«Los GEO tiraron la puerta de José Antonio con explosivos y ahora hay que arreglarlo»

La deflagración causó cuantiosos daños materiales al destrozar no solo la puerta del piso de José Antonio sino que también afectó a la medianera y al marco de la puerta de la casa de al lado, además de destrozar el falso techo del rellano. «El perito de nuestro seguro ha venido ya a valorar los daños y también el de la vivienda de al lado (la del detenido), pero falta aún por venir el perito de la comunidad para que vengan a arreglar todo esto», lamentan las víctimas colaterales del suceso del domingo.

Los testigos recuerdan cómo en un primer momento escucharon «una serie de detonaciones» y, al asomarse a la terraza, que linda con la del después detenido, se toparon con José Antonio portando su escopeta. «Hizo un amago de disparar hacia nosotros y nos encerramos en casa».

Después, al filo de las diez de la mañana, y después de varios disparos más, «todos al aire», el bloque comenzó a llenarse de policías. «El negociador intentó hablar con él, pero era imposible, pedía cosas incoherentes como una escalera, una cuerda e, incluso, una grúa y luego permanecía en silencio durante más de quince minutos y, en ocasiones, disparaba en cuanto veía asomarse a algún policía», recuerdan. Así que el negociador de la Policía Nacional, al ver la situación, y que José Antonio no «se atenía a razones –está un poco sordo y tampoco accedía a nada–» solicitó enseguida la presencia de los GEO, un grupo con base en Guadalajara que entró finalmente en la vivienda a las dos de la tarde.

La puerta estaba cerrada por dentro y optaron por derribarla con explosivos. «Colocaron los explosivos en los laterales (junto a la cerradura y las bisagras), colocaron un bidón con agua y una fila de escudos para contener la onda expansiva y finalmente los detonaron», recuerdan los vecinos. Después, ya en el interior, tuvieron que utilizar el mismo método para llegar al lateral de la terraza, donde José Antonio continuaba acurrucado sin soltar la escopeta, con la que disparó, al menos, en tres ocasiones a los agentes. «Lanzaron granadas de humo y comenzó el tiroteo antes de que una bala alcanzara en el bíceps derecho» a José Antonio y le hiciera soltar el arma. «Fue una situación horrible y, cuando todo acabó, vimos que su terraza estaba completamente llena de cartuchos», explican los testigos. Los vecinos esperan ahora una reparación de los daños ocasionados para recuperar la normalidad perdida en el bloque.

José Antonio, entre tanto, continúa ingresado en el Clínico a la espera de recibir el alta y pasar a disposición judicial. Está siendo investigado, en principio, por un delito de homicidio imprudente. En la refriega solo resultó herido Elko, el perro de los GEO. La titular del Juzgado de Instrucción número 6 ha acordado este miércoles prorrogar otras 72 horas su detención ante la imposibilidad de tomarle declaración ebido a su estado no solo de salud sino también mental.