para cinco furgonetas. «Con este cambio puede quedar una zona de aparcamientos para dos o tres coches, que puede venir bien en un momento dado para decidir si es un carga y descarga, si es una plaza para personas con discapacidad… Lo analizaremos ahora para que la solución sea la mejor», considera el concejal.

Vista del bordillo que delimitará la curva de acceso a la calle Mallorca. Al fondo, vista de los viejos talleres de Renfe. Rodrigo Jiménez

El acceso de los vehículos por esa zona se encontraba limitado por bolardos hasta que se retiraron en el año 2018. El adoquinado gris, diferente del embaldosado rosa de las aceras, y la presencia de jardineras en la entrada advertía ya a los coches de que se trataba de una vía apta para circular a baja velocidad. Es cierto que desde que se eliminaron los bolardos, muchas veces los vehículos utilizaban el primer esquinazo para estacionar, ya que no había ninguna plaza en esa calle hasta desembocar en Mallorca, donde hay espacio reservado para ambulancias, para personas con discapacidad, tres vados y una zona de carga y descarga, lo que deja para libre aparcamiento un espacio como para albergar siete coches, aproximadamente.

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