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SOFÍA FERNÁNDEZ
Valladolid
Jueves, 24 de diciembre 2020, 20:05
A la hora de la sobremesa de este atípico jueves de Nochebuena el ambiente iba por barrios en la capital vallisoletana. Mientras que en la zona de la Universidad y la Plaza Mayor reinaba la calma con cafés e infusiones protagonizando las comandas, ... los paseos en familia del centro daban paso a un tímido ambiente festivo en la zona de la Antigua y la popularmente conocida como Plaza de Coca. Allí, las consumiciones de vino y cerveza acompañadas de tapas y raciones se convertían, a medida que avanzaba la tarde, en copas de ron y ginebra, tímidos brindis entre mascarillas y terrazas que se iban animando conforme pasaban las cuatro de la tarde. «Hemos salido antes que otros años porque luego no hay nada», explicaban -copa de champán en mano- un grupo de estudiantes que se habían reunido en una terraza para celebrar el comienzo de la Navidad.
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Los grupos -principalmente gente joven- generaban un bullicio constante en el que se vieron pocos gorros y complementos navideños, en general poco ambiente festivo y de celebración pese a ser una tarde soleada de diciembre. Camareros, hosteleros y clientes coincidían en una cosa: «el panorama no es ni parecido al de otros años», cuando había que armarse de paciencia para conseguir llegar a la barra para pedir o donde los cánticos navideños se animaban conforme la gente iba entonándose más.
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El 'tardeo' del centro de la capital se convirtió además en el fiel reflejo de una sociedad que convive con esta pandemia que ha cambiado nuestra forma de vivir. El abanico de comportamiento era muy amplio, desde personas que solo se quitaban la mascarilla para comer o beber a gente que incluso cantaba sin protección ni distancias de por medio.
A las cinco de la tarde, los restaurantes y bares de la capital deberían estar doblando mesas y apurando los paseos a terrazas y comedores, pero este año, los camareros del centro de la capital trabajaban de forma constante desinfectando sillas y mesas y atendiendo a los grupos, pero sin agobio. La mayoría de los que han salido a celebrar la tarde de Nochebuena preferían estar fuera del bar, al aire libre o cobijados junto a las estufas, pero casi nadie en el interior. «Es cierto que todos esperábamos más ambiente del que hay, pero no nos podemos quejar. Debemos trabajar con restricciones y dar el mejor servicio que podamos a la gente que viene a disfrutar de un rato agradable, pero seguro», señalaban desde el Bar Belmondo.
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En los restaurantes la gente ha esperado hasta el último momento para reservar. «Tal día como hoy tendríamos más de 150 reservas y este año no llegamos a 27. La mayoría de gente que viene a comer el día de Nochebuena son amigos que están ultimando compras, compañeros de trabajo que acaban de coger vacaciones y parejas», explicaban desde el restaurante Los Zagales con capacidad para 300 comensales.
Lo mismo sucede en Villaparamesa, donde han dado servicio a cuarenta comensales «la gente, sobre todo, viene en grupos de cuatro o en pareja Apenas hay mesas de seis o más. La temperatura de hoy es agradable así que confiamos en llenar la terraza dentro del aforo permitido, claro», explicaba uno de sus trabajadores.
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Pese a la situación, muchos han decidido sobreponerse a la tristeza de celebrar a medias estos días para salir a celebrar. «Quedamos todos los años a comer el día de Nochebuena. Lo bueno de Valladolid es que estos días te reencuentras con mucha gente que hace tiempo que no ves, aunque este año es una pena no poder dar besos ni abrazos que tanto necesitamos. Con optimismo y alegría hay que seguir, eso sí cumpliendo las normas para cuidarnos entre todos», explicaba Blanca Verástegui, quien disfrutaba junto a cinco amigos de mediana edad de la sobremesa en el centro de la ciudad. «Éramos veinte en la cena y este año cumplimos con lo permitido, seremos diez y después cada uno a su casa. En mi caso, desgraciadamente no hay gente mayor en casa y eso se nota a la hora de sobrellevar esta situación», explicaba Verástegui con un punto de nostalgia tras su mascarilla de flores.
Desde la Asociación de Hostelería de Valladolid lo tienen claro. «Este año va a ser mucho más flojo en cuanto a comida, sobremesa y terraceo. Muchos locales que antes se llenaban ahora no pueden por el aforo y todo el sector está tratando como buenamente puede de salvar estas fechas, pero no hay ambiente navideño y la situación es complicadísima para los bares y restaurantes que están muy desmotivados por la forma en la que tienen que trabajar». Con el objetivo de salvaguardar esta delicada situación algunos establecimientos proponen alternativas dentro de la norma, como las clásicas champanadas o la programación de actuaciones musicales para tratar de llamar a un público que estos días que parece resistirse a celebrar, al menos en la calle, esta descafeinada Navidad.
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