Cuatro agentes armados, durante la intervención en el camino de Hornillos. El Norte

Los testigos vieron una «metralleta» en manos de un implicado en la reyerta entre clanes de Las Flores

Esas mismas personas escucharon «varios disparos» y los agentes recuperaron varios cartuchos detonados de escopeta

J. Sanz

Valladolid

Jueves, 25 de noviembre 2021, 21:18

El regreso a casa, anticipado a juicio de los agresores, de un joven de treinta años que había sido desterrado por un incidente anterior originó la violenta reyerta registrada a media tarde del jueves en el camino de Hornillos, que desemboca en la ... ronda interior, en Las Flores. Nada menos que una treintena de personas, todas ellos de dos familias vecinas, participaron en una refriega en la que salieron a relucir escopetas, armas blancas y palos e, incluso, un aparente subfusil y que se saldó con un herido grave, el joven desterrado, quien recibió dos puñaladas en el costado, la más grave, y en la clavícula. Otros implicados, tres al menos, fueron atendidos de múltiples contusiones.

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El herido permanece ingresado en el Clínico con pronóstico reservado, aunque fuera de peligro, según confirmaron fuentes de la investigación. El joven figura en la lista de cinco detenidos, por ahora, por su implicación en la pelea, a la que puso fin la llegada de decenas de policías locales y nacionales encabezados por multitud de unidades de antidisturbios, que mediaron entre los contendientes y evitaron males mayores después de que algunos de los implicados llegaran a efectuar varios disparos con escopetas. Pero no solo eso. Los testigos informaron de que uno de los implicados llegó a sacar a relucir «una metralleta» durante la pelea. Su mera posesión, de confirmarse, podría suponer una condena de entre cinco y diez años al tratarse de un arma de guerra.

La posesión de un arma de guerra conlleva penas de entre cinco y diez años de prisión

El enfrentamiento entre los dos clanes vecinos, cuyas casas molineras están separadas por apenas cincuenta metros, entre los números 44 y 56 del camino de Hornillos, al borde del canal del Duero, viene de lejos y, al parecer, su última disputa se saldó con un 'arreglo' entre las dos familias que conllevó el destierro del barrio durante un año del joven que el miércoles regresó a su domicilio, según defendió posteriormente ante los agentes, después de cumplir su mudanza forzosa.

La investigación apunta a que los miembros de la otra familia pudieron salir a por él al ver al chico de vuelta en el domicilio familiar y que sus allegados se sumaron posteriormente a la refriega. El caso es que los testigos escucharon «varios disparos», en principio de escopetas, y enseguida vieron cómo una treintena de miembros de los dos clanes se enzarzaban a golpes y palazos, y esto último es literal, en plena calle, en el tramo que separa sus dos domicilios.

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El primer aviso de la reyerta lo recibieron los servicios de emergencia a las 17:13 horas y el camino enseguida se llenó de patrullas para poner fin a la pelea. En ella, según muestra un vídeo grabado por un testigo, los contendientes se enzarzaron a puñetazos y patadas sin importar que algunos de los heridos estuvieran en el suelo e, incluso, uno de los contendientes salió con un varal y golpeó con contundencia a un varón tendido sobre la calzada.

La presencia de armas blancas y de fuego la evidenciaron las lesiones sufridas por el joven desterrado, que presentaba dos heridas incisas, y la presencia de cartuchos detonados de escopeta sobre la calzada. Los policías nacionales, que registraron después las viviendas de los implicados, intervinieron varias armas de fuego y blancas en ellas.

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Los agentes, en ese momento, detuvieron a cinco implicados en la pelea, tres de una familia y dos del bando del joven desterrado, incluido él mismo; si bien mantienen abierta la investigación para tratar de identificar a todos los involucrados sin que se descarten nuevas detenciones.

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