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Los testimonios en la marcha contra el cáncer de Valladolid

Los participantes en la multitudinaria concentración relatan sus experiencias con la enfermedad

J. Asua / Patricia ortega

Valladolid

Lunes, 29 de octubre 2018, 10:36

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    Jesús Blanco: «Ver el deterioro de mi padre fue muy duro; ahora ha muerto una amiga»

    Jesús Blanco, acompañado de su mujer, Begoña, y de su hija, Elisa, no falla a esta cita. Ha vivido de cerca la enfermedad. «Mi padre murió de cáncer de pulmón a los 74 años y fue muy duro ver cómo avanzaba su deterioro y cómo una persona deja de ser la que era», explica. En su opinión, todo apoyo para la investigación es poco y por eso acude a esta marcha, a la que también lleva a su mascota Lucas, un labrador ataviado con su camiseta verde esperanza. Que el cáncer acecha en todas partes lo sabe muy bien esta familia. «Ahora se acaba de morir otra amiga con 56 años, tenía un tumor de ovarios e iba a ser abuela», desvela Begoña Charro. «Hemos compartido muchos momentos buenos y ver que ya no está ha sido muy difícil para todos», añade. Pero hay que seguir adelante, subrayan, y mantener vivo el espíritu de lucha como ayer se demostró Valladolid, en un multitudinario ejercicio de solidaridad ciudadana.

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    Guillermo González: «Me detectaron un linfoma hace dos años, pero me he recuperado»

    Escribe un mensaje en la pizarra instalada en una de las carpas tras recuperar el resuello, después de completar el recorrido corriendo junto a su tío. Cuando se le pregunta si algún familiar padece la enfermedad, llega la sorpresa. «Yo la he pasado», confiesa. Guillermo González tiene 23 años, una sonrisa de oreja a oreja y una vida que disfruta a tope tras dos años muy complicados. En 2016 le detectaron un linfoma de Hodgkin que le dejó completamente descolocado a él y a su familia. «Empecé a perder peso, estaba muy cansado y se me comenzaron a inflamar los ganglios», explica. La alarma saltaba en su entorno y comenzaba un largo periplo médico para descubrir la causa. Y esta llegó. Análisis primero, un TAC después y el resultado de una biopsia hicieron que la enfermedad diera la cara. Un palo enorme. Pero, lejos de amilanarse, Guillermo siempre miró de frente a su enemigo. «En un primer momento me encontraba abstraído, como en otro mundo; luego llegó el tratamiento con quimioterapia y eso fue lo peor: las nauseas, las malas sensaciones...», explica. El apoyo incondicional de la familia y una actitud de lucha le han llevado a superar completamente la enfermedad. «En febrero de 2017 el linfoma ya estaba en remisión completa», aclara. Ahora, cada tres meses, este joven graduado en Criminología por la Universidad Europea Miguel de Cervantes con premio extraordinario y que estudia Psicología, vuelve a realizarse los análisis de manera preventiva. Todo va bien. Su tío, Jesús García, le ensalza. «Es verdad que la familia hemos estado ahí, apoyándole y arropándole en todo momento, pero él ha sido muy fuerte y siempre le hemos visto entero», relata. Su ejemplo de superación es esperanza para muchos.

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    Trinidad Vázquez: «Tenemos que luchar contra este bicho»

    Con lágrimas en los ojos, Trinidad Vázquez, de Tordesillas, ha perdido a un hermano a causa del cáncer. «A Antonio, con 74 años, con un tumor de pulmón», relata. Otro miembro de esta familia lucha ahora también contra una afección en la próstata. «Tenemos que seguir adelante, hay que luchar contra este bicho y apoyar la investigación», destaca.

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    Laura Rivero: «Con 13 años es muy difícil aceptar que tu padre no está»

    Es la tercera marcha contra el cáncer en la que participa y lo hace como homenaje a su padre y a su tío, a los que la enfermedad se los llevó. «Con 13 años es muy difícil aceptar que tu padre ya no está», recuerda emocionada Laura Rivero. Un tumor cerebral le dejó sin su referente. Años más tarde era su tío el que fallecía a causa de un cáncer de pulmón. «Los recuerdo todos los días», destaca esta joven, quien considera muy importante que la sociedad llame la atención sobre la necesidad de seguir investigando para que otros no sufran lo que ha pasado ella. El poso, tras la cita de ayer, es de esperanza.

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    Raquel Ruiz: «Lo más duro fue cuando cortaron el pelo a mi madre»

    Leonesa de nacimiento, Raquel Ruiz completó el recorrido con una imagen en la cabeza: la de su madre. En 2011 la perdió a causa de un cáncer de colón. Hasta el último momento, esta hija única estuvo a su lado y aún recuerda el que para ella fue uno de los momentos más complicados. «El día en el que le cortaron el pelo no se me olvida, fue muy duro», rememora. Antes, su padre había fallecido en accidente de tráfico y apunta su pareja, Fernando Geada, que esa pérdida pudo actuar como desencadenante. «Esto por desgracia nos puede tocar a todos y es muy importante que estemos concienciados para luchar contra la enfermedad», recalcan.

