Secciones
Servicios
Destacamos
La vida de Teresa Bergondo Catrufo, la víctima mortal tras la explosión de este martes en el número 32 de la calle Goya de la capital vallisoletana, fue la de hacer varias veces las maletas. En algunas ocasiones por placer; otras, por obligación. Natural ... de La Coruña, en la festividad de San Juan de 1990 llegó a Valladolid. Era la primera vez que visitaba la que desde entonces fue durante muchos años su casa.
Con veinte años estaba recorriendo la geografía española, según apunta su hija pequeña, Laura Hernández. «Estaba conociendo España y en Valladolid conoció a mi padre. De eso hace 33 años. Decidió quedarse aquí para asentar las raíces», rememora entre lágrimas Laura y a la espera de que le hagan la autopsia a su madre.
Noticia Relacionada
Eva Esteban
El amor hizo que Teresa se instalara definitivamente en la capital vallisoletana, por lo que tanto ella como su ya marido (Miguel Ángel) adquirieron el fatídico 1ºC de la calle Goya, donde años más tarde crecieron los dos hijos fruto del matrimonio. Nació primero Miguel Hernández (actualmente 29 años) y tres años después la propia Laura. «Más tarde mis padres se divorciaron y mi madre se trasladó a Madrid en una segunda relación», agrega la hija menor.
Pero una vez más tuvo que preparar las maletas y retornar a la capital vallisoletana. En esta ocasión, tras enfermar su exmarido. Quería estar cerca de sus hijos, aunque el mayor, Miguel, ya se había trasladado a Cantabria.
Tras la muerte de su expareja, Teresa Bergondo, que también trabajó en el restaurante Manolín del camino de la Esperanza, al igual que su hija, se ubicó en la que fue la casa familiar. En marzo de 2022 volvía al 1ºC del número 32 de la calle Goya. «La transformó y la hizo más suya. Ahí estaba todo. Estaba toda nuestra infancia. Todas las fotos y hasta las cenizas de mi padre estaban en esa casa», lamenta Laura, que vive actualmente con su pareja en Huerta del Rey.
Laura Hernández
Hija de la víctima mortal
Su vuelta a sus orígenes obligó a Teresa a buscar un nuevo trabajo. En esta ocasión, la llevó a empezar de cero en Seguros Ocaso. «Trabajaba como agente de seguros y atendiendo asistencias de fallecimientos. Se sentía muy realizada con esa labor, porque no la veía cómo un trabajo. Lo más importante para ella es que ayudaba a la familia, la escuchaba y daba apoyo. Se sentía feliz por hacer algo por los demás y acompañar a la gente en los momentos difíciles», describe Laura Hernández, que en la noche del martes se apresuró hasta la casa de su madre tras ser informada por su tío (hermano de su padre).
Noticias Relacionadas
Álvaro Muñoz
Alberto Mingueza
Álvaro Muñoz
M. J. Pascual
«Era una persona muy fuerte. Tenía mucha fortaleza. Se preocupaba mucho por los demás aunque no lo demostrase a menudo. Le costaba mostrar sus sentimientos y siempre intentaba salir adelante. Durante el último año, tras fallecer nuestro padre, siempre ha estado ahí para mí y para mi hermano. Nos ha ayudado, aconsejado... Tenía sus defectos, pero nos quería. Se preocupaba por nosotros y siempre intentaba hacer lo mejor por nosotros. Aunque muchas veces no nos diéramos cuenta», recuerda la familia de la víctima mortal en la explosión de la calle Goya.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.