Las calles del Grupo Aramburu, el núcleo central del entorno de la barriada de Las Viudas, fueron el escenario en la madrugada de este lunes de una sorprendente intervención policial que comenzó con una llamada anónima que advirtió de que una mujer estaba pidiendo ... auxilio a gritos, continuó con un 'tiroteo fantasma' y concluyó con el desmantelamiento de una plantación de marihuana en un piso del bloque donde se produjo toda la secuencia. Allí fue detenida una pareja. Ella, de 18 años, por propinar un puñetazo en la cara a un agente y su compañero, de 19, por un delito contra la salud pública por cultivar la droga. Los dos negaron que hubieran efectuado disparos. Los propios policías, en cualquier caso, fueron testigos directos de las detonaciones, que atribuyeron a «armas de fuego». Su origen es una incógnita y continúa en investigación.
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Los hechos se sucedieron a partir de las dos de la madrugada en el corazón de la barriada, en el picón conformado por la avenida de Segovia, el paseo de Juan Carlos I y la calle Ebro. Allí acudieron varias patrullas de las policías Local y Nacional después de recibir un aviso anónimo de que una mujer estaba pidiendo ayuda en un bloque de viviendas. Los agentes, a su llegada, escucharon una serie de «detonaciones» que todos ellos atribuyeron a disparos de armas de fuego. Así que entraron al inmueble del que procedían los posibles disparos y se encontraron con un joven de 19 años en el descansillo de un piso en el que estaba la puerta abierta.
De allí salió una joven que, «sin mediar palabra», propinó un puñetazo en la cara a un policía local. Ella, de 18 años, fue detenida por un delito de atentado a la autoridad. Su compañero facilitó posteriormente la entrada en la vivienda, en un principio para buscar posibles armas, y allí los agentes se encontraron con un completo laboratorio para cultivar marihuana, donde los policías municipales intervinieron casi un centenar de plantas (99), 141 gramos de la droga ya elaborada y el material habitual para su cultivo y secado.
El propio joven, de 19 años, reconoció su propiedad y colaboró con los agentes durante la intervención. Tanto él como ella, no obstante, negaron la autoría de las detonaciones.
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