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    Pilar Pulgar: «La vida le brindó una segunda oportunidad y la enfermedad se la arrebató»

    Pilar Pulgar es una de tantas personas que acudieron a la marcha para luchar contra el cáncer. Aunque esta enfermedad no le afecta de forma directa, lo hizo y sigue haciendo indirectamente. El pasado 15 de marzo su hermano, Javier Pulgar, llegó a Valladolid de visita. Ocho días después lo ingresaron en el hospital con un tumor cerebral de grado cuatro: le daban cuatro meses de vida, pero solo aguantó dos y medio. «Yo no le noté nada, él solo decía que estaba cansado», dice Pulgar, hermana del fallecido. Después de esto, los hermanos del mismo pasaron noche y día a su lado, cuidando de él. Incluso cuando tuvieron que dejarle ingresado en el centro hospitalario Benito Menni. «Tengo recuerdos maravillosos de él. Una vez, mientras él estaba en la cama, con las pocas fuerzas que le quedaban me cogió la mano. No sabía qué quería, pero de pronto sentí su mano sobre la mía en mi rostro», cuenta entrecortada y con los ojos llorosos. Pero, si hay algo que realmente le duele, tanto a ella como a su familia, es que «la vida le brindó una segunda oportunidad para ser feliz y el cáncer se la arrebató». A sus 75 años, no había tenido hijos y su mujer había fallecido. Sin embargo, volvía a estar lleno de vida. «Todos sus sobrinos lo adoraban. Él los cuidaba a ellos, y nosotros a él, sobre todo tras el diagnóstico». Ayer, Pilar caminó cinco kilómetros en recuerdo a su hermano, con la esperanza de que no haya más casos y de que su marido se cure.

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    Jorge García: «Estuvo luchando durante tres años, pero no lo logró»

    Jorge García, de Matapozuelos, completó los cinco kilómetros de la marcha junto a su pareja, Laura Gil. Ambos hicieron escala en la carpa donde muchos plasmaron mensajes de recuerdo para los que ya no están o de ánimo para los que siguen firmes contra la enfermedad. «Mi madre estuvo luchando tres años contra un cáncer de colón, pero no logró salir adelante», explica este joven, quien considera que la causa que ayer logró movilizar a más de 54.000 personas de la provincia son de las que merecen la pena. «Para mí fue muy duro perderla», añade. Ver esa explosión de solidaridad actúa como bálsamo para muchos de los que la han sufrido de cerca.

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    Marina García y Carmen Escolar: «Merece la pena echar una mano por esta causa»

    Ayer compartían mostrador y no daban abasto para despachar recuerdos de la marcha a las miles de personas que querían colaborar con esta causa solidaria. Marina García y Carmen Escolar son dos voluntarias comprometidas en la lucha contra el cáncer. «Me parece que esto hay que apoyarlo y desde hace años colaboro este día para echar una mano, esto es una pasada», subrayaba la primera. Carmen, por su parte, lleva en la asociación más tiempo. «Comencé después de que muriera Mónica, la hija de una amiga de mi madre, con 16 años; ayudo todas las tardes que puedo y acudo a las mesas informativas que se instalan en ferias o en el estadio de fútbol», detalla.

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    Dorita Morales: «Es muy duro estar hoy aquí; mi marido murió en el hospital Campo Grande»

    Hace tres años, Paco Fuentes fue diagnosticado de cáncer, y nunca volvió a ser el mismo. «Hace un año y medio mi marido murió de cáncer. Antes de la enfermedad era un hombre muy vital y feliz», afirma Dorita Morales, esposa de Paco Fuentes. Pero, tras el diagnóstico y la posterior operación, perdió gran parte de su vitalidad. Ayer, madre e hijo lucharon con la esperanza de ayudar a que la investigación encuentre una cura final para el cáncer. Con los ojos llorosos y la mirada fija en un edificio, Dorita Morales reconoció que «es muy duro estar aquí; mi marido murió ahí, en el hospital Campo Grande».

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    Manuela del Palacio: «Hoy estoy aquí gracias a los avances en investigación»

    Para las personas enfermas de cáncer, el número 54.387 significa mucho. «Estoy encantada al ver que la gente se implica tanto», dice Manuela del Prado, con tres tumores y el dorsal número 8.443 a su espalda. «Hoy estoy aquí gracias a la investigación y, saber que se han inscrito 54.387 personas a la marcha, me hace feliz». Quizá, para ellos, cinco euros no supongan mucho, pero gracias a ese dinero que donan al comprar el dorsal, la investigación sigue avanzando. Por eso, aunque «procuro olvidarme de la enfermedad en mi día a día», ayer Manuela Del Prado no se quedó en casa.

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