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El temporal da una tregua y permite reabrir el Campo Grande tres días despuésEl tiempo, al menos, en lo que al viento se refiere, ha dado una tregua este viernes y ha puesto fin a 48 horas en las que se registraron más de doscientas incidencias en el conjunto de la provincia vallisoletana. Eso ha permitido reabrir el ... Campo Grande después de tres días consecutivos cerrado (martes, miércoles y jueves) de manera preventiva. La ciudad recupera así uno de sus grandes atractivos turísticos para un final de Semana Santa que, no obstante, volverá a estar pasado por agua.
El vendaval ha amainado, aunque el viento aún soplara con relativa fuerza (sin avisos activados por este motivo para los próximos días) durante esta jornada, y las siguientes, con rachas moderadas que este viernes han alcanzado los 37 kilómetros por hora (nada que ver con los picos de 81 y 61 registrados el miércoles y el jueves).
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Las que no cesan son las lluvias, eso sí, con una ventanita para esta tarde de Viernes Santo, en la que no se prevén precipitaciones entre las seis de la tarde y pasada la medianoche. Después volverán los chubascos persistentes, que continuarán tanto el sábado como el domingo y a comienzos de la semana. La estabilidad se atisba a partir del martes que viene, ya de abril, cuando subirán las temperaturas hasta los veinte grados.
Las lluvias, por ahora, han dejado ya 17,2 litros por metro cuadrado durante la presente Semana Santa, con precipitaciones registradas a diario desde el martes hasta hoy. Todo ello ahonda en el balance hídrico positivo de marzo, que suma ya 53,4 litros en Valladolid, 21,4 más que lo previsto para el mes completo (32).
Las previsiones de la Agencia Estatal de Meteorología apuntan a que aún podrían caer otros quince litros por metro cuadrado hasta el Domingo de Resurrección.
A la lluvia, fruto del sucesivo paso de frentes generados por la borrasca Nelson, formada en el Atlántico, se sumó en los últimos días el viento, con un pico de 81 kilómetros por hora alcanzado en la tarde del miércoles. El vendaval dejó un interminable reguero de incidentes, en forma de caídas de árboles, ramas, señales, mobiliario y cascotes, que continuó en la jornada del jueves, eso sí, sin causar heridos.
Las innumerables intervenciones de los Bomberos dejaron ayer imágenes sorprendentes como la de uno de sus efectivos escalando a un enorme cartel publicitario destrozado por el viento en Las Villas o la de la autoescala desplegada la pasada noche para asegurar una fachada en plena Plaza Mayor.
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